VALOR SUDCALIFORNIANO TANGIBLE

Jesús Leonor Isáis Verdugo, la maestra Quichu, es con mucho un valor real que ha sembrado con profesionalidad, empeño y vocación en la parcela musical de la cultura sudcaliforniana.
   Parte de su cosecha pudo ser disfrutada la noche de un día reciente en la Sala de Conciertos de la Escuela de Música del Estado, cuando presentó la clausura de cursos del Centro de Formación Musical “Profr. Luis Peláez Manríquez” que ella dirige con apoyo docente muy eficaz.
    En un programa de impecable estructura en que se mostraron los resultados de la enseñanza pianística en esa institución, desde los pequeños iniciados, los del ciclo elemental y el avanzado, los estudiantes fueron dando cada quien lo suyo, hasta llegar a talentos verdaderamente apreciables.
   Como es fácilmente advertible, anteceden a estos logros un enorme empeño, gran dedicación y generoso afán de fertilizar la sensibilidad infantil y juvenil para hacer gente con facultades y sentimientos superiores, sudcalifornianos buenos, ciudadanos positivos, mexicanos mejores.
   ¿No es esto acaso lo que se quiere para abatir todo aquello que duele a la colectividad social, que daña, entristece y nos pone escépticos y pesimistas...?
   La maestra Quichu está poniendo la parte que cree que le corresponde en ese afán, con aptitud y desprendimiento pero también con modestia, lo que la convierte en un valor sudcaliforniano tangible, medible por sus consecuencias y de frutos objetivos.
   Es seguro que a la maestra Quichu le es prescindible cualquier reconocimiento a la tarea que realiza y a su propia contribución como ejecutante de excelencia.
   Pero fuera sugerible que, entre tanto homenaje cuestionable, alguien pensara en las personas que de verdad han hecho aportaciones de calidad real a esto nuestro que llamamos Sudcalifornia.