FORTALEZA
DE LA UNIDAD
Testimonio de madurez ha ofrecido al país el Partido Revolucionario
Institucional al asumir sin triunfalismos, y sí con responsabilidad y mesura,
el mandato de la sociedad mexicana inscrito en los resultados de la jornada electoral
del pasado 1 de julio.
Como consecuencia de ello,
buena parte de los analistas en la materia atribuyen la nueva muestra de
confianza ciudadana concedida a ese instituto político, a la unidad que ha
logrado construir en la etapa reciente, cuando fue rescatado de la confusión y el
caos a que lo condujeron las pugnas derivadas de las ambiciones por las grandes
o pequeñas cuotas de poder.
En política, los empeños
personales son legítimos cuando se insertan en propósitos que van y ven más
allá de cada individuo en particular, y están dirigidos al beneficio de los
más.
Tales designios, generados en
el seno de los partidos e impulsados por ellos, exigen suma de voluntades y
esfuerzos, donde cabe la disidencia pero no la oposición; es decir que se puede
disentir, estar en desacuerdo y expresarlo adentro, pero los opositores sólo
tienen lugar afuera del contexto partidario. Y si vuelven, formar fila aparte.
Para que las voluntades y los
esfuerzos hallen ámbito propicio es indispensable, imprescindible,
irreemplazable, la unidad.
La unidad entendida como fuerza
dinámica, creativa, capaz de captar disensiones y de encontrar coincidencias.
Eso es lo que da la impresión
de que ha ocurrido y continuará sucediendo en todos los niveles del Pri.
Es lo que los mexicanos vieron
en el nuevo Pri y por eso acaban de consentir que vuelva a impulsar su proyecto
de país desde la presidencia de la República y el Congreso de la Unión.
Sin duda es también lo que los
sudcalifornianos percibieron al incrementar sus números y porcentajes en los
comicios de este 2012.
El mensaje está claro: mantengan
la unidad y en ella los equilibrios que exige el desarrollo que realmente
requiere Baja California Sur, y tendrán otra vez la confianza que se necesita
para acceder de nuevo al poder.
Luego de un trecenio errático e
ineficaz en que la función de gobernar ha sido reducida a tarea mínima,
intrascendente y cuestionable, urgen los propósitos de gran visión en todos los
sentidos, en pos de los objetivos y las metas comunes, en la verdadera unidad,
no retórica sino tangible, medible, demostrable.
La misma unidad que la gran
mayoría de nuestros compatriotas ha premiado con su voto.
La unidad evidente que es ahora
el recurso más activo del Pri.
Y donde se fundamenta su
fortaleza.
(Imagen: todocoleccion.net/)