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EN EL CUMPLEAÑOS DEL ESTADO DE BCS

Durante su intervención como parte de la ceremonia conmemorativa del aniversario 37 de la conversión del territorio federal de Baja California Sur en estado de la federación mexicana, el profesor Alfredo González, en nombre de la sociedad civil (si bien designado por la autoridad), hizo una alusión particularmente interesante a la educación sudcaliforniana.
En la más elevada tribuna de la entidad afirmó que “Todo proyecto de desarrollo pasa por la educación, cuya importancia no podía ser soslayada en este acto, de manera especial porque es de toda urgencia realizar un análisis profundo de lo que ha sido y lo que debe significar el proceso formativo del espíritu, el cuerpo y la mente de nuestros niños y jóvenes.”
Aseveró que “Ha sido ya mucho el tiempo desperdiciado en burocratismo, descuidos y rutinas en el sector educativo sudcaliforniano. La actual Ley Estatal de Educación está ya rebasada por la realidad y es preciso repensarla con sentido de reforma, de actualización, de innovación.”
Adujo que “Aplicar los recursos federales en este ramo no es educar, y mucho menos educar con sentido de Sudcalifornidad, con orientación a nuestros valores, dificultades, proyectos y esperanzas.”
No podemos menos que coincidir con el orador cuando sostuvo que “Renovar la educación es una tarea pendiente que atañe a todos, pero primordialmente a quienes están en la cima de las decisiones legislativas y ejecutivas.”
“El futuro será nuestro, como pronosticó Alberto Alvarado –recordó-, pero para ello deberemos empezar a construir la nueva Sudcalifornia mediante un nuevo aliento y una nueva visión educativa para Baja California Sur.”
Independientemente de otras referencias hechas en la pieza oratoria acerca de la realidad y los apremios estatales (asignaturas diferidas de los poderes, castigos a los predadores del erario y los bienes de la colectividad, así como las condiciones imprescindibles para el desarrollo de la región), la mención inevitablemente crítica al aspecto educativo llenó muchas de las expectativas de quienes esperábamos algo más que las alabanzas tradicionales que se prodigan siempre al gobierno de la temporada.