ACTUALIDAD

EL TÉRMINO “BAJA”

El caso es que desde hace varios años se ha estado utilizando el término “baja” para designar a esta península noroccidental de México, y a sus dos entidades federativas, sustrayéndoles sin más su denominación legítima y original: California.
Parece ser que el vocablo, indicativo de disminución, pérdida e inferioridad, se presta mejor a ciertos usos de índole turística, comercial y deportiva, tanto como a ciertos propósitos aún inconfesados.
Entre todas las Californias, es la nuestra, la del extremo sur, las que más motivos tiene para ostentar, sin añadiduras ni adjetivos, el mágico nombre de California. En segundo lugar el estado de Baja California (norte). Y finalmente, en tercer sitio –nótese bien-, la Nueva o Alta California, que desde 1848 es parte de los Estados Unidos de (norte) América.
La explicación es históricamente incontrovertible: desde la primera mitad del siglo XVI, la zona que se nombró California fue esta porción sur peninsular, a partir del viaje que hizo a ella el Conquistador de México.
A California decían que iban cuantos navegantes en empresas oficiales o privadas salían hacia la región de cabo San Lucas o La Paz.
Más tarde, el puerto de Loreto, dentro de esta mitad peninsular, llegó a convertirse en semillero de las misiones de todas las Californias. Desde ahí habrían de salir las múltiples expediciones que descubrieron, colonizaron y civilizaron el ámbito enorme de las llamadas Antigua California (la península) y Nueva California (prolongación geográfica, política y cultural de aquélla).
Sin embargo, la chocante denominación de “baja” para nuestra península y las dos Californias mexicanas prendió y persiste por obra y gracia de algunos talentos malinchistas y el argumento del menor esfuerzo.
Muchos casos se encuentran aún en la misma Baja California Sur, a pesar de la ley que a este respecto decretó el gobernador Alvarado Arámburo en diciembre de 1982 (que ha obtenido algunos triunfos), varios establecimientos y organismos llevan en su sinrazón social el solitario cuanto execrable calificativo.
Y todo indica que que la lista crecerá en vista de esa manía irreverente, producto de la ignorancia, el colonialismo cultural y la mala fe.
Pero habrá que continuar insistiendo en que, si algún punto del universo merece el nombre de California es precisamente esta península, sobre todo su porción meridional.
La desinformación histórica hace suponer que el proceso civilizatorio californiano fue de norte a sur, siendo que ocurrió precisamente a la inversa: las primeras expresiones de cultura occidental en lo que hoy (merced a la rapiña del expansionismo norteamericano) es la California estadounidense, partieron de Sudcalifornia.
Como certeramente afirma Constantino Bayle:
“...de la siembra que en Loreto se iniciaba y luego se corrió a la península entera, salieron los sacos de trigo y los fardales de legumbres y los tocones frutales y las ovejas y vacas y caballos, el algodón y la vid con que Junípero Serra convirtió en vergeles y ranchos ganaderos los campos donde hoy se asientan Los Ángeles, Sacramento, Santa Bárbara, San Francisco... Baja California fue la base para la conquista, cultura y conversión de California Alta” (véase la sección “Librería”).
Pugnar entonces por que a la península y a sus estados se les respete la denominación de California, sin añadiduras ni adjetivos, es reintegrarles lo que es auténticamente suyo.
Por otra parte, si los anglosajones vieran que tenemos respeto por nosotros mismos, no tendrían más remedio que respetarnos. De forma que nos llaman como supuestamente queremos o al menos aceptamos o permitimos que se nos llame.
(El mapa que ilustra a esta sección es de 1616, y se publica en Cartografía y crónicas de la Antigua California, por Miguel León-Portilla, 1989, Unam, pág. 82.)

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA

EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

AGOSTO

3 (1913) Llegó Félix Ortega Aguilar a La Ribera, “donde procedí a organizar mis fuerzas, dividiéndolas en dos columnas, una bajo mi mando directo y la otra bajo el del mayor Benito Estrada, segundo jefe del movimiento. De La ribera continué hacia el sur a efecto de hacerme de caballada y más elementos, llegando al rancho de La Trinidad el 5 del mismo mes y de allí mandé emisarios a distintos rumbos a reclutar gente. El 6 en la mañana, avistamos una columna de caballería mandada por el comandante de la gendarmería Carlos González y además también el 2o. comandante Leocadio Fierro, en número de 150 hombres, perfectamente armados y equipados. Aunque yo únicamente contaba con 59 hombres mal armados y sin ninguna experiencia en la guerra, y después de consultar a mis oficiales, quienes me manifestaron que toda la tropa estaba en perfecto estado y deseosa de entrar en combate, tomé mis disposiciones y por espacio de diez horas resistimos el ataque de González y Fierro, hasta que agotadas nuestras municiones, fuimos obligados a romper el sitio y salir en dispersión.”
(Fragmento de un informe de Félix Ortega Aguilar publicado en La revolución en Baja California Sur, por Felipe Ojeda Castro, La Paz, sin fecha. El 15 de mayo del año siguiente, las fuerzas orteguistas pudieron derrotar a la gendarmería encabezada por el cabo Leocadio Fierro.)

LIBRERÍA

Misión de la Baja California, por Constantino Bayle, La Editorial Católica, 1946, Madrid, 268 págs.

Valioso en varios sentidos es este volumen que transcribe 16 cartas de Juan María de Salvatierra, una de Nicolás Tamaral, otra de Miguel del Barco, otra más de “un jesuita misionero”, una de Wenceslao Linck y la última de José Mariano Rotea. Finalmente aparecen las “Memorias para la historia natural de California, escritas por un religioso de la provincia del Santo Evangelio, de Méjico, año de 1790”, de mucha vigencia actual por los conocimientos que brinda acerca de recursos naturales del sur peninsular.
Las cartas, que van del 25 de noviembre de 1697 (año fundacional de la misión de Loreto) hasta principios de 1709, son al virrey, a la virreina, a Juan Caballero y Ocio (patrocinador de las misiones californianas), al obispo de Durango, al padre Juan de Ugarte (procurador en México de las misiones antes de incorporarse a las tareas en la península), al fiscal de Guadalajara y al provincial de los jesuitas.
La importancia de los testimonios es múltiple, por cuanto recogen noticias de primera mano a partir del establecimiento de la misión loretana, escritas por su propio fundador, hasta los inicios de la segunda mitad del siglo XVIII, pocos años antes de la expulsión que decretó Carlos III en 1767 para la Compañía de Jesús.
Fray Manuel de la Vega, el colector de estos papeles, va insertando entre ellos datos que hila con el mayor cuidado, de lo que resulta una relación amena, bien aderezada de comentarios pertinentes, interesante para quien desee informarse en detalle, y a través de sus mismos protagonistas, de los arduos empeños civilizadores de los primeros tiempos históricos en la Antigua California.

ACTUALIDAD



HACIA LA DECISIÓN PRIISTA

A estas alturas del proceso interno de selección de la candidatura del Partido Revolucionario Institucional para recuperar el gobierno de Baja California Sur, cualquiera de sus militantes puede –o debiera- realizar una especie de cómputo de los merecimientos de cada uno de quienes pretenden cristalizar ese objetivo, más allá de sus simpatías y aspiraciones individuales.
Hagamos para ello un sucinto recuento:
A partir de la derrota que sufrieron en 1999, las fuerzas paulatinamente diezmadas del Pri quedaron convertidas, por efectos de la defección y el oportunismo de sus dirigentes y muchos de sus “militantes”, en mecanismos al servicio de la nueva administración, encabezada por ex-priistas con inédito cuanto excesivo revanchismo.
A nadie le cabe duda de que todo ello formó parte de una programada serie de dispositivos para reducir a cenizas al partido que diseñó al nuevo estado, con todos sus defectos y virtudes, al que le aportó desde sus instituciones y Constitución hasta la nueva estructura organizativa.
El capital político que incuestionablemente obtuvo el Pri en aquellos comicios fue sospechosamente preterido (relegado, desechado) o malintencionadamente negado.
Quienes debieron –y pudieron- haberse alzado con aquel porcentaje importante de votos para construir una oposición maciza, preparatoria de una pronta recuperación de los espacios perdidos y, por ende, del proyecto interrumpido por los apetitos personales, rehuyeron el compromiso y se fueron a lamentar la derrota.
No a velar las armas sino a lamer sus heridas.
Los más se fueron comodinamente a la cargada y a cosechar los frutos de su prevaricación.
El resto, los menos, se resignaron al fracaso y nadie más se preocupó por la suerte de su instituto político, sobre todo cuando, al año siguiente, la imbecilidad madracista entregó el poder a un foxismo que se advertía más estúpido aún, y el poder estatal convertía a lo que quedaba del Pri en un buque fantasma, sin timón y sin brújula.
Ocho años después ocurrió que entre jaloneos, descalificaciones y empeños hacia la legalidad estatutaria del Pri sudcaliforniano, llegó Esthela Ponce a la presidencia estatal del partido, con un consistente equipaje de labor partidaria y legislativa.
Y en el afán de levantar de los residuos a su institución, con empuje inusitado trabajó y empezó a poner orden, concertó y reunió, estiró y cedió, pero finalmente logró lo que parecía imposible o, por lo menos, lejano: concitar voluntades, conjuntar intereses, comprometer alianzas y convencer fehacientemente, más allá de los discursos, que la joven sudcaliforniana y su equipo constituían la gente que el priismo esperaba para aglutinar, para cerrar filas..., para ganar.
A partir de ahí, desde la presidencia estatal de su partido cuestionó al gobierno, denunció la corrupción rampante, las fallas y omisiones; subrayó la ineptitud de la administración pública, la insensibilidad política, la ilegalidad, la ineficiencia y mucho más.
Mientras el resto guardaba ominoso cuanto conveniente silencio en espera de mejores momentos. Nadie más criticó, nadie más señaló, nadie más acusó...
Una vez logrado esto en tres años de lucha en la soledad, las limitaciones económicas reales y el apoyo simbólico de la comprensión lejana, la luchadora social ha evidenciado incontrastable vocación política de tiempo completo.
Por eso hay quienes tienen la certeza de que Esthela Ponce se ha ganado un lugar incuestionable en la competencia por la carrera hacia la gubernatura sudcaliforniana.
Se sabe que tiene proyecto, más allá del carisma y las simpatías; tiene seguidores, pero también posee convicciones sólidas; tiene mucha gente que la apoya, pero estamos seguros de que igualmente la respaldan su integridad, su probada lealtad, su insobornable Sudcalifornidad.
Por eso...

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

JULIO

25. Día de Santiago (o san Jacobo), fecha de la celebración anual del pueblo de ese nombre, antigua cabecera misional asentada en el sitio pericú llamado Aiñiní.

Este martes 27 de julio, en Baja California Sur conmemoramos dos fechas, una luctuosa y la otra de celebración cívica.
La primera es el aniversario número 120 del fallecimiento de Manuel Márquez de León, sudcaliforniano ilustre, a los 68 años de edad, en la ciudad de México, al final de una vida entregada a los más elevados ideales.
Dice de él Miguel Palacios Beltrán en una obra biográfica del personaje, aún inédita: “La merecida popularidad de que gozó en su tiempo es digna de recordarse a los jóvenes, por los importantes servicios que prestó a la patria, ya en la política o en las armas,en la administración o en las ideas a través de su obra periodística o epistolar como la correspondencia que mantuvo, entre otros, con Benito Juárez, Porfirio Díaz..., etc.”
El 27 de julio de 1913 se pronunció en el rancho Las Playitas de la Concepción el abogado Félix Ortega Aguilar contra la usurpación huertista. En reconocimiento a su lucha mereció de la Convención de Aguascalientes el grado de general y el cargo de gobernador de su tierra, que lo fue desde febrero hasta mayo de 1915 en que lo depuso un golpe militar de filiación carrancista.
Dos conmemoraciones, pues, que bien pueden constituir oportunidad propicia para volver de nuevo el interés por la abundante y aleccionadora historia de Baja California Sur.

31. Fiestas de la población de San Ignacio, en el sitio cochimí de Kadacaamán, donde fue erigida la sede de la misión jesuítica en honor a Ignacio de Loyola, fundador de esa corporación religiosa. (La foto que ilustra a esta sección es de Simón O. Mendoza.)

LIBRERÍA


Márquez y Ortega: dos revolucionarios, por Armando Trasviña Taylor y Eligio Moisés Coronado, La Paz, BCS, 1996.

Los trabajos que en esta edición se publican fueron presentados en el simposio Historia y Geografía de la Revolución Mexicana en la Zona Norte de México, que se efectuó en Monclova, Coahuila, respectivamente los días 23 y 24 de abril de 1996.
El primero ofrece una pormenorizada biografía del Gral. Manuel Márquez de León, a la que fueron añadidos documentos fundamentales relativos al movimiento que organizó y dirigió el insigne sudcaliforniano, como el Plan Revolucionario de El Triunfo, promulgado el 5 de noviembre de 1879, que conviertió a sus signatarios en precursores de la Revolución Mexicana. Se incluyen también la carta dirigida al Gral. Porfirio Díaz (22 de noviembre de 1879), otra al Gral. Juan N. Méndez (con la misma fecha anterior) y el Manifiesto de Márquez de León “A los habitantes de Baja California.”
El segundo contiene una síntesis del movimiento constitucionalista que encabezó en Baja California Sur el Lic. Félix Ortega Aguilar, documentada por el “Acta constitutiva de la Junta Revolucionaria Democrática de la Baja California”, el “Manifiesto a los habitantes del distrito Sur de la Baja California”, en que se convoca a la lucha, así como dos informes de Ortega en su carácter de gobernador de su entidad nativa y otros papeles complementarios.

ACTUALIDAD

OFICIO: TIRAR AGUA

La carencia de agua dulce en Baja California Sur es un padecimiento endémico. Ha sido factor primordial entre los limitantes del crecimiento estatal. Todas las actividades económicas han de enfrentar aquí –hasta ahora- tal privación que la naturaleza impone a esta tierra y sus pobladores; por tanto el problema es también social y, consecuentemente, cultural y político.
La falta de agua potable es queja de la colectividad, desesperación de los sectores productivos, pesadilla cotidiana de las administraciones municipales, impotencia de los gobiernos estatales, amenaza que se cierne sobre los habitantes de esta mitad peninsular: Si se acaba el agua, habrá que emigrar.
¿Y qué pasa?
Que a pesar del angustioso llamado de quienes conocen el riesgo de agotamiento del recurso ácueo que pende sobre nosotros por la sobreexplotación que se hace de los mantos de aguas acumuladas en el subsuelo (freáticos), aprovechados por medio de pozos, hay irresponsables por todos lados que contribuyen denodadamente a la extinción de ese elemento imprescindible para la vida en todas sus formas.
Existe una especie de ellos que parece tener como oficio, precisamente, el de tirar el agua. Son personas que, por no saber o no querer hacer cosa útil se dedican a desperdiciarla miserablemente, bajo pretexto de regar las plantas y lavar pisos, banquetas y vehículos, con el conocimiento complaciente de patrones y vecinos que, no obstante el despilfarro que los inconscientes efectúan de ella, nada hacen al respecto.
Y ahí los tiene usted, con su manguerita, derrochando insensatamente el precioso líquido (cuya unidad de medida en Sudcalifornia no debiera ser el litro sino la gota) mientras platican o se sumen en sus cavilaciones, durante horas y horas, malgastando metros y metros cúbicos de fluido invaluable.
El asunto es grave y buena parte de la población parece no darse o no querer darse cuenta de ello. Ignorancia o negligencia tienen el mismo efecto: se está sustrayendo a los que estamos y a los que vendrán, del modo más criminal (a niveles de genocidio, sin exagerar), la posibilidad de vivir; sin adjetivos: simplemente vivir. ¿No es esto en verdad abyecto, antisocial, perverso?
La solución es, como siempre, de índole educativa. Pero a reserva de que aparezcan en escena generaciones (si queda agua para ellas) más comprometidas en la preservación de este bien sin el cual ningún otro es posible, podría pensarse, primero, en promover la instalación de riego doméstico por goteo, partiendo de la circunstancia favorable de que es un sistema que ahorra tiempo y esfuerzo, y que las mangueras que requiere son considerablemente baratas.
Y, segundo, elevar a rango de delito, con penas convincentes, la utilización indebida de esta frágil riqueza natural y patrimonial de todos los sudcalifornianos.
Con el propósito de que esas y otras estrategias idóneas puedan prolongar un poco más nuestra estadía en esta tierra.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA

EFEMÉRIDES

JULIO

18 (1717). Murió en Guadalajara, Jalisco, el padre Juan María de Salvatierra, de camino desde a Loreto a la ciudad de México, a causa del “mal de piedra” (litiasis vesical o cálculos en la vejiga). Viajaba para informar sobre las misiones a la autoridades virreinales. Recibió honras fúnebres excepcionales y fue sepultado al pie de la imagen de la virgen de Loreto en la capilla que él mismo construyó durante su rectorado en esa capital neogallega.
Inició el noviciado dentro de la Compañía de Jesús, en Génova. Realizó estudios y ejerció el magisterio ahí mismo. Tenía 27 años cuando recibió, junto a Juan Bautista Zappa, asignación a Nueva España, a donde habían solicitado ir él y su amigo.
En la ciudad de México, Salvatierra llevó a cabo una febril actividad religiosa y académica; aprendió náhuatl, fue cambiado a Puebla y luego a la región tarahumara. Como visitador de las misiones de Sinaloa y Sonora tomó el primer contacto con el también jesuita Eusebio Francisco Kino, quien logró contagiarlo de su entusiasmo por la evangelización de los californios, con quienes había estado de 1683 a 1685.
El padre Juan María solicitó entonces ser adscrito a California, pero en lugar de ello se le nombró rector del Colegio de Guadalajara. Enseguida se le hizo rector del Colegio de Tepozotlán (hoy Edo. de México). Por fin, el 6 de enero de 1697 recibió del virrey la autorización para iniciar, junto con Kino, la cristianización de las Californias, pero a causa de insurrecciones de los indígenas éste debió quedarse en la provincia sonorense.
Llegó Salvatierra con algunos acompañantes y provisiones a San Bruno, sitio que había sido de la misión temporal fundada por Kino, pero les disgustó especialmente por su falta de agua. Continuaron un poco al sur y llegaron a un sitio más acomodado, y el 25 de octubre de 1697 fue llevada desde el barco la efigie lauretana, con lo cual dio comienzo una tarea extraordinaria de setenta años en que fue sembrada una larga serie de misiones donde hoy se asientan las poblaciones más importantes de la península de Baja California. Nació el 15 de noviembre de 1648.

1890. Fue fundado en La Paz el hospital “Juan María de Salvatierra” durante la jefatura política del Gral. Bonifacio Topete.

18 (1914). Las fuerzas constitucionalistas comandadas por el coronel sudcaliforniano Miguel L. Cornejo tomaron La Paz.

18 (1914). La Convención de Aguascalientes concedió a Félix Ortega Aguilar el grado de general y lo nombró gobernador de su tierra natal.

23 (1929). Fue nombrado gobernador del territorio Sur el general Agustín Olachea Avilés. Duró en el puesto hasta octubre de 1931 en que fue trasladado al territorio Norte con el mismo cargo. Posteriormente le fue conferida igual responsabilidad en su entidad natal.

23 (1963). Murió en México, D. F., la educadora sudcaliforniana Rosaura Zapata Cano. Sus restos mortales fueron reinhumados en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres. Quien sería sobresaliente educadora mexicana, nació el 23 de noviembre de 1876 en la capital de Baja California Sur, hija de don Claudio Zapata, personaje distinguido de la historia militar sudcaliforniana.
Luego de un prolijo planteamiento acerca del funcionamiento de los jardines de niños en Europa, relata algunas de sus experiencias en una conferencia de la cual extraemos aquí los párrafos que consideramos más elocuentes de su vocación magisterial:
“Desde 1903 en que el señor ministro de Instrucción Pública estableció entre nosotros el kindergarten, mi atención se fijó en ese querido enjambre de pequeños seres que asisten diariamente a dicha institución, encontrándola cada vez más interesante, de la mayor importancia y necesarísima para la educación.
“Si observamos detenidamente los hechos notaremos lo trascendental de semejantes escuelas, y fijándonos principalmente en que son la base de la educación sobre la que descansa todo conocimiento ulterior, convendremos en que este cimiento de la mayor solidez es digno de toda nuestra atención.
“De modo reflexivo he venido a la conclusión de que, sin el kindergarten, cualquiera educación que se imparta queda trunca...
“Si, como hemos dicho, los estudios superiores son en Europa muy semejantes a los nuestros, y si entre los caracteres etnológicos de ambos grupos no existe una radical oposición, y los elementos constitutivos del cerebro son idénticos, con poderes de asimilación muy semejantes, cabe suponer que la superioridad de un grupo sobre otro sólo radica en una adecuada preparación para entrar a los estudios que un grupo, el primero, recibe, y que esa preparación sólo puede darla el kindergarten...
“Tengo el convencimiento íntimo de que, si se aumentara el número de los jardines de niños, proporcionalmente al de las escuelas primarias ya establecidas, lograríamos ponernos a la altura de las primeras naciones de Europa.”
México, septiembre 24 de 1909.

* Publicado en el Boletín de Instrucción Pública, Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, México, marzo-abril de 1910, págs. 281-294.

LIBRERÍA

Noticias de la península americana de California, por Juan Jacobo Baegert.

La misión de San Luis Gonzaga, en la Antigua California, tiene en su prodigioso haber un dato curioso: durante el periodo jesuítico, desde su fundación en 1737 hasta la salida de la Orden de Loyola en 1768, contó con tres sacerdotes misioneros, todos ellos de origen alemán: los padres Lamberto Hostell, Juan Bischoff y Juan Jacobo Baegert. Este último es el autor del libro que reseñamos ahora.
Dicha obra, de la que nos queda infinidad de valiosísimos datos etnológicos y lingüísticos de los guaycuras, fue publicada por primera vez en Mannheim en su version original el año 1771; reimpresa en 1772; editada en español por la Antigua Librería de José Porrúa e hijos en 1942; en inglés por la Universidad de California (Berkeley) en 1952, y luego por el gobierno de BCS en 1989 con notas introductorias de W. Michael Mathes y Raúl Antonio Cota.
Diecisiete años pasó Baegert en San Luis Gonzaga como ministro de la misión. Vuelto al país nativo inició y dio término al texto que algunos consideran pesimista y hasta denigrante del grupo guaycura con el que convivió; otros elogian la objetividad con que trata cada uno de los temas. Polémico, finalmente.
“Todo lo concerniente a California es tan poca cosa -afirma de entrada- que no vale la pena alzar la pluma para escribir algo sobre ella.” Sin embargo, alzó su propia pluma y de ello resultó un trabajo de 253 páginas en la primera edición española, que en el idioma del jesuita es aún de mayor volumen.
Esta aportación invaluable contiene tres partes, dos anexos , índice alfabético e ilustraciones. La primera parte habla “De California en general, su carácter, clima y productos”, la segunda “De los habitantes de California”, y la tercera “De la llegada de los españoles a California e introducción de la fe cristiana; de las misiones y otras cosas anexas".
Por la época circulaba la creencia de que los jesuitas poseían riquezas enormes en esta tierra, lo cual el religioso se encargó de desmentir en los anexos “Noticias falsas acerca de California y de los californios” y “Noticias falsas acerca de los misioneros en California”, lo cual parece constituir el principal propósito del empeño escritural del sacerdote.

ACTUALIDAD

DÍA DEL ABOGADO: L ANIVERSARIO

Para Francisco Dante,
mi abogado favorito.


El día del Abogado fue instituido en 1960 por iniciativa del periódico capitalino Diario de México, que se concretó en el acuerdo del presidente Adolfo López Mateos, en conmemoración de que el 12 de julio de 1553, el licenciado Bartolomé Frías y Albornoz dictó la primera cátedra de Derecho en el continente americano, en el seno de la Real y Pontificia Universidad de México (hoy UNAM).
Dicha efeméride tuvo confirmación veinticinco años después, al ser establecido el día internacional del Abogado, que concurrieron a celebrar en México representantes de las facultades y escuelas de Derecho de América.
Al mismo tiempo subrayo la coincidente circunstancia de que el 12 de julio de 1859 se decretó la ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, que fue la primera de las leyes de Reforma, integradas luego a la Constitución de 1857, lo que motivó la guerra de Reforma o de Tres Años (1859-1861). Las leyes de Reforma fueron redactadas por abogados como Benito Juárez y un grupo de brillantes liberales como Sebastián Lerdo de Tejada, Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez y otros.
México posee singular significación en el Derecho Internacional por sus aportaciones en ese campo, particularmente como precursor y promotor del juicio de Amparo y el derecho de Asilo.
El compromiso ético del profesional de la jurisprudencia es con la majestad de la ley, en todos los órdenes de la vida, desde la individual y comunitaria hasta la universal.
Los abogados han de ser los primeros inconformes cuando la voluntad, los caprichos e intereses de quienes gobiernan se imponen sobre la ley y violan el Estado de Derecho, que debe sobreponerse a los funcionarios y los políticos que lo han corrompido.
Ninguna actividad de la sociedad es ajena al ejercicio del Derecho, pues la aplicación estricta de la norma jurídica tiene relación con la economía y la productividad, la política y el desarrollo, la educación y la cultura, la seguridad y la certidumbre en las instituciones y, en general, con el orden democrático y los empeños de modernización, la libertad y todo aquello que nos es consustancial como individuos y miembros de la colectividad humana.
La historia y el presente de Baja California Sur cuentan con figuras eminentes en el campo de la abogacía; son muchas y renunciaremos a mencionar sus nombres en esta nota atendiendo al proverbio de que citar es omitir.
En tiempos de crisis de valores, como los que vivimos en Sudcalifornia, el abogado debe ser factor de cambio y de progreso. Si por intereses políticos o económicos se colude con quienes infringen la ley, falla a su alma mater, a su vocación y a la gente que confía en él. Y ninguna ganancia pecuniaria lo justifica.
La carrera de Derecho fue creada en nuestra Uabcs hace algunos años, y en ella quedó definido el egresado como “el profesional con sólidos conocimientos teóricos y prácticos del Derecho, que posee la habilidad y capacidad de ejercer la profesión con ética y elevado sentido de justicia; desarrolla investigación en materia jurídica, tratando de identificar la forma en que el derecho regula las relaciones sociales; enjuicia y critica la validez y eficacia de la norma jurídica y propone cambios en el marco jurídico para lograr los objetivos sociales de la impartición de justicia.”
Todo lo cual sirve de pretexto para expresar un cordial abrazo de reconocimiento a los jurisconsultos sudcalifornianos este día 12 de julio y los que siguen.



HISTORIA

EFEMÉRIDES

JULIO

11 (1838). Fue establecido el municipio de Santiago.

11 (1991). Fue observado en varios puntos de BCS el eclipse de Sol que atrajo el interés de científicos, estudiantes y aficionados de todo el mundo. El acontecimiento celeste estuvo precedido por un amplio programa de actividades desde el 27 de junio de ese año en toda la entidad; consistió en ceremonia de cancelación del timbre postal conmemorativo, sorteo de la Lotería Nacional y verbena popular, torneo internacional de pesca, juegos recreativos, obras de teatro con referencia al tema, impresos, conferencias, transmisiones de radio, tareas en las bibliotecas, exposiciones, desfile de carros alegóricos, conciertos de música, festival de danza, muestra gastronómica y otras más. Es decir que todos se sintieron vinculados a la celebración astronómica, al tiempo que se instalaba el campamento científico internacional en el campus de la universidad estatal, aparte de otros muchos esparcidos por todo el territorio sudcaliforniano.
Las autoridades, los científicos y los maestros insistieron constantemente en que la población debería tomar las precauciones adecuadas a la observación del suceso, bajo el lema: “Ni al Sol ni a la muerte hay que mirar de frente.”

14 (1885). Se expidió el decreto de apertura del puerto de Santa Rosalía.

LIBRERÍA

THE DRAWINGS OF IGNACIO TIRSCH, por Doyce B. Nunis, Jr., Dawson´s Book Shop (Baja california Travels Series, 27), Los Ángeles, 1972, 125 págs.

Este libro constituye otro título inapreciable de la bibliografía de nuestra California.
Se copian en él varios dibujos (14 en color y 32 en blanco y negro) del padre Tirsch, oriundo de Bohemia, llegado a México en 1755 ya perteneciente a la Compañía de Jesús, y en 1761 como misionero a la península bajacaliforniana.
Laboró en Loreto y finalmente en Santiago; en esta circunscripción sirvió la mayor parte del tiempo, hasta la salida de los ignacianos a principios de 1768.
Producto artístico de esos seis años son los testimonios gráficos que se entregan en el volumen que reseñamos, de varios aspectos de la vida natural, social y religiosa de la Antigua California, entre ellos la fauna (terrestre, marina y volátil), flora, arquitectura, grupos étnicos y escenas cotidianas: caza, agricultura, ganadería y otras.
Sobresalientes por su interés resultan, por ejemplo, la lámina que el religioso titula “ésta es la pequeña granja que recibí del legado de la misión de Santiago, situada a tres millas sobre el camino a San José del Cabo”, que ilustra a esta sección, o la que intenta caracterizar a un pez-mujer.
De los 46 trabajos que se publican en esta obra sólo diez se refieren a asuntos no californianos, sobre las observaciones del autor durante los seis años que vivió en el interior de Nueva España, previos a su residencia en esta península.
El cuaderno con todos los dibujos que el padre Ignacio se ingenió para llevar consigo desde la Antigua California hasta lo que es hoy la República Checa (donde parece que fue a radicar el resto de sus años), por fortuna todavía se conservan en la Biblioteca Estatal de Praga.

em_coronado@yahoo.com

ACTUALIDAD

LAS TRADICIONES

Toda comunidad social posee un determinado conjunto de ritos y mitos, prácticas de convivencia que se han ido estructurando en una especie de doctrina ética, digamos; un modo de ser en que se ejercita la personalidad –temperamento y carácter- de todo grupo humano. Ello queda conformado en el concepto de tradición.
Las tradiciones, que son expresión del modo de ser de una sociedad, dan a ésta identificación consigo misma, la proveen de fisonomía propia y de un código de comunicación interior, objeto de orgullo y materia de diferenciación. Y en esas propiedades seguramente radica su valor, y la preocupación que produce intuir o concluir que se van perdiendo.
Es decir que la pérdida de tradiciones conlleva la idea de pérdida de identidad. Piénsese, por ejemplo, en una persona que comenzara a perder sus rasgos distintivos hasta quedar convertida en otra distinta; sería inimaginable el trauma mental que ello le produciría. Igual cosa puede ocurrir en el ámbito social.
Las tradiciones están ligadas original e inseparablemente a la historia; ambas se nutren y se explican mutuamente. En su formación hay hechos y fenómenos espontáneos, otros emergentes, y algunos más resultantes de la voluntad comunitaria.
Están determinadas por el medio geográfico, la economía, la composición social y otros varios factores, pero también por el “querer ser”. Desde este punto de vista, la historia, y uno de sus ingredientes fundamentales, las tradiciones, surgen asimismo de proyectos existenciales. O sea que importa preservarlas y, aún más, enriquecerlas.
Como se sabe, el pueblo de Baja California Sur posee un vasto inventario de esta índole en el campo de las fiestas populares, artesanías, gastronomía, vestido, juegos infantiles y recreación de los adultos, etc.
Por eso lastima darnos cuenta de que hemos perdido alguna parte de la tradición, por falta de ejercicio, porque ha sido sustituida por otra nueva o de importación, o debido a simple abandono, como lamentablemente ha estado ocurriendo en los últimos tiempos en Sudcalifornia.
Y cuando una tradición deja de acompañarnos en la vida común y sólo se queda en el sótano de los recuerdos, empobrece algo muy sensible de nosotros. En cambio, aquella que practicamos nos fortalece, afirma y asegura, devuelve la alegría y la vitalidad, la soberbia convicción de usufructuar algo que nos es propio, individual y colectivamente.
Disfrutar y mantener vivas nuestras tradiciones significa nutrir y vigorizar sustancialmente la cultura, para que ésta pueda confrontarse con otras y no salgamos lesionados del encuentro.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA

EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

JULIO

7 (1822). Fue jurada por tercera vez en Loreto la Independencia de México, en acto organizado y realizado por fray Agustín Fernández de San Vicente, representante oficial del gobierno iturbidista.
“Se dio principio a la función del juramento solemne con un repique de campanas, salva de la tropa y artillería con las demás demostraciones de júbilo que permite el país... Para mayor ornato se iluminaron en la noche de este día las casas de todo el vecindario, dando fin la función con un baile que celebró en su casa el señor alcalde...”
La primera jura fue el 7 de marzo anterior.

10 (1825). Fue instalada la Diputación Territorial de las Californias, en Loreto, según lo dispuesto por la Constitución promulgada el año precedente. Asimismo, la península quedó dividida en cuatro municipios.

LIBRERÍA

Historia natural y crónica de la antigua California, por Miguel del Barco, edición y estudio de Miguel León-Portilla, Unam, 1973.

Si bien es cierto que Barco originalmente dio a sus escritos la designacion de “Correcciones y adiciones a la Historia o Noticia de la California en su primera edición de Madrid, año de 1757”, esta reimpresión de la aportación del misionero jesuita (1706-1790) a la historia bajacaliforniana lleva el presente título porque, de modo fundamental, se cree así describir en forma más clara cuál es el contenido de esta obra: ofrecer básicamente una historia natural de la península y una crónica con información etnográfica y acerca del régimen misional de los jesuitas hasta el momento de su expulsión.
Esta edición contiene, a más de los trabajos del padre Barco, un prefacio, estudio preliminar, fuentes documentales y referencias bibliográficas, índice analítico, notas y apéndices, así como láminas y mapas que enriquecen, facilitan la consulta y complementan notablemente la obra.
De ella se afirma (segunda de forros): “Por largo tiempo inédita, es fuente de primera mano para estudiar la rica historia de la California mexicana durante buena parte del siglo XVIII. Su autor ofrece en ella abundante información sobre la naturaleza y el posible aprovechamiento de sus recursos, las antiguas formas de vida indígena, la lengua de los cochimíes y la historia de esa lejana región a la que dedicó lo mejor de su existencia. Esta aportación, escrita durante la época de los setentas en el siglo XVIII, había permanecido semiolvidada en el Fondo Gesuitico de la Biblioteca Nazionale Vittorio Emanuele II de Roma. Al ser incluida ahora en la serie de Historiadores y cronistas de Indias, a cargo del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional, se hace, por vez primera, cumplido rescate de ella...”
De tal manera, el doctor Miguel León-Portilla (ya ampliamente conocido, reconocido y apreciado por los sudcalifornianos), al frente de múltiples tareas académicas en el Instituto de Historia universitario, aportó un elemento valioso más al conocimiento del pasado peninsular, con el decidido –y decisivo- empeño del que tantos y buenos frutos ha obtenido la cultura de California peninsular.