ACTUALIDAD


SOBRE EL INFORME DE “RESULTADOS”

Cuando se escucha y lee la frase “Lo que cuenta son los resultados” del señor que desde hace ya cinco años encarna al poder ejecutivo de Baja California Sur, uno se pregunta si quien la sostiene sabe lo que está diciendo.
En continuación de tal idea, a la rendición de cuentas que parcialmente acaba de hacer le ha llamado “ informe de resultados”, denominación que incumple lo dispuesto por la Constitución sudcaliforniana en el artículo 79 (De las facultades y obligaciones del gobernador), fracción XX, que es “Rendir al congreso un informe anual del estado que guarde la administración pública de la entidad.”
Ahora, suponer que los “resultados” han de constituir los parámetros, la medida única del quehacer gubernamental, sin ningún otra forma posible de valorarlo o cuestionarlo, es lo mismo que asumir la conocida argumentación de que “el fin justifica los medios”.
Apuntalar toda obra de la administración pública en esa tesis resulta perverso y peligroso para la vida democrática, porque se intenta con ella purificar todos los productos de la acción política, sean cuales fueren los procedimientos de que se valió ésta para lograrlos.
En “El Príncipe”, obra clásica de Nicolas Maquiavelo, la razón suprema no es otra que la razón de Estado (que personifica en el gobernante), que para el autor italiano constituye un fin último, un fin en sí, no sólo independiente sino también opuesto al orden moral y a los valores éticos, y situado incluso por encima de ellos.
De manera que, para el que se halla en la cima del poder, el bien supremo no sería ya la virtud, la felicidad, el bienestar, la justicia, la perfección, el placer o cualquiera de los objetivos que para el ser humano proponen los moralistas, sino la fuerza y el poder del Estado y de su personificación en la figura del gobernante.
Ello supone que el bien del Estado no ha de subordinarse al bien del individuo, y su fin está en absoluto por encima de todos los fines particulares.
Pocas cosas hay tan nocivas como que alguien, en la cúspide de las decisiones, crea que está facultado para hacer lo que le venga en gana si ello le permite lograr las metas del Estado, o las suyas propias (ya que algunos llegan a considerar a éste como su botín particular).
Porque “lo que le venga en gana” es pragmatismo-oportunismo puro y puede significar desviaciones y malversación, tráfico de influencias, nepotismo, persistencia en el error, corrupción, violaciones a la ley, a la ética y las normas de la convivencia colectiva, al respeto que está obligado a preservar para la sociedad así como para cada uno de sus miembros, aunque no pertenezcan a su familia o al grupo gobernante.
En dicha consigna también está visible el boceto de una pretensión autoritaria, embozada en la intención de convencer “a priori” de que todo lo que se haga en tal sentido estará bien hecho. Y de ese modo se pretende legitimar todo abuso de poder, toda transgresión a la ley, toda conculcación al estado de derecho.
De cualquier manera, el reciente quinto informe de “resultados” privilegió la cita de montos inaprensibles de inversión económica en los rubros tradicionales de la administración estatal, que muy poco dicen del verdadero sentido de la tarea gobernamental, que básicamente es promover el desarrollo responsable con equidad, garantizar y preservar la tranquilidad social y, por encima de todo ello, la confianza comunitaria en sus autoridades.
En cambio adoleció de omisiones importantes, pues se esperaban respuestas a situaciones graves que han conflictuado en los últimos tiempos a la sociedad sudcaliforniana, la cual finalmente quedó frustrada por la ausencia, en el documento de balance anual, de aclaraciones oportunas y pertinentes a aspectos esenciales de nuestra vida pública.
Lo que se escuchó este 15 de marzo fue un discurso de subjetividades en buena medida insustanciales; habrá que esperar la revisión del anexo técnico respectivo y la comparecencia de funcionarios en el congreso estatal, que constituirán el comentario oficial, para nutrir en parte las conclusiones de la colectividad sobre la tarea gubernativa.
Independientemente de ello, tenemos conocimiento de que por lo menos dos organismos políticos, carentes de compromisos con el régimen, se preparan para hacer la glosa social del informe en los siguientes días.


em_coronado@yahoo.com



HISTORIA


EFEMÉRIDES

MARZO

21 (1914). La jefatura política del distrito Sur de la Baja California, en manos del coronel Gregorio Osuna, desconoció al gobierno de Victoriano Huerta.

25 (1654). Nació en Palermo, Italia, Francisco María Píccolo, quien sería importante misionero jesuita en la Antigua California. Murió en Loreto (BCS) a los 75 años de edad.

26 (1804). El gobierno virreinal separó política y administrativamente a las Californias en una parte peninsular (Antigua, Vieja o Baja California) y otra continental (Nueva o Alta California).

26 (1984). Murió en La Paz Jesús Castro Agúndez, maestro, escritor y político. Sus restos mortales fueron reinhumados en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres. Fue funcionario federal en el ramo de Educación, así como del territorio y el estado de Baja California Sur, y senador de la República por esta misma entidad; autor de textos costumbristas que publicó en algunos libros, el primero de los cuales se titula Patria chica. Nació el 17 de enero de 1906 en El Rosarito, municipio de Los Cabos.

26 (2009). Murió en Todos Santos, de donde era oriundo, el profesor Néstor Agúndez Martínez, extraordinario maestro, poeta (con acento especial en el soneto), dramaturgo, coreógrafo, cronista, biógrafo e impulsor de las artes. Por todo ello es figura emblemática de la cultura sudcaliforniana; fue profesor de muchas generaciones en educación primaria, secundaria y preparatoria. Buena parte de su obra se encuentra publicada, e hizo de la amistad y la paz así como el paisaje y las costumbres sudcalifornianas tres temas siempre presentes en su vasta producción. El empeño apasionadamente creador de Agúndez Martínez motivó la construcción del teatro “Manuel Márquez de León” e hizo posible la fundación del Centro Cultural que lleva su nombre en el mismo lugar donde transcurrió toda su fructífera vida. Nació el 26 de febrero de 1925.

27 (1932). Murió en San José del Cabo Ildefonso Cipriano Green Ceseña, combatiente por la República y la Revolución Mexicana. Desde temprana edad se trasladó con su familia a los EUA. De regreso a su solar nativo fue nombrado capitán de la Guardia Nacional. En 1857 se levantó en armas con Mauricio Castro en defensa de la Constitución, quienes a la cabeza de un centenar de patriotas lograron sacar del Territorio al gobernante conservador. Con el mando militar de la capital de su entidad integró una asamblea legislativa con un representante de cada municipio; formularon los estatutos orgánicos que rigieron durante las luchas de Reforma. Todavía en 1915 participó a favor de los constitucionalistas. Sus restos mortales fueron trasladados de Cabo San Lucas a La Paz y reinhumados en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres. Nació el 23 de enero de 1836 en Cabo San Lucas.

LIBRERÍA


...Ando en mis meras nadadas, por Jesús Castro Agúndez, Dirección de Cultura del Gob. de BCS, La Paz, 1983.

Esta obra es la última del maestro escritor, que aún pudo ver publicada; lamentablemente murió al año siguiente de la edición que ahora se reseña.
La serie de relatos costumbristas de Castro Agúndez comienza con Patria chica, sigue con Más allá del Bermejo, El canto del caudel y concluye con la presente compilación de anécdotas que, de acuerdo con el autor, “son el producto de algunos ratos de ocio dedicados a la realización de tareas literarias... Todos ellos han sido escritos recordando algún acontecimiento especial...
El libro está constituido por los siguientes trabajos: Ando en mis meras nadadas, La búsqueda, Castor y Pólux, El guarero, El cuervo y el zanate, Gabriela, La capilla, El pozo, El caudel, Tesoros ocultos, Un proverbio chino, Car... car, Una anécdota y El rabioso.
Casi todos van seguidos de un subtítulo; de Tesoros ocultos dice que es “algo que me apasionó en la juventud.” Y transcribe el corrido que dedicó a don Jesús y sus amigos buscadores de tesoros el poeta Margarito Sández, el mismo autor de la letra del himno sudcaliforniano “Costa Azul”:

Bien manejado el volante / y acompasado el motor,
marcha siempre hacia adelante / el agorero inspector.
También, si mal no recuerdo, / marchaban en la gavilla /
don Trino, Alejandro, el Coco, / don Manuel y Emilio Villa.
El que esta historia relata / supo de antiguo bajel /
que comandaba un pirata / pariente de don Manuel.
Descendientes de piratas /sin duda los Villa son, /
pues sacan con una pata / más tierra que un azadón.
Para estos hombres son poco / las arenas con imán, /
por eso llevan al Coco, / que sirve de talismán.

San José del Cabo, B. Cfa. Sur, a 3 de junio de 1932.