ACTUALIDAD


UNA BUENA, UNA MALA Y OTRA PEOR

La buena es que por estos días apareció, mediante un boletín originado en la secretaría de Finanzas del gobierno de BCS, la noticia de que una empresa calificadora denominada “Fitch Ratings” (FR) subió la valoración a la “calidad crediticia” de la administración estatal en un rango cuya metodología se omite, ya que poco nos dice su tránsito de A- a A, y qué significa todo eso en términos asequibles al común de los destinatarios de la información que constituyen a la sociedad sudcaliforniana.

Esa misma información oculta de modo implícito el hecho (a lo mejor bienintencionadamente, vaya usted a saber) de que, en términos generales, se “elevó la calificación de la deuda soberana de México en un escalón, por la solidez de los fundamentos económicos del país y las expectativas favorables sobre las reformas estructurales, ante el compromiso político de seguir avanzando en la agenda económica.” (Véase http://www.elfinanciero.com.mx/economia/fitch-ratings-sube-la-calificacion-soberana-de-mexico.html/)

Por otra parte, los resultados actuales de FR para BCS han estado mencionados con sospechosa insistencia en los medios, aparentemente para asegurar una corriente de opinión afín al oficialismo, de manera de que hasta un diputado local, de incierto perfil de la bancada del ejecutivo, ya emitió loas prenunciadoras de su voto para lo que venga en esta materia.

La experiencia pone la alerta en el sentido de que quizá, con tan reiterado mensaje, se esté diseñando la atenuación del impacto público que tendría el anuncio de un nuevo empréstito gubernamental, porque un reciente boletín termina diciendo (como dato adicional sin mayor importancia) que “esta calificación ubica a la administración estatal en una privilegiada posición a nivel nacional y [ojo] abre la posibilidad de mejorar las condiciones en que se tienen contratados los créditos actuales, así como [léase con cuidado] de acceder a los mercados financieros en condiciones mucho más favorables...”

Lo cual, añadidamente a todo lo que ha sido cargado a la cuenta pública estatal en lo que va del siglo, comprometería aún más a cada uno de los sudcalifornianos hasta quién sabe qué año de este milenio, y eso a condición de que fueran cubiertos con oportunidad los servicios (reembolsos del capital y pago de intereses) de la deuda.

Evitemos adelantar vísperas, pero estemos prevenidos. Y que conste que este blog lo dijo primero.

Ésta sería la mala.

La peor es que el ayuntamiento de La Paz se halla ahora, a un año de su entrada triunfal acusando al régimen anterior de todo lo acusable, entre el 60 por ciento de los municipios que reprobó el gasto público, según informe de la secretaría de Hacienda de México, que es decir los que registraron menos de 50 por ciento de cumplimiento de metas. 

Así que...