CONMEMORACIONES DE LA SEMANA
12 (2009). Murió el doctor Francisco Cardoza Carballo, profesor, médico y
político de méritos sobresalientes en la historia de Baja California Sur por
sus aportaciones al desarrollo de instituciones al servicio del pueblo
sudcaliforniano.
Nació en 1913 en La Paz, Baja
California Sur, donde cursó los estudios básicos y la carrera de docente de
educación primaria, y en la escuela Nacional de Maestros de la ciudad de México
terminó la especialidad de maestro de enseñanza superior el año 1933.
En la misma capital de la República cursó el
bachillerato y la carrera de Medicina, que culminó en 1940. En esa época, la
morbilidad y mortalidad a causa de la tuberculosis era un grave problema de
salud en nuestro país; ello lo llevó a insistir ante el gobierno territorial,
una vez reintegrado a su tierra (de cuya Sociedad Médica fue fundador), para la
edificación y operación de la unidad antituberculosa, así como del preventorio
para hijos de las personas con ese padecimiento.
Fue miembro protagónico del Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS) que en
1945 pugnó y logró que Baja California Sur fuese gobernada por un
sudcaliforniano.
Fundó y dirigió los servicios médicos del
IMSS y del ISSSTE en su entidad nativa.
Participó activamente también en una segunda
y tercera etapas del FUS (1958 y 1964-1965) que exigió el nombramiento de
gobernantes civiles para Baja California Sur y otros avances de beneficio
colectivo. A la primera y varias de esas demandas accedió de inmediato el
ejecutivo federal.
Puso luego su experiencia e interés por el
desarrollo regional en el movimiento “Loreto 70”, que propició el nombramiento
de un gobernador nativo o con arraigo y civil.
Fundó la clínica Nuestra Señora de La Paz, donde
ejerció privadamente su profesión aún después de su haberse jubilado, y en la
cual varias generaciones de médicos han tenido oportunidad de ofrecer atención
a la salud.
13
de abril de 1847. Llegó a La Paz la corbeta Portsmouth
para acordar con el gobernador Francisco Palacios Miranda los términos de la
ocupación norteamericana.
A muy temprana edad se contrató con dos de sus
hermanos en la compañía El Boleo, de Santa Rosalía, BCS, y posteriormente en la
de Cananea, Sonora. Ello permitió a los jóvenes mineros conocer las condiciones
en que vivía el gremio, la grave explotación y acentuada desigualdad y
marginación que padecían los trabajadores y sus familias.
En 1913 se enlistó como soldado bajo las
órdenes de Manuel M. Diéguez, lo cual significaría el inicio de su carrera
militar.
En total sumó 97 hechos de armas, por los que
recibió diversos reconocimientos.
En 1929 fue designado gobernante de su tierra, con cuyo
carácter apoyó a obreros y campesinos, particularmente en la promoción de las
primeras organizaciones gremiales e imponiendo las disposiciones de la ley
federal del Trabajo.
Pasó a fungir como jefe político del
Distrito Norte de Baja California en 1931, una vez que fueron instituidos los
territorios Norte y Sur de la península; duró en ese cargo hasta 1935.
Diez años más tarde, el Frente de Unificación
Sudcaliforniano (FUS) planteó al gobernador, Gral. Francisco J. Múgica, la
aspiración de que la sociedad sudpeninsular fuese dirigida por uno de sus
miembros; la propuesta fue enviada por el Constituyente, junto con su renuncia,
al presidente Manuel Ávila Camacho, quien dispuso que su nuevo representante en
la entidad fuese Agustín Olachea. Éste emprendió una
importante promoción del desarrollo regional hasta 1956 en que entregó el
mandato.
Seguidamente fue presidente nacional del
Partido Revolucionario Institucional y secretario de la Defensa Nacional.
Sus restos mortales fueron
reinhumados en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres.