RECORDACIÓN VEINTEAÑERA
El comité coordinador para la observación del fenómeno solar del 11 de julio de 1991 en Baja California Sur estuvo presidido por el gobernador Víctor Manuel Liceaga, y sus coordinadores operativos eran Ricardo García Soto y Armando Trasviña Taylor. Participaron en la parte editorial Ireneo Collins Castro, Raúl Antonio Cota y Edna Imelda Canseco. Y en las cuatro jurisdicciones municipales, sus presidentes Ricardo Covarrubias (Comondú), Antonio Wilson (La Paz), Manuel Castro Castro (Los Cabos), así como Jesús Murillo Aguilar (Mulegé), cada uno con sus comisiones de trabajo.
En el número 1 de Eclipse (15 de marzo de 1991), tabloide que publicó dicho organismo estatal, Wilson González, expresó que “La ciudad de La Paz y el municipio en general tienen en julio venidero una oportunidad excepcional para brindar a propios y extraños, del país y del mundo, las excelencias de su paisaje natural, el valor generoso de su hospitalidad y el rostro de su extraordinaria vocación turística...”
Dentro de la edición del 30 de junio siguiente, el gobernador aludió al eclipse como “el más importante del siglo por la gran cantidad de personas que podrán admirarlo. El estado de BCS, estadísticamente tiene las mayores probabilidades de observación por su cielo despejado de nubes en este tiempo. Nos interesa que el turismo que nos visite disfrute de su estancia y se vaya con el deseo de regresar. La afluencia será en cantidad y en calidad. Los más eminentes astrónomos, científicos y aficionados a la observación solar estarán entre nosotros. Compartamos la hospitalidad proverbial con la responsabilidad común...”
El acontecimiento celeste estuvo precedido por un amplio programa de actividades desde el 27 de junio de ese año en toda la entidad; consistió en ceremonia de cancelación del timbre postal conmemorativo, sorteo de la Lotería Nacional y verbena popular, torneo internacional de pesca, juegos recreativos, obras de teatro con referencia al tema, impresos, conferencias, transmisiones de radio, tareas en las bibliotecas, exposiciones, desfile de carros alegóricos, conciertos de música, festival de danza, muestra gastronómica y otras más. Es decir que todos nos sentimos vinculados a la celebración astronómica, al tiempo que se instalaba el campamento científico internacional en el campus de la universidad estatal, aparte de otros muchos esparcidos por todo el territorio sudcaliforniano.
Las autoridades, los científicos y los maestros insistieron constantemente en que la población debería tomar las precauciones adecuadas a la observación del suceso, bajo el lema: “Ni al Sol ni a la muerte hay que mirar de frente.”
Aquel jueves 11 de julio de 1991, la Luna, en su recorrido periódico alrededor de la Tierra, se colocó exactamente en línea recta entre el Sol y nuestro planeta. Además, la Luna también estuvo casi en el perigeo de su órbita alrededor de la Tierra, que es decir casi en su distancia más cercana a nuestra morada en el sistema Solar.
En su recorrido por la República Mexicana, la sombra de nuestro satélite natural pasó por 21 estados; BCS fue el primero y Chiapas el último.
En la península bajacaliforniana, la sombra lunar (la Umbra) entró a las 11:43 y 23 segundos y salió por Cabo Pulmo a las 11:57 con 12 segundos.
En la capital de BCS, la totalidad empezó a las 11:47 y 26 segundos, y la duración total fue de 6:26 minutos.
Todo ello hizo memorable para siempre el breve ocultamiento solar en Baja California Sur, y lo recordamos ahora, tantos años después como si fuera ayer, que veinte años no es nada...