SUITE LA PAZ
(Empieza a los 20:35 minutos) De Jozef Olechowski (piano). Violín: Kazimierz Olechowski. Estreno en la Sala de Conciertos de la Escuela de Música de BCS, en La Paz: Amanecer, Raquel, Navegando, Encuentro con las ballenas (canto-romanza y danza-fantasía), La siesta, Atardecer, Canción de cuna para una niña guaycura y Nuestra canción por La Paz. Producción: Olatv.mx/
ACTUALIDAD
ANIVERSARIO DE LA MISIÓN DE LA PAZ
A este
acontecimiento se hallan relacionados por lo menos tres hechos también
significativos para nuestra historia regional: el de que la embarcación que
llamaron el Triunfo de la Cruz, en
que los dos primeros hicieron la travesía desde la capital loretana, fue la
primera construida enteramente en lo que hasta entonces era conocido como las
Californias (desde el cabo de San Lucas hasta San Francisco, al norte
continental), en la sierra de la misión de Guadalupe Guasinapí, con maderas de güéribo (Populus brandegeei),
mediante mano de obra indígena y bajo la dirección del mismo padre Ugarte.
El
establecimiento paceño, noveno en la lista de fundaciones jesuíticas, había
sido financiado por don José de la Puente y Peña, marqués de Villapuente, y se
extendió luego a las visitas de San Blas, Ángel de la Guarda y San Hilario.
Sirvieron como ministros en ella el mismo sacerdote Bravo (de origen español), William
Gordon (escocés) y Sigismundo Taraval (italiano), hasta que debió ser
abandonada debido a la hostilidad indígena que tuvo su momento más dramático en
la rebelión de 1734-1736 que se inició en el sur peninsular y se extendió hasta
los confines norteños.
Una segunda derivación notable de la fundación a que ahora nos referimos, es la
circunstancia de que, a partir del desarrollo minero de la región de San
Antonio (al sur de La Paz) por Manuel de Osio, cerca del poblado de Las Casitas
tuvieron lugar los trabajos en la mina a la cual fue dado el título de “El
Triunfo”, y que con el tiempo recibió la población que hoy conocemos con ese
nombre, en evocación a la pequeña balandra de Ugarte que condujo a la creación
misional de la actual capital de Baja California Sur.
Un tercer hecho
sobresaliente es el de que, como parte de su penosa caminata desde Loreto a La Paz,
Guillén comentó en su diario haber tocado, entre otros muchos, un lugar
denominado San Andrés Tiguana (al que había dado nombre él
mismo en una marcha previa hacia la bahía magdalena), que algunos sostenemos
como origen auténtico del nombre de la ciudad de Tijuana, lo que descarta supuestas
oriundeces como la del rancho de la tía Juana y otras producto más de la confusión
y la especulación que de la certeza documental. A ello podremos referirnos más detalladamente
en ocasión posterior.
CRÓNICA HUÉSPED
(Selección)
Por Clemente Guillén, S. J.
Lunes 11 de noviembre del año 1720. Salimos de San Juan Malibat y se llegó hasta Catechiguajá por mal camino; tiene éste
dos muy malas cuestas y un malo y pedregoso paso por orillas de la mar. Se
anduvo felizmente porque la mayor parte de la carga se condujo en una canoa.
Día 12. Llegamos
a Pucá; había como 5 leguas, casi
todo de camino pesado por cuestas y playas pedregosas. En esta ranchería acaba
la lengua de Malibat, ramo de la
laymona.
Día 13.
Esperamos a que se amansase el mar, por pasar la mayor parte de la carga en la canoa hasta Apaté; mas habiendo amanecido el día 14 enfurecido aún el mar, y
sin muestras de abonanzar presto, dejando el grande alivio de la canoa se
determinó transportar por tierra en las mulas toda la carga.
Día 14. Hicimos
el camino a Santa Daría Acuré por
cuestas y por lomas; se andarían 7 leguas. Aquí comienza el territorio de los
guaycuros, o nación cure.
Día 15. Entramos
en San Carlos Aripaqui, habiendo
caminado como 5 leguas. Se subieron las dos cuestas de Acuré y Aripaqui con
grandes desavíos de las cargas, de las cuales muchas rodaron varias veces, con grave
riesgo de matarse las mulas; otras se descomponían de modo que nos retardaron
el camino, y así se trabajó mucho en salir de estas cuestas. En una loma
cercana a Aripaquí halló el señor
cabo Ignacio de Rojas una veta de metal de fuego que, según él mismo y otros
que lo entienden, dicen tener buena ley de plata. Fuimos bien recibidos de la
gente de Aripaqui. Se trabajó bien en
abrir pozo o bateque para las bestias. Esta tarde se exploraron 2 leguas
adelante.
Día 16. Pasamos
a San Gregorio Atembavichi; se
andarían como 3 leguas de buen camino; en él hallamos un estero rodeado de
tequesquite, cosa que consoló mucho a nuestra gente por lo muy necesario del
género para la fábrica de jabón [...]
Día 17. Llegamos
a Santa Izabel Cuhue; se harían 7
leguas de camino, su primera parte por playas pedregosas, las otras dos por
arroyos y lomas muy bhien empastadas. Al llegar a Cuhue hay tres malos pasos. Hoy se exploraron como 2 leguas hasta
San Feliz Acui, ojo de agua pequeño.
[...]
Día 6 [de diciembre].
[...] Cuando divisamos la balandra en el puerto y las barrancas en tierra, fue
grande nuestro gozo porque todos, españoles e indios amigos se hallaban muy
quebrantados del gran trabajo de esta expedición [...] En esta nueva misión del
Pilar de La Paz fuimos todos los caminantes recibidos y regalados de los padres
[Ugarte y Bravo] con caritativa amplitud.
[...]
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