VISIÓN FRANCESA DE BAJA CALIFORNIA SUR
La serie videográfica de Sudcalifornia, nuestra historia, está en
olatv.com.mx
ACTUALIDAD
CRONISTAS
MUNICIPALES
El cronista ha
constituido, desde los tiempos más remotos de las culturas indígena y europea,
una figura imprescindible de la colectividad por su carácter de notario
histórico y asesor del ayuntamiento (particularmente en materia de nomenclatura
y de archivo histórico) y sus conciudadanos en relación al pasado lejano y
reciente de la vida comunitaria.
Sin embargo, sus
ocupaciones van más allá y de ningún modo consisten en publicar loas a la gente del poder (que para
ello son los boletines) sino a preservar y acrecentar el patrimonio intangible
de la colectividad: cultura, lengua, tradiciones y todo lo demás, que es
infinito.
El encuentro de
dos mundos, el nuevo y el antiguo, América y Europa, tuvo cronistas del lado de
los vencidos y del campo de los conquistadores. De manera que nuestro país
posee una larga tradición en este sentido, que ha hecho posible la custodia, conservación
y transmisión de los testimonios que luego servirán para escribir la historia.
Baja California Sur ha contado con cronistas
desde siempre; díganlo si no las pinturas rupestres y los glifos en piedras
diseminadas en todo su territorio; ahí están igualmente los diarios de los
navegantes y exploradores de los siglos XVI y XVII, los libros de los
misioneros del siglo XVIII, los documentos del XIX que se hallan en el Archivo
Histórico del Estado, en La Paz, y las muchas obras de la anterior y presente
centurias.
Hace ya 43 años
que fue reinstaurado en Sudcalifornia el régimen municipal, y es tiempo más que
razonable para pensar ya en la conveniencia de nombrar cronistas municipales, a
quienes espera, sin duda, una significativa tarea por realizar.
CONMEMORACIÓN
LA ANEXIÓN CHIAPANECA*

En
efecto, un día como hoy hace 191 años, el pueblo chiapaneco decidió, en el
libre ejercicio de su soberanía, forjar su destino en el seno de la Federación
Mexicana.
Entre los muchos sucesos y personas que han ido
conformando el perfil de la nación, hecha al mismo tiempo de heroísmo y
virtudes cotidianas, figura privilegiadamente el proceso, los hombres y mujeres
que lo llevaron a cabo, por medio del cual ese rico y entrañable integrante del
país pasó a formar parte de esta patria. Es preciso, por ello, darle en forma
permanente toda su dignidad a esta conmemoración.
Antes de la entrada del Ejército Trigarante aquel 27 de
septiembre de 1821 a la ciudad de México, Comitán primero y luego muchas otras
ciudades se declararon independientes de España y la capitanía de Guatemala,
desencadenando en toda la provincia chiapaneca un activo movimiento insurgente
que terminaría acompasándose con el que estaba ocurriendo en la antigua Nueva
España, y desembocaría en su Pronunciamiento
Solemne de Federación.
Más
tarde culminó este proceso al expedirse la primera Constitución del Estado, a
cuya formación concurrieron todas las regiones y localidades provinciales, que
de esta manera se dieron su congreso constituyente.
Cuando Chiapas se unió a México, y México se unió a
Chiapas, se concluían los debates de nuestra primera Constitución Federal, que
se promulgó el 4 de octubre de 1824, por eso están ausentes las firmas de los
constituyentes de ese Estado en dicha carta fundamental, pero ya Chiapas se
había unido a la nación mexicana para compartir, sin excepción, todas sus
vicisitudes.
Así aparece suscribiendo la Constitución de 1836, que es
el primer documento constitucional en el que sus representantes toman parte y,
más tarde, el Acta de Reformas que restaura la Constitución Federal de 1824; y
luego, sucesiva y puntualmente, en todos los demás episodios de nuestra
accidentada vida política.
Al sobrevenir la independencia de las colonias que
formaban parte del imperio español, y particularmente en la Nueva España,
comenzaron a manifestarse con todas sus fuerzas las singularidades que, a pesar
del empeño uniformador de la Corona, caracterizaban a las diversas regiones del
enorme país. La Federación fue así la respuesta política y jurídica que
permitió mantener la cohesión de la nueva república. Y la corriente federalista,
lúcidamente identificada con las ideas de renovación y progreso, hizo posible
desde entonces la unidad de la nación. Éste es, sin duda, su principal,
constante y todavía vivo aporte a nuestra historia; pero poco se ha reconocido
que, además de su capacidad unificadora, el federalismo permitió, entre otros
logros, incorporar al estado de Chiapas.
Es más: tal y como ocurrió en la provincia chiapense, el
federalismo permitió detener las fuerzas disgregadoras que se manifestaban aun
en el seno mismo de las provincias, las cuales pudieron haber llegado a un
grado de atomización inverosímil e inconveniente. Chiapas es, entonces, fruto
eminente del federalismo.
Hay una línea histórica de estricto mexicanismo que va de
1824 a 1913: Una misma emoción enlaza el momento en que los pueblos de esa
provincia externaron franca y libremente su voluntad de federarse a la nación
mexicana, y la valerosa voz del senador Belisario Domínguez quien denunció al
sátrapa Victoriano Huerta, que después de asesinar al presidente Madero y al
vicepresidente Pino Suárez hacía escarnio de la soberanía de los estados y de
la nación entera.
Chiapas es la puerta que nos franquea el paso a todos los
pueblos hermanos de Latinoamérica. Comparte con los estados del norte la
condición fronteriza que establece y define el territorio nacional y dibuja el
perfil de nuestra soberanía. El límite de Chiapas es el límite México. Esto da
a los chiapanecos una condición especial, porque México requiere vigorizar su
política de acercamiento y cooperación con los países de Centro y Sudamérica.
El presidente Enrique Peña Nieto ha sostenido
reiteradamente que nuestras relaciones con los países latinoamericanos son una
prioridad inexcusable, y ha persistido en actuar en base a esta convicción.
Porque es un antiguo sueño de nuestros pueblos establecer relaciones francas,
cordiales y mutuamente provechosas entre las naciones latinoamericanas.
El mundo tiende cada vez más a integrar, mediante la
solidaridad y los empeños comunes para el desarrollo, a entidades nacionales
afines; y pocos ejemplos de afinidad mayor pueden encontrarse que la que
ofrecen los países hermanos de Centroamérica. Son muchos, por fortuna, los
testimonios de solidaridad que se han dado y se dan entre el pueblo chiapaneco
y nuestros vecinos del sur. En alguna ocasión expresaba el poeta chiapaneco
Eraclio Zepeda que la diferencia entre las fronteras del norte y del sur de México
era que la del sur es una frontera de amor.
El pasado común los ha hecho compartir tribulaciones y esperanzas,
y múltiples lazos, incluso familiares, unen a una y otra población. Está en el
interés nacional que esas relaciones se perfeccionen y se multipliquen. El
presidente ha esmerado sus proyecto de que esto sea así, a través de una
impecable política de vecindad que, respetuosa de las autonomías, sea capaz
también de superar malos entendidos y sospechas. Todos debemos contribuir a dar
vigor y efectividad a esta política que conviene a Chiapas, a los estados de la
frontera sur y, por tanto, al país entero.
Con acuerdos y acciones se documenta la voluntad de
emprender un desarrollo integral de ese Estado, que esté a cargo principalmente
de sus mujeres y hombres y que aproveche sus importantísimos recursos
naturales.
Chiapas
es un mosaico de grupos humanos, de creencias, de regiones y, por tanto,
también sus problemas contienen una diversidad que lo singularizan en el
panorama nacional. Pero es en sus capacidades, asimismo múltiples, y con su
energía, conducida con perseverancia, comprensión y altura de miras, que podrá
salir adelante.
Ahora
y aquí en BCS celebramos el aniversario de la anexión de Chiapas a México, y en
la capital sudcaliforniana saludamos a los chiapanecos que han venido a
incorporar su trabajo a los afanes que realizamos juntos en bien de esta tierra
y del gran país al que tenemos el orgullo de pertenecer.
*
Discurso en el acto conmemorativo del lunes 14 de Septiembre de 2015 en la
plaza cívica de Palacio Municipal de La Paz, BCS.
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