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¿DESDE CUÁNDO EXISTE “BAJA” CALIFORNIA?

California existe desde que era isla, primero en la literatura (“Sabed que a la diestra mano de las indias hubo una isla llamada California, muy llegada a la parte del paraíso terrenal…”), desde finales del siglo XV y los albores del XVI, hasta concretarse en la realidad geográfica de esta parte de la Nueva España.

   Luego fue revelada como península tan tempranamente como 1539, según concluyó la expedición cortesiana de Francisco de Ulloa mediante la Relación de Francisco Preciado, aunque el imaginario de ese y los subsiguientes tiempos siguieron dándole carácter insular las cartografías, los navegantes y conquistadores, hasta 1701 en que los jesuitas Juan María de Salvatierra y Eusebio Francisco Kino confirmaron su pertenencia al macizo continental.

   De modo que con el nombre de California se designó a esta porción noroccidental novohispánica hasta 1768-1769 en que, tras la expulsión de los misioneros ignacianos, el visitador José de Gálvez y el franciscano Junípero Serra proyectaron la ocupación de su parte septentrional, a la cual comenzaron a darle la denominación de alta y nueva California, para diferenciarla de la antigua, vieja o baja California, considerando tanto su pristinidad histórica como su ubicación meridional.

   O sea que debieron transcurrir más de dos siglos (exactamente 233 años) para que a la península se le adjudicase el adjetivo de “baja”, denotativo de su australidad o sureñidad respecto a la región continental de lo que seguían siendo ambas Californias.

   Fue a partir de 1773, en que los religiosos dominicos empezaron a establecer misiones en la mitad norteña de la península, que por necesidad de deslinde jurisdiccional debió ser dividida en baja California (del) norte y baja California (del) sur.

   Así, el 26 de febrero de 1804, el gobierno virreinal separó política y administrativamente a las Californias en una parte peninsular (Antigua, Vieja o Baja California) y otra continental (Nueva o Alta California).

   En 1848, la nueva o alta California pasó a poder de los Estados Unidos de Norteamérica como consecuencia de la desigual confrontación bélica de México con aquel país, y pronto los neo-altacalifornianos impusieron al vasto territorio que les redituó el despojo el solo nombre de California, aunque desde los inicios de la guerra, en 1846, los separatistas ya habían alzado la bandera de la “república del oso” que al final del conflicto pasó a constituir el nuevo estado de California.

   Las dos mitades de la península estuvieron consideradas oficialmente una sola provincia, con capital en La Paz, hasta que fueron establecidos los distritos Norte y Sur en 1888.

   Y fue el 7 de febrero de 1931 que adquirió estatus oficial la división de los territorios Norte y Sur de Baja California.

   El gobierno del presidente Miguel Alemán promovió y logró en 1952 la creación de un nuevo estado en la mitad septentrional de la península, al cual fue otorgado el nombre de toda ella, dejando para la mitad meridional, la primera California de todas, la original, la verdadera, el largo título de “Territorio de Baja California Sur”.

   Al convertirse éste en la entidad número 30 de la federación mexicana por decreto del 8 de octubre de 1974, se pasó a cambiarle entonces únicamente la palabra territorio por la de estado y a dejarle los dos innecesarios epítetos (baja y sur), que al fin y al cabo, en términos geográficos, significan lo mismo.

   Pero luego, la ley del menor esfuerzo hizo que la extensa designación se abreviase, sólo que en vez de reducirse a “California”, como hubiera sido lo justo y propio, intereses mexicanos y extra nacionales, principalmente relacionados con el comercio y el turismo, optaron por los nombres de “baja” o “baja sur”, que a los oídos de los sudcalifornianos en general (con escasas excepciones de algunos desorientados, mal informados o simplemente lumpen), suenan a despectivos o peyorativos porque conllevan el sentido de inferioridad (en inglés lower, lo bajo o muy abajo) más que de situación espacial.

   De manera que, después de más de dos centurias de ostentar en propiedad su nombre, la California original comenzó a sufrir adjetivaciones hasta acabar ya sin el nombre literario, mágico y eufónico con que emergió a la historia.

Tragedias de la inconsciencia. 

HISTORIA

EFEMÉRIDES

MARZO

1 (1700). El misionero jesuita Juan María de Salvatierra propuso al virrey dar a California el nombre de “Reino de las Carolinas” como homenaje al rey Carlos II; éste murió poco tiempo después y todos olvidaron el asunto. Igual fin tuvo el nombre de mar Lauretano que los jesuitas querían dar al golfo de California o mar de Cortés.

1 (1701). Salieron de la misión de Los Dolores (Sonora) los jesuitas Eusebio Francisco Kino y Juan María de Salvatierra en viaje de exploración al río Colorado, en cuya región verificaron la peninsularidad de California.

3 (1719). El capitán Esteban Rodríguez Lorenzo, jefe de las armas en Loreto, y el jesuita Clemente Guillén con algunos nativos y soldados dieron comienzo a la primera expedición por tierra de Loreto a bahía Magdalena, con la finalidad de habilitar un punto de refresco para el galeón de Manila (o nao de China); la empresa resultó sin éxito porque no se encontró agua.

4 (1822). La tripulación del bergantín Araucano, de la armada chilena, atacó y saqueó a la población de Loreto bajo el pretexto de obligar a los sudcalifornianos a aceptar la independencia de México. En ausencia del gobernador José Darío Argüello, quien había huido a Comondú, la invasión fue rechazada por el alférez José María Mata al frente de algunos civiles, quienes recuperaron parte del botín.
 

5 (1861). Murió en la ciudad de México José Mariano Monterde, militar criollo adherido al Plan de Iguala, gobernador de la península de Baja California (1829-1834), gobernador de Chihuahua y director del Colegio Militar de Chapultepec, donde encabezó la defensa contra la intervención norteamericana.