VISIÓN FRANCESA DE BAJA CALIFORNIA SUR


                   La serie videográfica de Sudcalifornia, nuestra historia, está en 
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ACTUALIDAD

CRONISTAS MUNICIPALES

Ante la próxima renovación de los poderes municipales sudcalifornianos, quizá sea éste un momento apropiado para sugerir a sus respectivas autoridades la pertinencia de designar, desde los inicios del trienio, a sus correspondientes cronistas.

   El cronista ha constituido, desde los tiempos más remotos de las culturas indígena y europea, una figura imprescindible de la colectividad por su carácter de notario histórico y asesor del ayuntamiento (particularmente en materia de nomenclatura y de archivo histórico) y sus conciudadanos en relación al pasado lejano y reciente de la vida comunitaria.

   Sin embargo, sus ocupaciones van más allá y de ningún modo consisten en  publicar loas a la gente del poder (que para ello son los boletines) sino a preservar y acrecentar el patrimonio intangible de la colectividad: cultura, lengua, tradiciones y todo lo demás, que es infinito.

   El encuentro de dos mundos, el nuevo y el antiguo, América y Europa, tuvo cronistas del lado de los vencidos y del campo de los conquistadores. De manera que nuestro país posee una larga tradición en este sentido, que ha hecho posible la custodia, conservación y transmisión de los testimonios que luego servirán para escribir la historia.

    Baja California Sur ha contado con cronistas desde siempre; díganlo si no las pinturas rupestres y los glifos en piedras diseminadas en todo su territorio; ahí están igualmente los diarios de los navegantes y exploradores de los siglos XVI y XVII, los libros de los misioneros del siglo XVIII, los documentos del XIX que se hallan en el Archivo Histórico del Estado, en La Paz, y las muchas obras de la anterior y presente centurias.


   Hace ya 43 años que fue reinstaurado en Sudcalifornia el régimen municipal, y es tiempo más que razonable para pensar ya en la conveniencia de nombrar cronistas municipales, a quienes espera, sin duda, una significativa tarea por realizar.

CONMEMORACIÓN

LA ANEXIÓN CHIAPANECA*

Dentro de las fiestas patrióticas que conmemoramos durante el mes de septiembre, figura plena de significación y orgullo para todos los mexicanos, la que ahora nos reúne.

            En efecto, un día como hoy hace 191 años, el pueblo chiapaneco decidió, en el libre ejercicio de su soberanía, forjar su destino en el seno de la Federación Mexicana.

            Entre los muchos sucesos y personas que han ido conformando el perfil de la nación, hecha al mismo tiempo de heroísmo y virtudes cotidianas, figura privilegiadamente el proceso, los hombres y mujeres que lo llevaron a cabo, por medio del cual ese rico y entrañable integrante del país pasó a formar parte de esta patria. Es preciso, por ello, darle en forma permanente toda su dignidad a esta conmemoración.

            Antes de la entrada del Ejército Trigarante aquel 27 de septiembre de 1821 a la ciudad de México, Comitán primero y luego muchas otras ciudades se declararon independientes de España y la capitanía de Guatemala, desencadenando en toda la provincia chiapaneca un activo movimiento insurgente que terminaría acompasándose con el que estaba ocurriendo en la antigua Nueva España, y desembocaría en su Pronunciamiento Solemne de Federación.

            Más tarde culminó este proceso al expedirse la primera Constitución del Estado, a cuya formación concurrieron todas las regiones y localidades provinciales, que de esta manera se dieron su congreso constituyente.

            Cuando Chiapas se unió a México, y México se unió a Chiapas, se concluían los debates de nuestra primera Constitución Federal, que se promulgó el 4 de octubre de 1824, por eso están ausentes las firmas de los constituyentes de ese Estado en dicha carta fundamental, pero ya Chiapas se había unido a la nación mexicana para compartir, sin excepción, todas sus vicisitudes.

            Así aparece suscribiendo la Constitución de 1836, que es el primer documento constitucional en el que sus representantes toman parte y, más tarde, el Acta de Reformas que restaura la Constitución Federal de 1824; y luego, sucesiva y puntualmente, en todos los demás episodios de nuestra accidentada vida política.

            Al sobrevenir la independencia de las colonias que formaban parte del imperio español, y particularmente en la Nueva España, comenzaron a manifestarse con todas sus fuerzas las singularidades que, a pesar del empeño uniformador de la Corona, caracterizaban a las diversas regiones del enorme país. La Federación fue así la respuesta política y jurídica que permitió mantener la cohesión de la nueva república. Y la corriente federalista, lúcidamente identificada con las ideas de renovación y progreso, hizo posible desde entonces la unidad de la nación. Éste es, sin duda, su principal, constante y todavía vivo aporte a nuestra historia; pero poco se ha reconocido que, además de su capacidad unificadora, el federalismo permitió, entre otros logros, incorporar al estado de Chiapas.

            Es más: tal y como ocurrió en la provincia chiapense, el federalismo permitió detener las fuerzas disgregadoras que se manifestaban aun en el seno mismo de las provincias, las cuales pudieron haber llegado a un grado de atomización inverosímil e inconveniente. Chiapas es, entonces, fruto eminente del federalismo.

            Hay una línea histórica de estricto mexicanismo que va de 1824 a 1913: Una misma emoción enlaza el momento en que los pueblos de esa provincia externaron franca y libremente su voluntad de federarse a la nación mexicana, y la valerosa voz del senador Belisario Domínguez quien denunció al sátrapa Victoriano Huerta, que después de asesinar al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez hacía escarnio de la soberanía de los estados y de la nación entera.

            Chiapas es la puerta que nos franquea el paso a todos los pueblos hermanos de Latinoamérica. Comparte con los estados del norte la condición fronteriza que establece y define el territorio nacional y dibuja el perfil de nuestra soberanía. El límite de Chiapas es el límite México. Esto da a los chiapanecos una condición especial, porque México requiere vigorizar su política de acercamiento y cooperación con los países de Centro y Sudamérica.

            El presidente Enrique Peña Nieto ha sostenido reiteradamente que nuestras relaciones con los países latinoamericanos son una prioridad inexcusable, y ha persistido en actuar en base a esta convicción. Porque es un antiguo sueño de nuestros pueblos establecer relaciones francas, cordiales y mutuamente provechosas entre las naciones latinoamericanas.

            El mundo tiende cada vez más a integrar, mediante la solidaridad y los empeños comunes para el desarrollo, a entidades nacionales afines; y pocos ejemplos de afinidad mayor pueden encontrarse que la que ofrecen los países hermanos de Centroamérica. Son muchos, por fortuna, los testimonios de solidaridad que se han dado y se dan entre el pueblo chiapaneco y nuestros vecinos del sur. En alguna ocasión expresaba el poeta chiapaneco Eraclio Zepeda que la diferencia entre las fronteras del norte y del sur de México era que la del sur es una frontera de amor.

            El pasado común los ha hecho compartir tribulaciones y esperanzas, y múltiples lazos, incluso familiares, unen a una y otra población. Está en el interés nacional que esas relaciones se perfeccionen y se multipliquen. El presidente ha esmerado sus proyecto de que esto sea así, a través de una impecable política de vecindad que, respetuosa de las autonomías, sea capaz también de superar malos entendidos y sospechas. Todos debemos contribuir a dar vigor y efectividad a esta política que conviene a Chiapas, a los estados de la frontera sur y, por tanto, al país entero.

            Con acuerdos y acciones se documenta la voluntad de emprender un desarrollo integral de ese Estado, que esté a cargo principalmente de sus mujeres y hombres y que aproveche sus importantísimos recursos naturales.

Chiapas es un mosaico de grupos humanos, de creencias, de regiones y, por tanto, también sus problemas contienen una diversidad que lo singularizan en el panorama nacional. Pero es en sus capacidades, asimismo múltiples, y con su energía, conducida con perseverancia, comprensión y altura de miras, que podrá salir adelante.

Ahora y aquí en BCS celebramos el aniversario de la anexión de Chiapas a México, y en la capital sudcaliforniana saludamos a los chiapanecos que han venido a incorporar su trabajo a los afanes que realizamos juntos en bien de esta tierra y del gran país al que tenemos el orgullo de pertenecer.


* Discurso en el acto conmemorativo del lunes 14 de Septiembre de 2015 en la plaza cívica de Palacio Municipal de La Paz, BCS.