HISTORIA


EL CAIMANCITO

“Mientras sale la luna
y se duerme La Paz,
se refleja en sus aguas
la Casa Presidencial...”
Chayito Morales (Tierra guaycura)


En un artículo publicado en la Revista de Economía Baja California Sur (núm. 69, La Paz, mayo de 1952), que don Prisciliano Díaz Bonilla fundó y dirigió por varios años, José Infante decía que “cuando Olachea llegó al gobierno [1946], lo que es hoy el precioso malecón... era sólo un arenal, en cuya prolongación se construye actualmente una carretera pavimentada que llega, por la orilla del mar, hasta la hermosa residencia de los presidentes.”
Agregó que el proyecto de construir dicha “preciosa finca provocó las críticas de algunos elementos, de este tipo de gentes retardatarias que no son capaces de ver más allá de su nariz, pero la obra se hizo. Se trata de algo único en el país, porque es en el Territorio Sur la única entidad donde existe una casa destinada exclusivamente para el descanso y recogimiento de quien, en el más alto puesto de la nación, represente a la patria.”
Y detalla: “Consta de dos pisos, con muy amplias habitaciones y terrazas, todos los servicios y gran comodidad en general, hecha, además, solamente con materiales de la región y por obreros de La Paz.”
“La visión del general Olachea se demuestra aguda con esta realización, ya que cada presidente que vaya a gozar de las bellezas del hermosísimo sitio de la bahía de La Paz escogido para el asiento de esta residencia, necesariamente tiene que tomar benéficas resoluciones en cuanto a todos aquellos problemas de la entidad, favoreciendo su situación.”
“Por lo mismo, aquellos que antes criticaban la obra y la idea de Olachea, hoy se felicitan del tal acontecimiento, pues cuando el señor presidente Alemán estuvo a pasar una temporada de descanso, no fueron pocos los beneficios, que montaron a elevadas cifras, que obtuvo el Territorio en consonancia con su visita.”
Conocida desde su creación como Casa Presidencial, Residencia Oficial o Casa de Trabajo, este edificio fue finalmente la casa del pueblo sudcaliforniano, donde se tomaron muchas de las más importantes decisiones para Baja California Sur, hasta 1999 en que la sobria mansión comenzó a ser usada en actividades de menor rango que devinieron saqueo de sus bienes y total abandono, como pude constatar en una visita reciente, once años después, para tomar la fotografía que ilustra a la presente nota.