POEMA HUÉSPED

NORTEAMÉRICA

Por Ray Bradbury
(EUA, 1920-2012)

Somos, nosotros, el sueño de otros.
La tierra donde otros aterrizan.
De noche, tarde,
planean volar y, volando, llegan aquí,
donde nosotros, insensatos, medramos mudos.
Nos negamos a comprender que
Somos lo que todo el mundo querría ser.
Como anidamos en este proyecto,
el sueño, por evidente, nos es ajeno.
Como no nos importa el milagro que somos
se nos llena la boca de soberbia.
Mientras todo el mundo hace planes
para venir aquí a quedarse,
nosotros planeamos irnos a otra parte.
¡Qué absurdo!, exclaman los recién llegados del Chad.
¡Estáis locos!, protestan los iraquíes.
Venderíamos el alma por estar en vuestro lugar.
¿Cómo es posible que no podáis veros a través de nuestros ojos?
Camináis a vuestro antojo por el bosque de la libertad.
¡Maldita sea! Los árboles no os dejan ver el bosque.
Diez mil vagabundos por semana
alcanzan vuestras playas,
os preguntáis qué claman.
¿A qué viene su alegría?
Cálida tienen el alma: ¿Tan mala es Norteamérica?
Sentaos, miradles a la cara, ¿lo veis?
Sois aquellos a lo que aspira un mundo sin esperanza.
En las oleadas de inmigrantes que llegan este año
seguís siendo el fuego al que desean arrimarse.
A medianoche, abrazos a mapas, proyectos y planes

sois, vosotros, el sueño de otros.