RESEÑA
50
AÑOS DE GOBIERNOS CIVILES EN BAJA CALIFORNIA SUR*
Prólogo por
Vicente Cardoza López
La
conversión de Territorio a Entidad Federativa del Estado de Baja California Sur
vino a cristalizar arraigados anhelos de varias generaciones de
sudcalifornianos en torno al ejercicio de la autodeterminación pública.
En ese entonces, hace cuarenta años, este
importante evento se vio nutrido con el restablecimiento de los ayuntamientos,
la conclusión de la carretera Transpeninsular, la ampliación de la red de Transbordadores,
pero sobre todo por la fundación de las instituciones públicas de educación
superior y de investigación en funcionamiento desde entonces en esta media
península.
Esto último ha sido una circunstancia muy
afortunada porque ha posibilitado, a través de la profesionalización del
servicio público, la estructuración de las instituciones públicas y privadas
creadas a partir de entonces.
En este escenario, la Universidad Autónoma
de Baja California Sur, fundada en este contexto desarrollador de los años
setenta en este rincón lejano de la patria mexicana, ha sido un actor
importante que ha contribuido en estas últimas décadas a fortalecer estos
procesos de institucionalización a través de sus productos de investigación y
la formación de recursos humanos.
Estos profesionistas han participado
activamente en la formalización de los poderes públicos locales establecidos en
Baja California Sur, han sido testigos y promotores de su evolución y ajuste a
los nuevos tiempos y han desempeñado un relevante papel en la vida educativa,
social y cultural en Baja California Sur.
Sin embargo, la asignatura pendiente de
acreditar es la que corresponde a advertir atinadamente las fortalezas,
oportunidades y ventajas competitivas que posee Sudcalifornia para promover un
desarrollo económico sustentable más consistente que se concrete en la
reactivación de sus sectores productivos y la generación de más y mejores
empleos.
Por ello, este libro que tiene en sus manos,
formulado por distinguidos universitarios y coordinado por el Dr. Alfonso
Guillén Vicente, profesor-investigador adscrito al Departamento Académico de
Ciencias Sociales y Jurídicas, representa un esfuerzo de caracterización de la
vida pública institucional en Baja California Sur en este ya avanzado nuevo
milenio; ejercicio que reconoce el valor de la tarea de hacer memoria de lo que
ya sucedió para proyectar mejor los nuevos retos de los mexicanos de
Sudcalifornia.
* Presentado el martes 14 de noviembre de 2017 en la UABCS.
CONMEMORACIÓN
DE LA PAZ, BAJA CALIFORNIA SUR*
En los años
de 1940 del siglo pasado, la tuberculosis era una enfermedad mortal y un grave problema de salud en nuestro
país. Ello llevó al médico paceño Francisco Cardoza Carballo a gestionar ante
el gobernador Francisco J. Múgica, la construcción y operación de un hospital
antituberculoso, así como del correspondiente preventorio para hijos de las
personas con ese padecimiento.
El hospital quedó ubicado en la avenida
Nicolás Bravo entre Lic. Verdad y Josefa Ortiz de Domínguez, donde algunos años
después fue reubicado el hospital “Salvatierra”.
El preventorio era precisamente para
prevenir que los niños se contagiaran de la enfermedad de sus padres, y dentro
de él fue establecida una escuela primaria a fin de que ahí mismo recibieran
clases sin necesidad de salir a tomarlas en otras escuelas de La Paz. El
preventorio estaba donde ahora funciona el jardín de niños “Rosaura Zapata”, en
Ignacio Ramírez entre Independencia y 5 de Mayo, y el nuevo plantel recibió el
nombre del héroe sudamericano Simón Bolívar.
El descubrimiento de la causa de la
tuberculosis por el médico microbiólogo alemán Robert Koch y el posterior
descubrimiento de la vacuna hicieron innecesarios tanto el hospital como el
preventorio, que consecuentemente dejaron de funcionar. En 1967, durante el
gobierno de Hugo Cervantes del Río se dispuso la nueva edificación de la
escuela “Simón Bolívar” en la manzana que ocupa desde entonces (5 de Mayo,
Josefa Ortiz de Domínguez, Independencia y Héroes de Independencia).
Al año siguiente, el embajador de Venezuela
estuvo acompañado del gobernador, el comandante de la III Zona Militar, el
director de Educación Primaria, el dirigente sindical de los Trabajadores de la
Educación, el representante de la Suprema Corte de Justicia y el director de la
escuela Normal Urbana para develar el busto de Simón Bolívar en la propia
institución, que este día celebra su primer medio siglo mediante un programa
que se llevará a cabo durante diez días. Enhorabuena.
FERROCARRILES SALINEROS DE BAJA CALIFORNIA SUR
SALINA DE
PICHILINGUE*
En la salina de Pichilingue, ubicada en la
ex isla (ahora península) de San Juan Nepomuceno, 14.5 kilómetros al norte de
La Paz, las prácticas de transporte eran similares a las de la isla de San
José.
Situado casi en el centro de la tierra
ocupada por la salina, el ferrocarril de vía estrecha usaba tracción
de mula para el transporte de la sal para el embarcadero. Propiedad de los
intereses de Cornejo, de La Paz, y una de las operaciones más pequeñas de sal,
Pichilingue normalmente produjo 1,600 a 1,800 toneladas cada año, aunque Zárate
reclamó 2,000 toneladas para el año en curso, con un potencial de 5.000
toneladas.
Otras propiedades salineras en Baja
California Sur pueden haber tenido operaciones ferroviarias, en lugares como San
Evaristo, en La Paz, y La Salina, en San José del Cabo.
Como resultado de sus búsquedas en esta
materia, el investigador publicó 6 años más tarde, en 1988, una extensa obra de
350 páginas profusamente ilustradas, que editó Golden West Books, de San
Marino, Alta California, con el título de Baja California Railways.
*
Quinta y última de cinco partes de la exposición presentada en el II Congreso Internacional
de Antropología de la Sal efectuado en Cabo San Lucas, California del Sur, el
viernes 13 de octubre de 2017.
LOS FERROCARRILES SALINEROS DE BAJA CALIFORNIA SUR
ISLA
DE SAN JOSÉ*
Está
situada al sur del golfo de California, a unos 80 km al norte de La Paz. Está
separada de la península de Baja California por un canal de 6 a 10 km de ancho.
La isla tiene aproximadamente 31 km de largo y 10 km de ancho máximo, con
superficie que alcanza poco más de 182 km².
En la
esquina al sudoeste de la isla de San José, 81.5 kilómetros al noroeste de La
Paz, cerca de un punto llamado "El Amortajado", la empresa de un señor
Arce operaba un estanque de evaporación considerable. El control de la
propiedad fue objeto de una controversia permanente: el representante de Arce
informó de sólo 1,100 toneladas anuales de sal, mientras que el de Zárate había
estimado salida de casi seis veces esa cifra.
Para el transporte
de sal desde la mitad de las salinas al embarcadero, una distancia de 200
metros, un ferrocarril, “formado por estrechos pero fuertes listones de madera
puesto en acero (que duran más que los carriles ordinarios)..." estaba en
uso.
*Cuarta
de cinco partes de la exposición presentada en el II Congreso Internacional de
Antropología de la Sal efectuado en Cabo San Lucas, California del Sur, el
viernes 13 de octubre de 2017.
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