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Historia natural y crónica de la antigua California, por Miguel del Barco, edición y estudio de Miguel León-Portilla, Unam, 1973.

Si bien es cierto que Barco originalmente dio a sus escritos la designacion de “Correcciones y adiciones a la Historia o Noticia de la California en su primera edición de Madrid, año de 1757”, esta reimpresión de la aportación del misionero jesuita (1706-1790) a la historia bajacaliforniana lleva el presente título porque, de modo fundamental, se cree así describir en forma más clara cuál es el contenido de esta obra: ofrecer básicamente una historia natural de la península y una crónica con información etnográfica y acerca del régimen misional de los jesuitas hasta el momento de su expulsión.
Esta edición contiene, a más de los trabajos del padre Barco, un prefacio, estudio preliminar, fuentes documentales y referencias bibliográficas, índice analítico, notas y apéndices, así como láminas y mapas que enriquecen, facilitan la consulta y complementan notablemente la obra.
De ella se afirma (segunda de forros): “Por largo tiempo inédita, es fuente de primera mano para estudiar la rica historia de la California mexicana durante buena parte del siglo XVIII. Su autor ofrece en ella abundante información sobre la naturaleza y el posible aprovechamiento de sus recursos, las antiguas formas de vida indígena, la lengua de los cochimíes y la historia de esa lejana región a la que dedicó lo mejor de su existencia. Esta aportación, escrita durante la época de los setentas en el siglo XVIII, había permanecido semiolvidada en el Fondo Gesuitico de la Biblioteca Nazionale Vittorio Emanuele II de Roma. Al ser incluida ahora en la serie de Historiadores y cronistas de Indias, a cargo del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional, se hace, por vez primera, cumplido rescate de ella...”
De tal manera, el doctor Miguel León-Portilla (ya ampliamente conocido, reconocido y apreciado por los sudcalifornianos), al frente de múltiples tareas académicas en el Instituto de Historia universitario, aportó un elemento valioso más al conocimiento del pasado peninsular, con el decidido –y decisivo- empeño del que tantos y buenos frutos ha obtenido la cultura de California peninsular.