EFEMÉRIDES
ABRIL
26 (1920). Nació en la ciudad de México Fernando Jordán Juárez, quien sería periodista, escritor y poeta autor de reveladores escritos sobre la península de Baja California. Murió el 14 de mayo de 1956.
28 (1855). Por decreto del presidente Antonio López de Santana quedaron exentos de pago de aranceles las exportaciones de metales que no fueron beneficiados en la península de Baja California, lo cual resultó de grande utilidad a la minería pues fueron vendidos varios cargamentos a Francia.
30 (1772). El virrey Antonio María de Bucareli expidió un decreto que legalizó el convenio de dominicos y franciscanos, mediante el cual aquéllos se hacían cargo de las misiones californianas peninsulares, y los segundos quedaban definitivamente en la Alta o Nueva California.
MAYO
1 (1699) Salió de Loreto el jesuita Francisco María Píccolo al sitio denominado Viggé por los nativos, donde halló, según anotó despues el padre Juan María de Salvatierra, “una cañada espaciosa, tan amena, tan llena de arboledas, que todos se llenaron de alegría”, y ahí fue establecida la cabecera de la misión de San Francisco Javier.
ABRIL
26 (1920). Nació en la ciudad de México Fernando Jordán Juárez, quien sería periodista, escritor y poeta autor de reveladores escritos sobre la península de Baja California. Murió el 14 de mayo de 1956.
28 (1855). Por decreto del presidente Antonio López de Santana quedaron exentos de pago de aranceles las exportaciones de metales que no fueron beneficiados en la península de Baja California, lo cual resultó de grande utilidad a la minería pues fueron vendidos varios cargamentos a Francia.
30 (1772). El virrey Antonio María de Bucareli expidió un decreto que legalizó el convenio de dominicos y franciscanos, mediante el cual aquéllos se hacían cargo de las misiones californianas peninsulares, y los segundos quedaban definitivamente en la Alta o Nueva California.
MAYO
1 (1699) Salió de Loreto el jesuita Francisco María Píccolo al sitio denominado Viggé por los nativos, donde halló, según anotó despues el padre Juan María de Salvatierra, “una cañada espaciosa, tan amena, tan llena de arboledas, que todos se llenaron de alegría”, y ahí fue establecida la cabecera de la misión de San Francisco Javier.