EL MURO CAYÓ HACE 22 AÑOS
A propósito de las proverbiales y erráticas inconsecuencias del "izquierdismo" nacional y regional sudcaliforniano, cabe recordar ahora un texto que en 1986 publicó el maestro Raúl Cardiel Reyes (qepd), titulado La crisis del marxismo, del que entresaco algunas ideas que subrayé por entonces, y que vienen al tema:
Sostiene que el marxismo “Teóricamente es liberador, emancipador; prácticamente tiranizador, esclavizante.” Y pide al socialismo lo mismo que Schiller en la frase “Que se atreva a parecer lo que es”.
Más adelante, el filósofo afirma que “El marxismo ha equivocado básicamente la naturaleza del hombre.” Es decir que al proponer, por ejemplo, la supremacía del estado sobre la sociedad, y el colectivismo por encima de la iniciativa individual, la teoría comunista adopta un método (con perdón) antinatura para la supuesta promoción del desarrollo.
Pero luego no deja de reconocer que, históricamente por lo menos, “Aunque el marxismo no sea democrático, ha ayudado a la causa de la democracia.” Y esto es advertible cuando, desde la oposición, la izquierda pugna por el cumplimiento de la ley y la apertura democrática, pero cuando llega a asumir el poder atropella toda norma y toda ley, cerrando automáticamente todos los canales democráticos.
En cuanto a la llamada “dictadura del proletariado”, meta fundamental de los socialistas, el pensador nos recuerda que “la dictadura más compacta, más sólida, más cerrada hasta ahora conocida, es la comunista.”
Por lo que toca al prototipo de sistema que ofrecen los comunistas, Cardiel Reyes afirma que “El modelo político sustentado por el marxismo ha resultado el peor que ha conocido la historia.”
Esto lo escribía el maestro varios años antes de la caída del muro de Berlín –de la cual se cumplieron 22 años el pasado día 9 de este noviembre- y el derrumbe de los regímenes socialistas de Europa; todavía queda por aquí el ejemplo elocuente de Cuba, que principalmente los bolivianos, ecuatorianos, nicaragüenses y venezolanos se empeñan en continuar, con proclividad francamente antihistórica.
Otra idea más del mismo autor es la de que “Los marxistas acostumbran sostener que un argumento no es válido porque lo sostiene un capitalista. Ése es un burgués, por lo mismo está equivocado.” La cerrazón (término multirrepetido por ellos mismos) de los perredistas a discutir y enfrentar criterios opuestos a los suyos es una confirmación indudable de que todo pensamiento que disienta del propio está, por ello mismo, descalificado.
Citamos un último subrayado del documento a que nos hemos referido, y que parece retratar con fidelidad incontrovertible la realidad que los adalides de la llamada “revolución democrática” construyeron y sostuvieron durante doce años de permanencia en el poder en Baja California Sur:
“Pero lo más grave de todo es el odio, la discordia, la injustificada e innoble inconformidad que ha fomentado en todas las clases sociales bajas, haciéndoles creer que tienen derecho a las mejores comodidades de la civilización, por el solo hecho de existir, sin hacer ningún esfuerzo para merecerlo.”
Termina diciendo que “Este ‘populismo’ de mala ley ha pervertido el sentido natural de justicia y equidad que yace en el fondo de toda conciencia humana.”
Lecciones que convocan a repensar para entender una parte importante del escenario presente de México y Sudcalifornia, y las perspectivas tangibles de su futuro próximo y mediato.
(Imagen: venelogia.com)