EDUCACIÓN Y TAREAS
ESCOLARES
Parece
que al fin las autoridades educativas de todas partes comienzan a darse cuenta
de la inútil perversidad de las tareas escolares, a partir de estudios que
últimamente han llegado hasta la ONU por conducto de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) y otros organismos internacionales que han concluido en que las
dichosas tareas, que han atosigado el cuerpo y el alma de infinidad de
generaciones en todo el planeta desde que fueron establecidos los sistemas educativos,
son más inconvenientes que benéficas para su formación, pues está probado que:
1.
Los alumnos comprenden más y mejor en el aula, en interrelación directa con el
profesor y en contacto activo con sus compañeros.
2.
Impiden a los niños y jóvenes dedicar tiempo fuera del salón de clases en
actividades necesarias para su desarrollo.
3.
Significan una carga que frecuentemente en nada provocan la alegría que debe
producir la búsqueda de nuevos conocimientos.
4.
Constituyen una verdadera molestia para el niño, afectan su carácter y lo condicionan
a rehusarse a asistir a la escuela.
5.
Eventualmente son aplicadas con la intención de cubrir deficiencias del
enseñante o del programa provisto a veces de contenidos excesivos.
6.
Lejos de constituir factor de convivencia familiar, distraen las ocupaciones
propias de los padres en un quehacer que ya cumplieron (y con frecuente
disgusto) en su propia época.
7.
“Producen estrés y ansiedad”, se afirma en el artículo “¿Es tiempo ya de
erradicar las tareas?” del sitio inglés http://www.independent.co.uk/
8.
Hacen dependiente al escolar de la ayuda de su familia para asuntos que a él
corresponde exclusivamente atender pues se trata de su propio aprendizaje.
9.
El maestro y los padres pueden convertirlas, como suele ocurrir, en inadecuada
medida de presión, amenaza y tortura, cosa que carece de validez pedagógica
alguna.
10.
Hay mentores tan sádicos que incluso las asignan para fines de semana y
vacaciones, lo que resulta aberrante pues esos periodos están destinados
precisamente para el descanso físico y la desintoxicación mental.
11.
Su revisión y evaluación sustrae al profesor períodos del día que pudiere emplear
mejor en atender situaciones domésticas, planear tranquilamente sus clases y
realizar acciones de mayor valía en el aula.
12.
Está demostrado por la investigación educativa que dejar de hacer la tarea en
el hogar devuelve al estudiante el entusiasmo por saber y el gusto por la
escuela.
13.
En la actualidad, y con el avance de la tecnología, las tareas se resuelven
simplemente con el “copy-paste” (copiar y pegar) de materiales que ofrece buena
cantidad de sitios en la Internet, y que por lo general los chicos ni siquiera
leen.
14.
Sobre las tareas escolares nada dicen el artículo Tercero constitucional, la
legislación que norma la educación mexicana y la Ley de Educación “para” el
Estado de Baja California Sur, y sí, en cambio, esta última dispone “fomentar y
promover la lectura y el libro” (párrafo XV, artículo 7o.), por lo que pueden
ser reemplazadas, digamos, con lecturas amables que promuevan el
placer y el conocimiento que proporcionan los libros, al margen de imposiciones
nefandas.
Por
estas y otras varias razones, ese nocivo fósil de la vieja escuela debe
declararse pernicioso y ser eliminado de una vez por todas de las estrategias
didácticas, lo cual constituirá un logro en bien de la cultura y la libertad
que se debe procurar para los que todavía están y los vienen.