¿POR QUÉ IR A BAJA CALIFORNIA SUR?

ACTUALIDAD

CIEN AÑOS EN EL AIRE

LA FUERZA AÉREA MEXICANA


         En abril de 1913 la aviación militar en nuestro país fue organizada como “Escuadrilla Aérea de la Milicia Auxiliar del Ejército”.

         El 14 de abril del año siguiente, el teniente piloto aviador Gustavo Adolfo Salinas Camiña y el mecánico naval Teodoro Madariaga, en el biplano “Sonora” efectuaron el primer bombardeo aeronaval en el mundo con el ataque al buque de guerra “Morelos”, que se enfrentaba al cañonero “Tampico” frente al puerto de Topolobampo, Sinaloa, cuya tripulación se había rebelado contra el usurpador Victoriano Huerta.

         El jefe del ejército constitucionalista Venustiano Carranza, al confirmar las enormes posibilidades de la aviación, expidio el 5 de febrero de 1915 el acuerdo mediante el cual se creó el arma de aviación militar, y designó como jefe de ésta al mayor piloto aviador Alberto Salinas Carranza.

         Personajes ilustres de la aviación militar mexicana han sido, entre los primeros, los pilotos Emilio Carranza Rodríguez, Pablo L. Sidar, Carlos Rovirosa, Antonio Cárdenas Rodríguez, Roberto Fierro Villalobos y Arnulfo Cortés, éste último  fundador de la primera Compañía Mexicana de Aviación y creador del “Colegio del Aire”.

En mayo de 1942, un submarino alemán hundió al petrolero mexicano “Potrero del Llano” y nueve días después al “Faja de Oro”; por ello el presidente Manuel Ávila Camacho declaró el estado de guerra en contra de las potencias del Eje. La fuerza aérea expedicionaria mexicana, al mando de Antonio Cárdenas Rodríguez, partió enseguida hacia el teatro de operaciones del Pacífico. Del 4 de junio al 4 de julio de 1945, el escuadrón “201” condujo 53 misiones de combate apoyando a las fuerzas terrestres aliadas.

En 1961 dio inicio la era del jet en México, y con este tipo de aviones fueron creados dos escuadrones de pelea. Actualmente la FAM está integrada por 19 bases, 8 estaciones y 23 escuadrones aéreos, encuadrados en cinco grupos, de forma que la totalidad del territorio nacional se encuentra cubierto por esta fuerza armada, mediante la llamada “ala fija” (aeroplanos) y “ala rotativa” (helicópteros), asignados a operaciones del Ejército Mexicano contra el narcotráfico, reconocimiento y transporte ligero, transporte de personal y pertrechos, búsqueda y rescate de personal y material, transporte de carga, personal, vehículos ligeros y como ambulancia durante la aplicación del plan DN-II-E (en casos de desastres y auxilio a la población civil). Mención aparte merecen las acciones de combate y extinción de incendios forestales, así como de alerta temprana y control e intercepción de aeronaves ilícitas que se encuentren realizando actividades de narcotráfico.

Como reconocimiento a esta arma de defensa nacional, por decreto presidencial se dispuso que el día 10 de febrero de cada año sea celebrado como el de la Fuerza Aérea Mexicana.

LA BASE AÉREA MILITAR DE LA PAZ, BCS

Desde 1941 la FAM destaco unidades operativas en el aeródromo de la capital sudcaliforniana, aunque luego sus terrenos fueron vendidos por el gobierno del distrito Sur a la compañía algodonera y despepitadora para construir con esos fondos un aeropuerto de mayor capacidad, lo que dificultó las actividades de la fuerza aérea para establecerse en dicha plaza.

El 14 de noviembre de 1950, representantes de la secretaría de la Defensa Nacional y de la Fuerza Aérea Mexicana tomaron posesión del campo militar de aviación de esta plaza, a partir de cuya fecha se le conoció como Aeródromo Militar, y fue su primer comandante el general Francisco Carrillo Torres.

En  mayo de 1970, la secretaría de Comunicaciones y Transportes entregó a la dirección de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) el nuevo aeropuerto internacional “General Márquez de León”; quedó a cargo de su conservación y vigilancia la comandancia militar del aeródromo.

          El 5 noviembre de 1977, el antiguo aeródromo militar fue convertido en Base Aérea Militar número 9 “General Gustavo A. Salinas Camiña”, donde opera en la actualidad.

El miércoles 10 de junio de 2015 fue fijado en el muro principal del Congreso sudcaliforniano el texto “Centenario de la Fuerza Aérea Mexicana” mediante una ceremonia acordada en reconocimiento a los servicios de los soldados del aire en México y Baja California Sur.

(Imagen: Ataque del biplano Sonora, por Cecilia Lazzeri)


DOCUMENTO HUÉSPED

MANIFIESTO A LOS HABITANTES DEL DISTRITO SUR DE LA BAJA CALIFORNIA
o
PLAN DE LAS PLAYITAS

Californianos: La República Mexicana, con profundo disgusto ha visto que ni dos años completos pudo el pueblo ejercitar sus sagrados derechos restaurados por el Mártir de la Democracia, don Francisco I Madero, al derrocar la dictadura porfiriana, de más de treinta años, porque un golpe de estado, una traición vil del ejército que hacía alarde de lealtad, asesinó ignominiosamente a los jefes de la nación ungidos por la voluntad del pueblo, hundiéndolo de nuevo en una dictadura militar.
   Ésta, hija de la deshonra engendrada por el militarismo, ha venido a colocar a nuestra patria en el punto más vergonzoso que pudiera atribuirse a una república ante las demás naciones civilizadas, sacrificando infamemente, después del buen nombre de aquélla, millares de víctimas hermanas.
   Tal es nuestra situación, por manera que de esa traición incalificable han surgido los pretendidos gobernantes que actualmente imponen a su arbitrio sus despóticos mandatos, usurpando las instituciones y derechos de toda una nación. Así es que los buenos mexicanos, en quienes radique incólume el amor a la patria y el respeto a las leyes que nos legaron los Constituyentes, no debemos permanecer como simples espectadores de aquella acción atentatoria.
   La Baja California, y especialmente el distrito Sur en que habitamos, jamás ha sido indiferente a la por mil títulos censurable conducta del ejército, corrompido traidoramente por el sobrino del dictador, por Félix Díaz; pero las circunstancias especiales a que ha estado sujeta por la carencia casi absoluta de elementos para aprestarse a rechazar la imposición del mal gobierno y hacerse escuchar de los jefes del ejército, no permitía organizar medianamente siquiera, el movimiento a que hoy nos lanzamos con fe inquebrantable en Dios y en la justicia de nuestra causa, esperando su triunfo.
   Así pues, llevando por norma el cumplimiento del deber bajo todos conceptos y propuestos a cooperar a la restauración de nuestros principios democráticos, hoy atentatoriamente mancillados por los usurpadores, convocamos a todos los habitantes del distrito a quienes no tenga fascinados con su aliento el áspid del cientificismo porfiriano, a unirse a nosotros con sus elementos para reforzar cada día más al Ejército Restaurador Constitucionalista, y así unidos contribuir a la obra de restauración constitucional encabezada por los dignos y pundonorosos gobernadores de los estados libres y soberanos de Sonora y Coahuila, así como a las demás entidades que han secundado sus patrióticos procedimientos.
   Al efecto, interpretando el sentimiento general de los habitantes de este girón apartado de la República, declaramos a nombre de los mismos: que nos adherimos, adoptamos y sostendremos por medio de las armas el plan expedido en la hacienda de Guadalupe, estado de Coahuila, el 26 de marzo del corriente año, suscrito por todos los jefes y oficiales que militan bajo las órdenes del ciudadano Venustiano Carranza, jefe del Movimiento Restaurador del Orden constitucional en la República.
   Dicho plan dice en lo conducente: 1o. Se desconoce al general Victoriano Huerta como presidente de la República. 2o. Se desconocen también los poderes legislativo y judicial de la Federación. 3o. Se desconoce a los gobiernos de los estados que aún reconozcan a la actual administración treinta días después de la publicación de este plan. 4o. Para la organización del ejército encargado de hacer cumplir nuestros propósitos nombramos como primer jefe del ejército, que se denominará “Constitucionalista”, al ciudadano Venustiano Carranza, gobernador del estado de Coahuila. 5o. Al ocupar el Ejército Constitucionalista la ciudad de México, se encargará interinamente del poder ejecutivo el ciudadano Venustiano Carranza, primer jefe del ejército, o quien lo hubiere sustituido en el mando. 6o. El presidente interino de la República convocará a elecciones generales tan luego como se haya consolidado la paz, entregando el poder al ciudadano que hubiere sido electo. 7o. El ciudadano que funja como primer jefe del Ejército Constitucionalista, en los estados cuyos gobiernos hubieren reconocido al de Huerta, asumirá el cargo de gobernador provisional y convocará a elecciones locales después de que hayan tomado posesión de sus cargos los ciudadanos que hubieren sido electos para desempeñar los altos poderes de la Federación, como lo previene la base anterior.
   Firmado en Playitas de la Concepción, municipalidad de La Paz, distrito Sur de la Baja California, el 20 de junio de 1913.
   Por la Junta Revolucionaria de la Baja California:

   El presidente, Félix Ortega. El secretario, Simón E. Cota.