CÉSAR ATILIO ABENTE BENÍTEZ
Nuestro personaje de hoy nació el 8 de abril de 1910 en Asunción, capital de Paraguay, hijo del capitán de fragata Carlos Abente Ahedo y la señora Dolores Benítez, quienes tuvieron seis hijos en total.
En el Colegio Nacional de la capital de su país cursó los estudios básicos y superiores, y enseguida se incorporó como cadete al ejército paraguayo.
Más tarde surgió el conflicto entre Paraguay y Bolivia por la región conocida como El Chaco, que dio nombre a la posterior guerra entre ambos países (1932-1935). Abente conoció por esa época al piloto mexicano Pablo L. Sidar, quien lo invitó a estudiar aviación en México; aceptó la oportunidad así como una beca que le fue concedida por el presidente Plutarco Elías Calles.
Se graduó en la Escuela Militar de Aviación a los 24 años de edad, ya con el apodo afectuoso de el “Che”, e inmediatamente fue requerido para regresar a servir a su patria; luego de un breve curso en aviones de combate entró a la lucha, en la cual obtuvo las medallas “Cruz de Defensor de la Patria” y “Cruz del Chaco”, máximas preseas de reconocimiento del gobierno paraguayo.
Volvió a México donde solicitó y logró la nacionalidad de este país, pero en tanto se resolvía su petición estuvo en Nicaragua como instructor de vuelos y piloto particular del presidente Anastasio Somoza, a resultas de lo cual recibió el grado de capitán piloto aviador.
Ya con la nacionalidad mexicana, el Che ingresó a la Fuerza Aérea del país, que entró a la II Guerra Mundial en 1942. Fue asignado al escuadrón 201 que tenía la misión de patrullar las costas del golfo de México para proporcionar protección a la navegación marítima.
Lo cambiaron al territorio de Quintana Roo, y en enero de 1945 al escuadrón 203 que tenía su base en la capital de Baja California Sur, donde asumió el cargo de segundo comandante. La Paz contaba apenas con una pista de tierra muy corta, suficiente para los aviones del escuadrón pero no para aeronaves más grandes, así que el Che gestionó el apoyo del gobernador Francisco J. Múgica y pudo ampliar la pista, lo que permitió el aterrizaje del DC-3 para propiciar un decisivo desarrollo regional.
Desde el mismo 1945 fue ascendido a comandante de su escuadrón.
La damita paceña Gloria Arámburo Barrera fue su esposa el 18 de marzo de 1947, de cuya unión nació Marco Antonio (Qepd), y de éste sus nietos Chiara, Bárbara y Norvell.
Por esas mismas fechas se le comisionó a Sonora al mando de una escuadrilla para colaborar en la campaña contra la siembra ilegal de enervantes, pero al año siguiente regresó con un avión y luego adquirió otro más en los que comenzó a dar instrucción de vuelo; ésta constituyó la primera escuela de aeronáutica de Baja California Sur donde obtuvieron sus alas buena cantidad de pilotos.
En 1948 le fue confiada también la comandancia del aeropuerto civil de La Paz, ubicado en los terrenos donde están actualmente el palacio de gobierno y el fraccionamiento Perla. Igual confianza mereció para ser comandante del aeropuerto internacional que fue inaugurado en 1953.
Durante la primera etapa de construcción de la carretera transpeninsular (alrededor de 1950), el Che fue piloto de la Tycsa (Talleres y Construcciones, S.A.) y abrió las pistas del kilómetro 28, de Santa Rita y la colonia María Auxiliadora. En esta última, algún tiempo más tarde, hallaron la muerte el piloto Fernando Abente Perrín, hijo del primer matrimonio del Che, y sus pasajeros. El segundo de sus descendientes fue Norvell Abente Martin.
Por esos años cultivó amistad con el periodista Fernando Jordán Juárez, a quien transportó por gran parte de este Otro México y dio generoso hospedaje en su hogar, donde el escritor perdió la vida por decisión personal.
De 1972 (año anterior a su retiro de la Fuerza Aérea Mexicana como teniente coronel) hasta 1977, le fue otorgada la comandancia del aeropuerto internacional de Loreto, donde participó con igual entusiasmo en las obras de ampliación y fundó la primera escuela de vuelo de esa ciudad.
Se jubiló siendo decano de la Asociación de la Escuela Militar de Aviación, A.C., portando las medallas de su país nativo, las mexicanas de Perseverancia y al Mérito Militar, el Collar del Cuerpo de Defensores de la República y la de pertenencia a la Legión de Honor de la secretaría de la Defensa Nacional.
Pero ante todo dejó al marcharse para siempre el 9 de septiembre de 1997 en La Paz, Baja California Sur, un cimentado prestigio de rectitud, servicio y lealtad a sus patrias.
(Información basada en la biografía que con motivo de su fallecimiento elaboró el capitán piloto aviador Enrique Guerrero Osuna, presidente de la Asociación Estatal de la Escuela Militar de Aviación, A. C.)