MUNICIPALIDAD SUDCALIFORNIANA
La edición del Diario oficial de la federación mexicana del sábado 20 de febrero
de 1971 publicó la última “Ley Orgánica del Territorio de la Baja California
Sur”.
En ésta se argumentaba la pertinencia de
restablecer el régimen de municipio libre en la entidad, ya que es “sin disputa
una de las grandes conquistas de la Revolución, como que es la base del
gobierno libre, conquista que no sólo dará libertad política a la vida
municipal, sino que también le dará independencia
económica, supuesto que tendrá fondos
y recursos propios para la atención de todas sus necesidades.”
Y agregó que, al ser el municipio “base de
la organización política y administrativa del país, su restablecimiento en el
Territorio de la Baja California Sur... da el fundamento necesario para que sus
habitantes participen más activamente en su vida política, cuando la entidad
acelera el ritmo de su desarrollo económico.”
Y así quedó dispuesta la integración de las
siete delegaciones de gobierno en tres municipios, “tomando en consideración razones
de orden económico y demográfico...”
El gobierno del presidente Luis Echeverría,
mediante el gobierno encabezado por el sudcaliforniano Félix Agramont Cota,
puso de la tal manera una base imprescindible para la inminente conversión del
Territorio federal en Estado de la federación, sobre el criterio primordial de
la autosuficiencia económica de los municipios y la correspondiente solvencia
financiera de sus ayuntamientos.
Éstos comenzaron a organizarse a partir del
1 de enero de 1972 y a operar en las condiciones óptimas que les permitían el
equipo y los inmuebles heredados de las antiguas delegaciones (que no eran
pocos), una nómina razonable de empleados de base y de confianza, así como el
apoyo comprometido en recursos dinerarios de los gobiernos federal y local.
En tal materia han ocurrido muchas cosas
desde entonces, de lo cual se cumplieron 44 años este primer día de 2016.