ACTUALIDAD
RECONSTRUCCIÓN

Los
sudcalifornianos estamos muy lastimados después de un excesivo periodo de ejercicio
errático del poder, injusticias e incompetencias, de ver lastimosamente
diferido un porvenir de prosperidad para todos que creíamos cercano.
Años en que hemos
debido sufrir la frustración de ver aplazado cada vez el cumplimiento de las
ancestrales ilusiones de convertir a esta heredad en tierra de desarrollo,
bienestar y realización cabal de cada uno de sus habitantes.
Reinado de ignorancia, rusticidad y patanería, este ciclo
de regresión, desengaño y lamentable mediocridad será en la historia regional, sin
duda, nuestra edad media.
Y en este nuevo proceso
se vislumbra la etapa de volver a confiar, pero ahora en valores consistentes
más allá del discurso demagógico, de la convocatoria al odio y la ambición
patológica e irresponsable de poder. Ya está aquí el momento de depositar las aspiraciones
colectivas en manos de las mujeres y los hombres del impulso espléndido, del
empeño creativo y el afán innovador.
La credibilidad de
los sudcalifornianos se desgastó inútilmente en demasiados años de afanes y espera
inútil, de endebles perspectivas y expectativas falsas, en tanto se
enseñoreaban la rapiña, la codicia desmedida, el nepotismo, el importapoquismo
y la incompetencia.
La pesadilla
terminará cuando volvamos a creer en los sudcalifornianos conscientes de la
necesidad del cambio y del regreso a los antiguos valores que alguna vez
prevalecieron en esta tierra, dignificándola, fortaleciéndola, enriqueciéndola.
Sudcalifornia debe
volver a ser de los sudcalifornianos, los que aquí nacieron y los que aquí
llegaron para incorporarse a los afanes y proyectos comunes.
Aunque la tarea
será larga y laboriosa, es ya imprescindible reemprenderla, y el talento desprendido
de nuestro estado es el llamado a asumirla.
Se ha perdido un
tiempo precioso y resulta inaplazable recuperarlo. Para ello hay disposición en
abundancia, y tenemos la certeza de que quienes sean llamados a hacerlo aceptan
ayudar al rescate de Sudcalifornia con los invaluables ingredientes de su
inteligencia, empeño y generosidad. Con el espíritu, la mente y el corazón.
Hagamos profesión
de fe en la inaplazable reconstrucción vital para el presente y el futuro de
Baja California Sur.
Confiemos en las
mujeres y los hombres de entusiasmo y visión, y preparémonos a apoyarlos en el
duro quehacer que les espera.
CRÓNICA HUÉSPED
DATOS
DIVERSOS
Por Manuel Clemente Rojo*

El capitán De la Portilla llevaba algunos miles de pesos,
aforrados en zurrones de cuero crudo, para el pago de los sueldos de sus
fuerzas, lo que no dejó de impresionar a los antiguos veteranos de la Compañía
Presidial de Loreto, que se habían pasado años, lustros y épocas sin que les
pagaran los suyos.
Los veían con cierto celo por esa causa, y cuando
desertaron cinco soldados de los De la Portilla, en la misión de San Vicente
Ferrer, se acomidieron a seguirlos tres de la Compañía Presidial, alcanzándolos
en una cuestecita poco distante de la misión, que desde entonces hasta hoy se
llama “Los Mazatecos”, y de allí los devolvieron a reatazos, quitándoles los
fusiles que llevaban y desprestigiándolos con este hecho lleno de celo por esa
injusta preferencia con que los trataba el gobierno.
El año de 1825 llegó también al mismo puerto, e
igualmente de paso para la Alta California, el señor general don Manuel de
Echeandía, nombrado gobernador y comandante general de ambas Californias;
venían en compañía de este señor los reverendos padres dominicos fray Gabriel
González, fray Ignacio Ramírez, fray Félix Caballero y fray Tomás Mansilla, destinados
a las misiones de la Baja California, pasando los dos últimos a la frontera de
la misma, como lo hemos dicho en otro lugar.
Después de lo referido nada hay, según nuestro humilde
concepto, que sea necesario consignar en estos simples apuntes históricos,
hasta el año de 1830 en que el señor jefe superior político y comandante
militar del Territorio, don José María Padrés, se trasladó con su oficina del
puerto de Loreto –donde existía desde su origen al tiempo de la conquista en el
año de 1697- al puerto de La Paz, hoy nueva capital de dicho Territorio, porque
el referido puerto de Loreto fue destruido casi en su totalidad con la
extraordinaria creciente del arroyo en aquel mismo año, que saliéndose del
lecho por donde había corrido siempre, abrió un nuevo cauce en el lugar de la
población, llevándose huertas, casas y cuanto había en ellas, salvándose
únicamente una lengüeta de tierra donde se hallan la iglesia y los almacenes,
con dos o tres casas particulares más, quedan muy expuestos a los peligros de
otra inundación [...]
El puerto de La Paz fue por muchos años el escondite y
abrigo donde se estacionaban los piratas en el punto que hoy se conoce por
“Pichilingue”, de donde salían a voltear el cabo de San Lucas para espiar y
robar las valiosas expediciones de la Compañía de Filipinas [...]
* En Los apuntes
históricos de Manuel Clemente Rojo sobre Baja California, edición de Eligio
Moisés Coronado, CONACULTA-Gobierno de BCS, 1996, La Paz, págs. 61-62.
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