EFEMÉRIDES DE LA SEMANA
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ACTUALIDAD
REFORMA MUNICIPAL
(Reedición
actualizada)

Dicho artículo
habla, como se sabe, de la composición política de este tercer orden de gobierno
--más que gobierno de tercera como ha sido hasta hoy--, y no por falta de
visión del constituyente de 1917 sino porque ahora son otras las circunstancias
del país.
La fracción tercera del citado dispositivo dice que los municipios deberán cubrir los
servicios públicos y funciones siguientes: agua potable, drenaje,
alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales, alumbrado
público, limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de
residuos, mercados y centrales de abasto, panteones, rastro, calles, parques y
jardines, seguridad pública, policía preventiva municipal y tránsito “y los
demás que las legislaturas locales determinen según las condiciones
territoriales y socioeconómicas de los municipios, así como su capacidad
administrativa y financiera.”
En este último aspecto se dice también que
los municipios “administrarán libremente su hacienda, la cual se formará de los
rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así como de las contribuciones
y otros ingresos que las legislaturas establezcan a su favor y, en todo caso, percibirán
las contribuciones, incluyendo tasas adicionales, que establezcan los estados
sobre la propiedad inmobiliaria [...], las
participaciones federales y los ingresos
derivados de la prestación de servicios públicos a su cargo.”
Y aquí viene otro asunto muy interesante, y
es el que se refiere a que “sólo estarán exentos los bienes de dominio público
de la Federación, de los Estados o los Municipios [...]”
El único impuesto que va directamente a la tesorería
del municipio es el predial, pero resulta que éste tiene en la actualidad muchas
excepciones, como son los aeropuertos, las iglesias, las escuelas, la CFE y
hasta Telmex (que carece hasta hoy de la obligación de cubrir impuestos por sus
casetas y publicidad en la vía pública). Inusual, pero justo, es el hecho de
que el municipio de San Luis Potosí haya ganado recientemente una controversia
a la empresa telefónica de Carlos Slim, la cual llegó a 60 millones de pesos
por uso de vía pública; esto crea una jurisprudencia que deberá ser útil en
demandas posteriores.
Una nota reciente en el periódico capitalino
El Financiero (13-08-2015) expresa
que “Las tarifas eléctricas 5, 5-A y 6 que pagan ciudades y
municipios del país por alumbrado público, semáforos o decoraciones temporales
se incrementaron mensualmente entre 6 y hasta 9 por ciento, a diferencia de lo
ocurrido con la facturación de luz en
hogares, comercios e industrias que disminuyeron a ritmos de entre 25 y 30 por
ciento cada mes, en comparación con el 2014.” Añade que “En el caso de la tarifa
5A que utilizan todos los
municipios -con excepción de Monterrey, Guadalajara y el Distrito Federal-, el
costo subió 9.4 por ciento en junio de 2015 contra el mismo mes de 2014.
En México las erogaciones de iluminación y alumbrado público representan entre el 5 y hasta el 10 por ciento de todos los costos de las administraciones locales, de acuerdo con Fitch Ratings, firma consultora que ofrece productos y servicios para la industria financiera.
En México las erogaciones de iluminación y alumbrado público representan entre el 5 y hasta el 10 por ciento de todos los costos de las administraciones locales, de acuerdo con Fitch Ratings, firma consultora que ofrece productos y servicios para la industria financiera.
Durante el seminario “Encuentro por la
Federación y la Unidad Nacional” que se efectuó el 2 de octubre pasado (2014) en
el Senado de la República, Sergio Arredondo Olvera, quien dirigía la Federación
Nacional de Municipios de México, afirmó que el modelo municipal de esta
república está agotado, y por esto tiene que cambiar, dijo contundentemente.
Subrayó el hecho de que el municipio,
primera instancia del contacto ciudadano con su autoridad, así como ésta, son
considerados como menores de edad o tácitamente incapaces, y su significación
es, en consecuencia, limitada por un paternalismo federal y estatal que
funciona más bien como camisa de fuerza, que acota de manera abusiva las
potencialidades de la gente que vive y se desenvuelve en el municipio, que es su
hábitat político fundamental, la polis,
la ciudad.
Habló de
una “debilidad hacendaria inaceptable” porque, nótese bien: del fondo
general de participaciones (reparto presupuestario nacional), el 80 % se lo
queda la federación, el 16 % es para repartir en las 32 entidades federativas, y
sólo el 4 % está destinado a la totalidad de los municipios. Los suecos, en
cambio (por citar sólo un ejemplo), otorgan el 94 % de sus ingresos fiscales al
municipio.
El escepticismo social por el insuficiente
desempeño de la administración municipal en materia económica ha llevado a
culpar de ello a los ayuntamientos, siendo que su exiguo beneficio es a causa
de un obsoleto funcionamiento del régimen municipal, derivado básicamente de la
precaria asignación de recursos a éste.
Dijo el municipalista en su intervención que
“se requiere un federalismo más vigoroso... una revolución urbana..., tenemos
que crear un nuevo modelo municipal para nuestro país, con mayor equidad entre
esos tres órdenes de gobierno y poniendo a los ciudadanos en el centro...”
Afirmó que “el municipio debe ser actor
clave en el desarrollo de nuestro país” y concederle mayor autonomía, así como
equidad fiscal y presupuestaria. Para apuntar una incongruencia en este
sentido, recuerda que el impuesto de alcoholes es recaudado íntegramente por la
federación, y el trabajo de lidiar con los borrachos debe ser asumido
íntegramente por la policía que paga el erario municipal.
En el mismo orden de ideas, recuérdese que
los impuestos sobre la pesca son federales, y es el ayuntamiento el que tiene
la obligación de prestar los servicios públicos a las comunidades ribereñas que
se dedican a esa actividad. Le es exigido el trabajo de rellenar los baches (lo
cual está en capacidad de hacer con su personal y equipo), pero carece de una
partida presupuestaria y dinero para comprar chapopote.
Cada competencia debe tener sus recursos,
sostiene Arredondo Olvera; es lo justo y coherente, pero resulta que en la
actualidad se demanda al ayuntamiento atender servicios para los que no se le
asignan elementos pecuniarios.
En la nueva reforma municipal que urge, se
deberán, pues, hacer modificaciones sustanciales en materias institucional,
política y hacendaria, dando voz y voto a las representaciones municipales en
las decisiones que atañen al país.
A finales de noviembre anterior se llevó a
cabo en la capital jalisciense la Conferencia Nacional de Municipios, de la que
derivó la “Declaratoria de Guadalajara”, de 5 puntos, el último de los cuales
expresa que se propone “Impulsar una gran reforma municipalista que actualice
el artículo 115 Constitucional y que promueva el fortalecimiento de las
competencias de los gobiernos locales, con especial énfasis en garantizar la
rectoría del municipio sobre el espacio público urbano para que empresas
privadas cumplan con el pago de los derechos por uso de la vía pública.” Ello, creemos, deberá incluir a los organismos
paraestatales como la CFE.
Entonces, resulta a todas luces
imprescindible ya que el municipio se haga fuerte para que haga fuerte a
México.
RESEÑA
EL ENCUENTRO DE UNA PENÍNSULA
(Prólogo al libro del mismo título)*

Noticias abundantes de naturaleza diversa se
hallan aquí para ayudar a entender un proceso complejo de encuentro y
desencuentro de dos mundos, el americano y el europeo, que bien pudiera
sintetizarse en los textos de Francisco de Ulloa y Francisco Preciado, que
analizados con la minuciosidad de
Lazcano y Montané ofrecen una visión nueva de hechos y fenómenos más generales
que permiten descubrir, en cada momento de la lectura, evidencias adicionales.
Con seguridad puede afirmarse que estos
documentos aportan materia de reflexión y análisis no únicamente para la
historia sino para la antropología, los estudios etnográficos, la geografía y
ecología, la sociología y, de modo notable, para la investigación de todo
aquello que tiene que ver con los afanes del hombre por persistir y pervivir,
enfrentado a las fuerzas de las circunstancias y de sus propios impulsos.
Lo que aquí se ofrece es lección viva de
cuánto pueden lograr la voluntad, la creatividad, la imaginación, las
ambiciones y la fe, no necesariamente religiosa sino la que se fundamenta y
crece en la certeza de las propias potencialidades.
Si la fe mueve montañas, los mitos, las
leyendas y los símbolos mueven a la historia en muchos sentidos: Las amazonas,
las Antillas y la misma California, por subrayar tres ejemplos, que de la
realidad imaginística pasaron a formar parte de la nomenclatura geográfica, los
descubrimientos, las conquistas, el poblamiento y las formaciones sociales de
nuestra América.
Es posible hablar de la invención de
California.
California nació en la literatura -bella matriz e inmejorable cuna- y tomó realidad en este vasto territorio que
rebasó los confines peninsulares hasta adentrarse en el septentrión del
continente americano.
Fue utopía (si nos atenemos al origen del
término) desde el siglo XV, se convirtió en referencia toponímica a partir de
las andanzas cortesianas en el noroeste novohispano, tomó realidad textualmente
incontrovertible en los apuntes de Francisco Preciado, adquirió naturaleza
antropológica en la precaria definición de sus etnias, y consolidó su carácter
histórico en los afanes de los miembros de la Compañía de Jesús cuya
labor no se limitó a evangelizar sino a construir un mundo nuevo, con lo cual
devino utopía nuevamente, tal vez para confirmar su irrenunciable identidad...
La historia (pariente cercana de la
filosofía, la literatura y la ciencia), lejos de ser visita guiada a los
cementerios ha de constituirse en enseñanza vital para validar su importancia,
en aprendizaje práctico y lección vigente para legitimar su utilidad, y en
discurso ameno para asegurar su interés.
Esta cosecha historiográfica contiene
enseñanzas vitales que muestran modalidades diversas del choque entre formas
distintas de mirarse a sí mismas y ver el mundo y la vida, tanto como las
múltiples imbricaciones e implicaciones que necesariamente resultan de tal
eclosión, repetida ininterrumpidamente desde el principio de los tiempos.
Contiene aprendizaje práctico en cuanto nos
coloca en situación de primera fila ante ocurrencias cuyo conocimiento permite
tomar la delantera a la experiencia propia. Es por eso también lección
bastantemente aprovechable para cualquier tiempo actual. “Nadie experimenta en
cabeza ajena”, es verdad, pero “sobre aviso no hay engaño”.
Y es discurso ameno, ciertamente: ameno,
llano y claro que alienta a la lectura. Admira en realidad la amable
rigurosidad con que los autores del volumen que comentamos, conducen la
revisión de los escritos y, con acuciosa sencillez, logran detener oportunamente
al lector para hacer hincapié en observaciones pertinentes y puntuales.
Lo hacen expresando con simplicidad los
pensamientos, y tal condición exige algunas dosis de modestia y considerable
nivel de sabiduría que permiten escribir para comunicar cabalmente.
Lo cual se debe agradecer. (Emc)
* El encuentro de una península. La
navegación de Francisco de Ulloa (1539-1540), por Julio César Montané Martí
y Carlos Lazcano Sahagún, Fundación Barca (colección Navegantes de la California , 3), 251 p.,
Ensenada, B. C., 2008.
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