CRÓNICA HUÉSPED
MUERTE DEL P. JUAN MARÍA DE SALVATIERRA, S. J.
Por
el P. Miguel Venegas, S. J.*
Entró
el año de 1717… Hallábase el santo anciano Salvatierra cargado de años y de
achaques, pero Dios apretó a este tiempo el mal de piedra, que tiempo antes
padecía. No por eso dejaba el venerable padre sus ordinarias faenas, sino sólo
el día que no podía estar en pie, y aun entonces velaba sobre todo desde su
pobre camilla. Pero presto mostró su halagüeño semblante la consolación que
Dios quería darle en aquel año, asegurando y premiando sus apostólicas fatigas.
En el mes de marzo llegó a la bahía de San Dionisio, o de Loreto, el padre
Nicolás Tamaral, destinado a la ideada misión de La Purísima. Trájole cartas
del padre Gaspar Rodero, provincial, que le avisaba haber llegado a México en
10 de agosto del año antecedente el excelentísimo señor don Gaspar de Zúñiga,
marqués de Valero, nuevo virrey, que traía grandes encargos de la corte sobre
la reducción de la California, y no menor voluntad de cumplirlos; que para eso
quería tratar su excelencia con el padre muy a la larga, y así se dispusiese a
pasar cuanto antes a México; que animado de esta esperanza le enviaba entonces
al padre Tamaral, y que a su vuelta traería consigo otros, aunque hiciesen
falta en la provincia.
Achaques, males, dolores, años, cuidados,
estrecheces y peligros no fueron parte para que el padre Salvatierra dejase de
embarcarse el día 31 del mismo mes, miércoles de Pascua, para Matanchel, con el
hermano Jaime Bravo que de nuevo se empeñó en acompañarle y asistirle,
cometiendo al padre [Juan de] Ugarte el cuidado de todo.
En nueve días atravesaron el golfo con
bonanza, pero con agitación del camino por tierra hasta Tepic, se agravaron
tanto al venerable padre los dolores de piedra, que no pudiendo montar a
caballo ni dejarse vencer a quedar en Tepic, fue forzoso llevarle en hombros de
indios a Guadalajara, con gran fatiga del paciente. Redobláronse aquí los
dolores y debilidad, y tuvo por dos meses un martirio continuado, en lugar del
que toda la vida había deseado a manos de gentiles.
Conoció con tiempo que era ya llegada su
hora, y llamando al hermano Jaime le dio poderes e instrucciones para tratar en
México los negocios de la misión. Prometió que él sería su agente en el cielo
si Dios, compadeciéndose de él, le llevaba consigo; que moría contento la
Madonna de Loreto, cuyo culto había procurado extender en Guadalajara; que
asegurase a los padres misioneros que él, con su escuadrón de parvulitos
californios que estaban en el cielo, obligaría a la Madonna a tender el manto
sobre los vivos en California y en México; y, finalmente, que pidiese perdón a
todos los de California, en su nombre, de su mal ejemplo; y que de éste y de
las molestias causadas le perdonase él también.
Lloraba el hermano sin consuelo al oír y ver
la profunda humildad, caridad, celo, viva esperanza y fe de aquel varón apostólico;
pero consiguió con sus voces tal confianza, que nunca en adelante dudó del buen
despacho de los negocios de la misión.
Conmovióse con la noticia de su peligro toda
la ciudad y aun la provincia que le amaba años había como a padre, y le respetaba
como a varón santo y vaso de elección para la conversión de nuevas gentes; pero
lo que más llenaba a todos de ternura era el dolor y demostraciones
extraordinarias de los californios que trajo consigo […] y murió plácidamente ,
cercado de los llorosos jesuitas, sábado, día consagrado a María santísima, 17
de julio del mismo año de 1717.
Asistió a su entierro toda la ciudad,
deshaciéndose todos en elogios suyos y colocando sus huesos a los pies de la
Madonna de Loreto, en la misma Casa Lauretana que él en honra suya había
edificado.
*
Noticia de la California, Editorial
Layac, 1943, México, págs. 183-185.
HISTORIA
EFEMÉRIDES
DE LA SEMANA
MARZO




ABRIL




HISTORIA
EFEMÉRIDES
DE LA SEMANA
MARZO
20
(1976). Fue inaugurado el edificio de la escuela preparatoria Adolfo López Mateos, primera de Ciudad Constitución.






CRÓNICA
MUJERES DE CALIFORNIA

A principios del
siglo XVI fue publicado el libro Las sergas de Esplandián, donde se anunciaba
que a la derecha del continente americano, o sea sobre el océano Pacífico,
“hubo una isla llamada California…, poblada de mujeres negras…, que casi como
las amazonas era su modo de vivir...”
Las amazonas se
originan en un mito clásico griego, cuya definición esencial es el de guerreras
que la leyenda y la literatura se encargaron de ir ubicando en diversos lugares
del mundo conocido en la antigüedad y posteriormente. Hallarlas fue una
obsesión de las empresas de conquista, y buen testimonio de esa búsqueda fue
que al río más largo del mundo se le impuso ese nombre.
En 1524,
en su cuarta carta de Relación, Hernán Cortés comunicó al emperador tener
noticia de una isla situada en el océano Pacífico, habitada por mujeres,
abundante en oro y perlas, y le ofrecía emprender su búsqueda en cuanto
pudiese.
En los documentos
provenientes de la época colonial de las Californias se hallan evidencias muy
claras del papel que tenían las mujeres en la vida y las costumbres indígenas.
Durante sus
gestiones fundacionales de la misión de Santiago, en el sur de la antigua
California, el jesuita Ignacio María Nápoli y sus acompañantes se encontraron
ante la presencia de quien les fue anunciada como reina; vestía pieles de
venado y la seguía gran cantidad de nativos. Se acercó dando bramidos, luego
cantaba y hacía sentir de varios modos su autoridad. El también sacerdote Jaime
Bravo ya había tenido contacto con este personaje trece años antes, durante un
recorrido de reconocimiento por la zona.
Algún tiempo
después, en una parte de su crónica sobre la insurrección indígena de
1734-1736, el
padre Sigismundo Taraval hizo referencia a una mujer que “era la más celebre
hechicera de esos contornos; aun siendo mujer, era en su ranchería a quien no
sólo las mujeres mas los hombres cedían, obedecían y seguían. Cogiéronles todos
los trastes de sus supersticiones y embustes que son tablas, palos con puño en
forma de cabeza y una nariz larga, una vara larga con un gancho con que dicen
hacen venir las frutas [pitahayas], un bastón agujereado para llenarle por
todas partes de pluma, otro con una figura al modo de palmeta, otro con visos
de abanico y otros varios con garfios, puntas y uñas...”
Función
exclusiva de las mujeres era la de ser intermediarias en los conflictos que
intermitentemente enfrentaban los europeos con los aborígenes y éstos entre sí.
Como ejemplo puede leerse que el comandante encargado de sofocar la insurgencia:
“Prosiguió
su rumbo para la tierra de los pericúes y se volvió a Santiago, no habiendo
logrado después cosa especial. Trajo presos a un hombre y a varias mujeres; a
otras había despachado a llamar y a ofrecer el perdón a los de Todos Santos...”
El mismo Taraval preguntó a los indios “por
qué habían hecho la sacrílega infamia de matar a los padres [Carranco y
Tamaral]. Respondieron que porque no los dejaba hacer lo que querían y prohibía
que tuviesen muchas mujeres.”
Dice el
padre Juan Jacobo Baegert, misionero entre los guaycuras de San Luis Gonzaga,
que “no son muchos entre ellos los que contraen matrimonio con la finalidad
para la que Dios lo ha consagrado. Lo que ellos buscan es algo seguro y,
además, el hombre quiere tener su criada para poder darle órdenes, aunque este
mando no es para tanto, ni la mujer lo toma muy a pecho.”
Sin embargo, el
también jesuita Miguel del Barco, de sus vivencias entre los cochimíes de la
misión de San Francisco Javier, cuenta que “el mantenimiento de la familia
corre por cuenta de las pobres mujeres. Ellas han de buscar la comida para sí
mismas, para sus maridos y para sus hijos.”
Del citado Taraval
es la afirmación de que “las mujeres son en Californias las que
trabajan, solicitan y dan de comer a sus maridos.”
Desde luego hay
mucho más que escribir y leer sobre esto; lo dicho sólo nos sirve de pretexto
para hacer llegar un cordial y respetuoso saludo a las mujeres de nuestra
entidad en ocasión del día y mes del año dedicado a reconocer su contribución, y con
cuyo concurso crece Baja California Sur todos los días.
(Imagen: Mujeres californias, en Voyage round the world, por George Shelvock, Londres, 1726.)
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EFEMÉRIDES
DE LA SEMANA
MARZO





19.
Fiestas tradicionales de San José del
Cabo.
BIOGRAFÍA
JUAN CLÍMACO
REBOLLEDO
Nació
en Coatepec, Veracruz, en 1805.

De
filiación conservadora, fue desterrado por órdenes de Santa Anna, su antiguo
protector, a las Californias, de donde salió para ser abatido por las fuerzas
liberales en una acción de armas en Sinaloa.”1
Se
conducía a tomar posesión del gobierno de la península californiana en
sustitución de Rafael Espinoza, en 1853, cuando ambos fueron aprehendidos por
el filibustero William Walker y llevados hasta Ensenada en su huida de la
persecución de la gente comandada por Manuel Márquez de León.
Los
gobernantes lograron sobornar a sus captores y llegaron a La Paz, donde
Rebolledo gobernó hasta el 12 de marzo de 1854 en que entregó el mando a José
María Blancarte.
“Juan
Clímaco Rebolledo fue fusilado el 15 de marzo de 1859 en el camino de Mazatlán
a Cosalá, Sinaloa, ´lejos de su tierra natal, de su familia y de sus amigos,
quienes nunca supieron ni la fecha ni el lugar exacto de su trágica muerte´ y
sin que se pudiera recuperar su cuerpo.”2
1
Apuntes históricos y geográficos de la villa
de Coatepec, 1964, de Antonio Mateo Rebolledo, publicado por Soledad García
Morales y J. Martín Blásquez Ojeda, 2013, 127 págs, Coatepec (Ver.), págs. 78 y
35-36.
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