La mañana del martes 25 del pasado septiembre nos trajo
la desafortunada nueva del fallecimiento del licenciado Pedro Vásquez
Colmenares, político y servidor público oaxaqueño que con su familia dejó un
grato recuerdo a los sudcalifornianos en los años que colaboró como secretario
particular del gobernador del Territorio Hugo Cervantes del Río.
En 2011 me vi favorecido
con un ejemplar de su libro, que ahora se reseña en este blog donde
hizo un recuento de sus recuerdos, entre cuyos capítulos se halla el titulado
“De la academia universitaria a Baja California Sur”, que ocupa diez interesantes
páginas del volumen; por ello lamento tener que constreñir su contenido a sólo
algunos párrafos:
“Una llamada
telefónica de larga distancia desde La Paz, Baja California Sur, vendría a
cambiar mi destino [...] Con ese estilo tan fino y delicado que Hugo tenía para
expresarse, me dijo que le urgía platicar conmigo, pero que no podía hacerlo
por la vía telefónica. Me pidió que me fuera a La Paz a platicar con él [...]
“El Territorio
de Baja California Sur era entonces, en sentido figurado, una isla. Sólo lo
ligaba con el resto del país un vuelo diario de Aeroméxico que iba de la
capital hasta Tijuana [...], además del transbordador cada cuatro días de
Mazatlán a La Paz. El vuelo duraba cerca de cinco horas en aviones DC-6; cruzar
el mar de Cortés y llegar a la península era un espectáculo maravilloso por el
contraste del tono ocre del desierto sudcaliforniano y el azul intenso del
golfo de California [...]
“Desde entonces,
y la intensa relación de trabajo durante años así lo confirmó, lo digo con
orgullo, me sentí el más allegado colaborador de Cervantes del Río. Él habría
de ser, después de mi padre, la persona que más influyó en mi carrera política.
Sus exigentes y ascéticos hábitos de trabajo, su sagacidad, su honestidad y su
sentido de responsabilidad, habrían de servirme toda mi vida como ejemplo de
viva enseñanza [...]
“La infancia de
nuestros hijos, Anita y yo la vivimos en el Territorio de Baja California Sur.
Ese periodo de nuestra vida conyugal, de 1965 a 1970, constituye acaso la etapa
más feliz de nuestro matrimonio: verlos crecer en un entorno sano, bello y
seguro fue la primera recompensa de mi audaz decisión de trasladarme a vivir a
La Paz [...]
El licenciado
Vásquez Colmenares cerró esta obra con un “Apéndice lírico” de melodías que
compuso junto con su esposa la licenciada Ana María Guzmán, y otro de
fotografías que ilustran momentos de la existencia de este buen amigo de Baja
California Sur, que hoy se ha ido.