COSTA AZUL A DÚO



Música de Luis Peláez Manríquez (La Paz, BCS, 1903-1977) y letra de Margarito Sández Villarino (San José del Cabo, BCS, 1910, La Paz, BCS, 1938).

ACTUALIDAD

CENTRO MUNICIPAL DE LAS ARTES

   En el transcurrir de su formación social, el pueblo sudcaliforniano ha tenido que enfrentar muchas calamidades opuestas a su natural afán de prosperar en una naturaleza difícil. Ahora también hay problemas y contratiempos, no los negamos ni los rehuimos, pero ante todo ello está la decisión de superarlos y por eso creemos tener más razones para ser optimistas y estar contentos de lo mucho y grande que hemos podido y podemos hacer juntos.

Y es que el jueves 4 de este diciembre fue día de júbilo especial para los pobladores del fraccionamiento El Dorado, de regocijo para la ciudad de La Paz, pero más allá: de contento para todo Baja California Sur porque el Centro Municipal de las Artes fue puesto al servicio del desarrollo de la sensibilidad de los sudcalifornianos, de su talento y gusto por las mejores búsquedas y expresiones de la imaginación y la creatividad.

Y digo “fue puesto al servicio” porque, más que un acto inaugural, la reunión que presidió Esthela Ponce constituyó la puesta en marcha de las operaciones prácticas de la nueva institución, y la apuesta de que empiece pronto a dar frutos en el descubrimiento de la vocación y la inteligencia de los niños, jóvenes y adultos de esa zona tan importante de nuestra capital, que a partir del último mes de 2014 tendrán muchas razones para sentirse orgullosos de sus tareas y productos en el campo infinito de la cultura.

Dicha obra se generó en un requerimiento y una solución que se transformaron en proyecto, derivó en una prolongada gestión y es ya realidad concreta (y de concreto) que se enriquecerá albergando el espíritu de todos quienes a ella concurran a enseñar, a aprender, a admirar, a aplaudir, a sentirse mejores seres humanos.

Es estupendo darnos cuenta de cuánto puede lograr y cómo puede superar obstáculos la coincidencia de propósitos y el empuje coordinado hacia un fin positivo, aunque aparente ser imposible. El nuevo CMA, primero de BCS y de los pocos del país, es monumento tangible a la tenacidad de muchos, que empezó siendo una idea surgida de la necesidad de contar con un sitio dónde encauzar tantas aptitudes y capacidades que sólo esperaban un lugar para desarrollarse, como tendrán oportunidad de hacerlo quienes lo deseen de aquí en adelante.

Está demostrado que ninguna calamidad o desastre han sido suficientes para obstaculizar los empeños de quienes han nacido aquí y quienes han llegado a este suelo en busca de una vida mejor. Permanecemos en él a pesar de que la lucha debe ser más ardua que en otros lugares, pero esta tierra nuestra “es buena, es noble, es tierna”, como la dibujó Fernando Jordán en su poema, y por eso estamos en ella, trabajando todos los días para alcanzar entre todos el progreso, como es justamente el nombre de la importante colonia paceña donde tiene asiento la obra, a cuyos pobladores les fue pedido que se conviertan en custodios para que cada vez más su Centro Municipal de las Artes sea un lugar agradable, de convivencia en un ambiente de calidez, alegría y trabajo productivo en beneficio de cada uno y de todos.

Ese mismo día comenzaron a laborar los siete primeros talleres, y se hallan en lista de espera las ofertas de otros varios maestros que desean colaborar en esta generosa empresa, en la que hay un lugar para cada quien.

Enhorabuena.


(Imagen: El Sudcaliforniano, primera plana, La Paz, BCS, 5 de diciembre de 2014.) 

CRÓNICA HUÉSPED

LOS INDIOS DE CADEGOMÓ PIDEN MISIONERO*

Habían venido muchas veces a Mulegé varios indios de Cadegomó, lugar de la costa del mar Pacífico distante treinta leguas, a pedir con instancias al padre Píccolo que los visitase y les llevase un misionero que viviese siempre con ellos. Él, a pesar de no haberse restablecido de una grave enfermedad, marchó para allá en 1712, acompañado del capitán del presidio y algunos soldados e indios; y habiendo hallado a ocho leguas del mar un lugar a propósito para una nueva misión --el que dedicó desde luego a la Purísima Concepción de la santísima Virgen-- , se reunieron en él todas las tribus de las cercanías, suplicándole encarecidamente que se quedase con ellos, ofreciéndole regalarle las mejores pitahayas y presentándole a sus hijos para que los bautizase. Bautizó en efecto a los párvulos y avarició a los adultos, prometiéndoles un misionero que los instruyese y favoreciese en todo; pero no fue posible plantar la misión hasta el año de 1717, contentándose entre tanto el padre con ir allá algunas veces a instruir y confirmar en su buen propósito a aquellos indios, los cuales también venían con frecuencia a Mulegé y no desistían de sus instancias [...]

(Imagen por J. Muñoz López, en Noticias de la California y de su conquista espiritual, por Miguel Venegas, Editorial Layac, México, 1943, 3 tomos, portada del tomo II.)


* Francisco Javier Clavijero, Historia de la Antigua o Baja California, Imprenta de Juan R. Navarro, Méjico, 1852, pág. 63. Esta obra ha sido publicada varias veces por Editorial Porrúa (México) en su colección “Sepan cuantos...”