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                                CRITERIOS PARA UNA POLÍTICA EDUCATIVA

Que al sistema educativo mexicano le urge una reconstrucción desde sus cimientos, es aseveración incontestable, por ello debe interesar a quienes importa este segmento de la vida pública –por necesidad preponderante en las búsquedas del desarrollo nacional--, cuáles han sido las expresiones del próximo presidente de México al respecto.
   Esto atañe en particular a Baja California Sur, donde hay tanto, pero tanto qué arreglar.
   Entre otras varias referencias al asunto, ha dicho Enrique Peña Nieto que “Es tiempo de recuperar el espíritu de grandeza de la misión educativa con que iniciamos el siglo XX; si lo logramos estaremos dando pasos trascendentes para una nueva orientación de los esfuerzos nacionales, para seguir abriéndonos al mundo con mayor decisión y seguridad.”
   Desde la perspectiva de la correspondencia entre la educación y el estado, afirmó en otra ocasión que “Si algo justifica la intervención del estado en la vida social es precisamente la educación; es la mejor inversión, la que mayor valor agregado genera, la que verdaderamente impulsa la igualdad de oportunidades. Es preciso, en consecuencia, modificar la visión de nuestro entorno, concebida la educación no sólo como una simple obligación del estado, sino como el inicio de la solución a múltiples obstáculos que impiden un desarrollo pleno, equitativo y sostenido.”
   Ha dicho que para ello “Necesitamos un estado eficaz, que garantice en la práctica el acceso universal a la educación de calidad, fomentando la igualdad de oportunidades educativas. Un estado eficaz que garantice la libertad de investigación y creación científicas. Un estado eficaz que convierta a la educación, la ciencia y la tecnología en una prioridad presupuestal, que vincule los esfuerzos de los sectores público y privado, de las universidades y de las empresas, de los maestros y los padres de familia para alcanzar esta meta.”
   En otra parcela esencial del tema, sostiene que “Una economía basada en el conocimiento es más competitiva porque detona mayor innovación e inversión. Es más sólida porque tiene una fuerza laboral más productiva y agrega mayor valor. Es menos desigual porque eleva los ingresos, facilita la movilidad social y reduce la inequidad de una generación a la siguiente.”
   Y he aquí otra verdad incuestionable: la de que México “se encuentra en un momento decisivo de su historia; de lo que hagamos o dejemos de hacer en materia educativa dependerá no sólo el futuro de esta generación y de la próxima, sino las posibilidades de sentar las bases para una nueva etapa de desarrollo y prosperidad para el país.”
   Peña Nieto cree que México “quiere ser un país competitivo, quiere exportar productos y servicios, no sólo mano de obra. Por ello es fundamental también aprovechar el talento de los estudiantes e investigadores, de los creadores y artistas para que se queden aquí...”
   En su cuenta de Twitter, EPN afirmó el 28 de septiembre anterior que “la educación es el camino hacia la paz, libertad, justicia social y prosperidad.”   Los anteriores fragmentos del pensamiento del próximo presidente en torno a la educación, anuncian preocupaciones y criterios que a partir de diciembre de este mismo año empujarán la puesta en ejercicio del cúmulo de decisiones que esperamos para la nueva etapa de la educación mexicana, que es decir del nuevo proceso de avance durante tanto tiempo diferido.
   La nueva época de política educativa nacional está a la vista, y en ella quedarán fuera, sin duda, obsoletas estructuras de poder que han obstaculizado injustamente la evolución de la República hacia los estadios de crecimiento que merece y estará en condiciones de lograr.
   (Imagen: conaliteg.gob.mx/)

Bibliografía: Ideas e ideales de Enrique Peña Nieto, compilación de Heriberto M. Galindo Quiñones, Edit. Fontamara, México, 2012.