LAS RECORDACIONES DEL CRONISTA



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ACTUALIDAD

DE REFORMAS Y LICITACIONES

El ayuntamiento de La Paz ha publicado convocatoria en el ámbito nacional para seleccionar a quien será nuevo director del instituto de Planeación Municipal.

Ya vimos que la Constitución Política del Estado acaba de sufrir nueva reforma para hacer posible la concesión del cargo de procurador estatal de Justicia a un personaje de procedencia extra estatal, carente de oriundez y residencia mínima en esta entidad federativa.

Ahora se trata de licitar (hacer lícita, legalizar) la posibilidad de que llegue otro individuo foráneo a ocupar un cargo público local, pues en el documento resplandece por su ausencia el requisito de ser ciudadano sudcaliforniano. Si bien una de las bases especifica que los aspirantes deben “preferentemente” conocer la problemática del desarrollo social, urbano, económico y medioambiental del municipio paceño, el documento deja claro que, para los efectos previstos, se puede franquear tranquilamente esa condición.

Sin embargo, conviene recordar el texto del artículo 30 de la Constitución estatal, el cual dispone que “Los sudcalifornianos serán preferidos para toda clase de concesiones y para todos los empleos, cargos o comisiones del gobierno en que sea indispensable la calidad de ciudadano.”

En ambos casos ha quedado evidente la convicción que poseen los convocantes, de que Baja California Sur se halla desprovista de profesionales aptos para encargarse de tales áreas de la administración pública. Quedan descalificadas, “ipso facto” (por ese mismo hecho), las instituciones regionales de educación superior en la formación de gente capaz de cubrir las referidas vacantes, o quienes, siendo sudcalifornianos, se tomaron la molestia de realizar estudios fuera de la entidad.

En las dos circunstancias, también, hay un trasfondo de subestimación a valores, derechos y natural prioridad de los ciudadanos que han nacido, permanecido y sobrevivido en esta tierra.

De ninguna manera sugiere la presente nota el regreso a las antiguas luchas de este pueblo (aunque sería oportuno repensarlas), integradas ya a su historia, sino sólo de llamar la atención acerca del respeto que se debe (o se debiera) tener y ejercer, principalmente por sus autoridades, hacia una sociedad que se pudiere sentir lastimada con las medidas de referencia.


Nos queda de tarea.     

CRÓNICA HUÉSPED

ANIVERSARIO DE UN INICIO FRUCTUOSO

Por Juan Cuauhtémoc Murillo Hernández*

“El 4 de enero de 1941, el general de división Francisco J. Múgica Velázquez fue designado gobernador del Territorio Sur de Baja California y comandante de la Tercera Zona militar, destacada en el mismo; cargos en los que estuvo al frente durante los siguientes cinco años ya que, al iniciar enero de 1946, los entregó formalmente a otro militar de igual rango, el sudcaliforniano Agustín Olachea Avilés.

   En el tiempo que llegó al territorio, Múgica formaba parte de la familia revolucionaria, amplio y heterogéneo grupo político que dirigió la nación al término de la Revolución Mexicana, a la que se había incorporado desde muy joven en las filas carrancistas, en 1912.

   Al iniciar la década de los cuarenta, el michoacano contaba con una de las más sólidas y extensas carreras político-administrativas y militar del país, al desempeñarse, entre otros puestos, como diputado constituyente de 1917, gobernador en dos ocasiones de su estado natal, comandante militar en diversas entidades y, durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, titular de las secretarías de Economía y Obras Públicas.

   Con dicha experiencia, Múgica era uno de los más importantes aspirantes a la sucesión presidencial de º940, en parte por su cercanía personal e ideológica con el presidente. Su más fuerte contrincante en las filas del Partido de la Revolución Mexicana fue el general Manuel Ávila Camacho, entonces secretario de Guerra.

   Aun cuando existían otros aspirantes, Múgica y Ávila Camacho reunían el mayor número de simpatizantes, de tal forma que en enero de 1939 ambos dejaron sus posiciones en el gobierno federal para buscar la nominación oficial. Tan sólo transcurrieron pocos meses para que Múgica reconociera que las tendencias en el interior del país no le favorecían, pues las más importantes organizaciones partidistas expresaron pronto su simpatía por Ávila Camacho […]”

* Juan Cuauhtémoc Murillo Hernández, El general Francisco J. Múgica en Baja California Sur (1941-1946), Conaculta-Gobierno de BCS, 2011, 419 págs.,

(Como lo detalla el libro de Murillo Hernández, la de Múgica en BCS fue una administración excepcional, por lo cual resulta de justicia para el personaje y de utilidad para la memoria de esta entidad, que sea resaltada su obra tomando como referencia, por ejemplo, la fecha en que el ilustre constituyente tomó posesión del gobierno sudcaliforniano, el 4 de enero de 1941: Emc.)


ESPACIOS: NÚM. 8

ACTUALIDAD

RAZÓN CONTRA SUPERSTICIÓN     

Las atrocidades del fanatismo, como los recientes y dolorosos homicidios en París, lejos de constituir casos aislados son casi una constante en el transcurso de la historia de la humanidad.

Los dirigentes de todos los credos, para arraigarlos en el espíritu del hombre los proveen de fuertes dosis de dogmatismo, que es fe ciega en una supuesta verdad, excluyente de la verdad de los otros, a quienes se considera enemigos y a los que, por tanto, hay que destruir o, por lo menos, perseguir.

Evitemos extrañarnos: esto ha ocurrido desde la noche de los tiempos en todas las creencias y posiciones de cualquier índole.

Con la pretensión de comprender, aunque lejos de siquiera insinuar justificación alguna, adelantemos que nuestros congéneres del llamado Oriente medio, donde se planean y preparan buena parte de los crímenes a que aludimos, tienen razones para sentir inquina hacia la parte occidental, particularmente por los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados europeos, a los que ven y sienten como enemigos históricos e irreconciliables en materias ideológica, cultural, económica… y militar, desde mucho antes de las cruzadas.

Además de la fe ciega en sus sacerdotes y líderes, los jóvenes mesorientales son reclutados a base de promesas de dicha y placer en el más allá, si mueren sacrificados en bien de la divinidad, en una certeza que deriva de las más oscuras y primitivas ideas de una inmortalidad indemostrable, así se hagan esfuerzos, siempre inconsistentes, por ilusionarnos con la continuidad eterna de la vida individual.

Pero el ímpetu juvenil da para eso y para más.

El asunto es complejo, mas puede pensarse que la respuesta inteligente a las agresiones del terrorismo debiera estar constituida por más bombardeos, pero con el fuego de la razón, que exploten y hagan su efecto bienhechor en los cerebros de las nuevas generaciones de esos países, inundando sus territorios con volantes, audiogramas, videograbaciones, conferenciantes clandestinos y todo vehículo de propaganda disponible, para convencerlos, mediante mensajes sencillos y breves, de que toda esa argumentación que les pide el sacrificio de sus vidas es falsa, que el martirio es inútil porque hay cosas mejores por las cuales vivir y luchar en este mundo, que podrá llegar a ser espléndido con el concurso de ellos mismos.

En tal propósito se podrá contar, sin duda, con la colaboración de las mujeres porque son ellas las que resultan siempre mayormente perjudicadas en ese intrincado universo de patrañas, odios y prejuicios.

Al mismo tiempo, el hemisferio occidental deberá revisar y mejorar su relación con el resto del planeta, en un ejercicio de expiación del cual resulte el convencimiento de trocar en generosidad y tolerancia la actitud arrogante y de muchas maneras inescrupulosa asumida hasta la actualidad, que tantos y tan graves daños le ha originado.


Probablemente así los exhortos místicos de aquellos dirigentes (a los que jamás se ha visto con petardos en la cintura) comenzarán a perder paulatinamente sus nefastos efectos y se logrará al fin, aunque sea a largo plazo, dar a ambos mundos la paz que se han negado desde que el miedo y la incertidumbre crearon la primera explicación sobrenatural, el primer régimen político, el primer sistema económico, la primera arma.

CRÓNICA

PLAN REVOLUCIONARIO DE EL TRIUNFO: 136 AÑOS

      Manuel Márquez de León es el héroe por excelencia de Baja California Sur; su vida sin mancha al servicio de México lo convierten en el paradigma del deber-ser sudcaliforniano, todo lo cual puede ser comprobado en el libro Grito de rebeldía, de Manuel G. Romero, contemporáneo del prócer, que tuve el agrado de preparar y prologar para el Archivo Histórico de esta entidad.

   Este hombre ilustre nació en el poblado minero de San Antonio el 5 de marzo de 1822, y creció en el pueblo de Todos Santos. A los 21 años de edad ingresó a la Marina de Guerra nacional; se encontraba de servicio en Mazatlán cuando estalló la guerra contra los Estados Unidos de Norteamérica, y recibió entonces dos ascensos por méritos en el campo de batalla.

   Terminada la guerra de 1846-1848 se retiró de las actividades militares para establecerse de nuevo en Todos Santos donde emprendió trabajos de agricultura, ganadería y comercio. En San Antonio explotó la minería, y en pocos años logró reunir una fortuna que gastó luego en servicios a la nación.

   En 1853 combatió con éxito al filibustero William Walker, a quien logró expulsar hacia el norte donde lo derrotó el patriota bajacaliforniano Antonio Meléndrez.

   Fue representante de su provincia ante el Congreso Constituyente de 1856-1857, pero no firmó la nueva Constitución por haber recibido antes comisiones militares en el noroeste del país.

   Contra el ejército de los conservadores organizó el batallón de infantería “Cazadores de California”.

   En 1861 fue designado gobernador de Sinaloa. Dos años más tarde, el presidente Juárez declaró el estado de sitio en ese mismo estado y nombró gobernador y comandante militar al coronel Márquez, quien se desempeñó en ese cargo hasta el 30 de abril de ese 1863.

   Luego se le concedió el grado de coronel de Brigada “por los buenos servicios que tiene prestados en la causa de la libertad.”

   Al término de la Intervención Francesa fue electo diputado por el V distrito de Sinaloa, hasta 1871. Se inconformó con la reelección del presidente Juárez y secundó el plan de La Noria para deponerlo. Luego apoyó el plan de Tuxtepec (contra Sebastián Lerdo de Tejada, sucesor de Juárez a la muerte de éste) y contribuyó al encumbramiento de Porfirio Díaz en quien veía al hombre que la nación necesitaba para su consolidación. Pero enseguida vio que su viejo amigo y compañero de armas pretendía tomar el poder indefinidamente.


   Ante esta situación, el Gral. Márquez de León lanzó el plan Revolucionario de El Triunfo el 22 de noviembre de 1879, cuyo movimiento no prosperó y obligó al patriota a emprender el destierro en los EUA. Amnistiado regresó a su patria y murió en la ciudad de México el 27 de julio de 1890. Sus restos mortales fueron reinhumados en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, de La Paz, Baja California Sur. 

CALIFORNIA PARA PRINCIPIANTES



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COMENTARIO

EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO 
LA SAGA DE LAS AVES DEL MATORRAL

Con esta obra, sus autores se integran con gran decoro al conjunto de quienes han contribuido con su interés, empeño y trabajo a ampliar nuestro conocimiento de las diversas y complejas realidades de Baja California Sur.

Alguien podría preguntarse qué está haciendo un cronista prologando los resultados de una investigación científica y, por si fuera poco el atrevimiento, participando en la presentación de esta obra en una institución tan prestigiosa como el CIBNOR. Bueno, habría que contestar que ello fue en respuesta a la invitación del Dr. Renato Mendoza, con quien he tenido al agrado de compartir el interés por la historia de Baja California Sur desde hace ya varios años. Si la explicación fuese insuficiente, habría que agregar que pertenezco a la generación de sudcalifornianos que con alegría y optimismo vio nacer el Centro de Investigaciones Biológicas que dirigió desde su creación en 1975, hace ya 40 años, el inolvidable Dr. Félix Córdoba Alva, en algunos pequeños espacios dentro de la zona urbana de La Paz, que nada tienen que ver ahora con sus estupendas instalaciones en El Comitán.

Quizá la curiosidad ornitológica con finalidad científica en Baja California Sur se inicie desde la época colonial en que estuvo aquí el misionero jesuita Miguel del Barco, cuyas observaciones y apuntes preparó el Dr. Miguel León-Portilla y publicó la UNAM en 1973. De 482 páginas, todo el capítulo tercero está dedicado a las aves.  

Más tarde, de 1859 a 1861, esta parte meridional de la península californiana tuvo la importante visita del zoólogo húngaro John Xántus, cuyos trabajos editó Dawson’s Book Shop de Los Ángeles, Alta California, en el número 48 de su colección denominada Baja California Travels Series.

Y a principios del siglo XX, León Diguet en su libro Territorio de Baja California, publicado en 1912.

Y ha habido algunos otros que han abordado estos temas de nuestro entorno natural, hasta que Mendoza y Amador pusieron en acción sus preocupaciones en este sentido y nos entregan hoy este vehículo multiplicador de sus estudios y conclusiones, donde, como digo en él, “ofrecen su visión y experiencia de un mundo vivo y dinámico –en la dramática y cotidiana convivencia de los pobladores del humedal y el matorral-, que queda abierto ahora mediante una suerte de eficaz narrativa que, en cuanto ciencia, informa y enseña; en cuanto literatura, emociona; y en cuanto ecología, interesa y advierte.”

Se trata, ciertamente, de “un texto provocador de inquietudes, ante la revelación de un mundo significante, materia de la ciencia y la literatura, del entusiasmo y del interés general que llama la atención sobre lo mucho que estamos todos en el deber de conocer, preservar y, en la medida de lo posible, enriquecer.”

Demos entonces la bienvenida a este nuevo libro, que se suma con gran mérito al acervo bibliográfico de y sobre Sudcalifornia. Enhorabuena.

CIBNOR, 12 de noviembre de 2015

EFEMÉRIDES DE LA SEMANA EN BCS

Del 16 AL 22 de noviembre

16 (1847). El teniente Manuel Pineda, comandante principal de la resistencia contra la invasión norteamericana, atacó La Paz al frente de 180 hombres, hasta el 11 de diciembre siguiente en que los sitiados recibieron refuerzos por mar.

20 (1853). En San José del Cabo, una junta popular designó encargado provisional del gobierno territorial a Antonio Navarro, en virtud de que la jefatura política había quedado sin titular por las dificultades que causó la incursión filibustera de William Walker.

20 (1958). Inició sus servicios el Instituto Mexicano del Seguro Social en la capital de BCS, con la habilitación que se hizo del hotel Gardenias. Su primer director fue el médico paceño Enrique Von Borstel Labastida.


21 (1847). Murió en San José del Cabo José Antonio Mijares, oficial mexicano oriundo de España, durante el asalto que realizó contra las fuerzas intervencionistas norteamericanas.

22 (1868). Nació en La Paz (BCS) Filemón Cecilio Piñeda Contreras, quien sería excelente poeta.


22 (1879). Manuel Márquez de León lanzó en La Paz su manifiesto revolucionario a la nación contra el gobierno del general Díaz, con lo cual los sudcalifornianos se anticiparon 31 años a la lucha del país en oposición al régimen porfiriano.

ENTREVISTA


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EFEMÉRIDES DE LA SEMANA EN BCS


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ACTUALIDAD

ESCOLARIDAD DEL CONGRESO SUDCALIFORNIANO

Es evidente la serie de inconsecuencias que la sociedad sudcaliforniana ha advertido y tenido que sobrellevar de las legislaturas del estado durante los últimos años. Que los habitantes de esta entidad estamos sumamente inconformes con el desempeño de nuestros representantes distritales es certeza que a ellos debió en su momento, y debe ahora quedarles muy diáfana.

   Recientemente, dos medios locales de información hicieron saber que “el 33% de los diputados que integran la XIV Legislatura de Baja California Sur, carece de estudios profesionales o dejó la carrera a la mitad, el 67% tiene carta de pasante o título profesional, y [de éste] sólo el 19% cuenta con maestría o posgrado […], y añade que “aunque el 100% cuenta con una amplia experiencia en actividades de su currículum, también se destaca que el 70% de los diputados son novatos, siendo ésta la primera vez que participan en actividades legislativas.”

   Se supone, sin conceder, que dichos profesionales están en condiciones de atender con efectividad sus delicadas tareas. Carecemos de asideros para aseverarlo, pero, en fin, poseen por lo menos los años mínimos de asistencia a la escuela para haber adquirido algunos conocimientos indispensables, tanto como disciplina, metodología y rigor académicos que les pudieren permitir un desempeño decoroso de sus funciones.

   Pero es notable que la tercera parte carece de profesión alguna, y así resulta que ese segmento del cuerpo colegiado que dicta los acuerdos, leyes y normas de nuestra convivencia, tiene una escolaridad que deja mucho que desear en materias fundamentales de conocimiento, lo cual consecuentemente le impide participar con eficacia en las tareas legislativas, independientemente de la buena o mala asesoría que reciba en este sentido.

   Luego entonces, tales tareas resultan cuestionables en tan precarias condiciones.
   Es claro que eso poco o nada tiene qué ver con la eficiencia que pudiesen poseer en lo que toca a actividades aledañas a las funciones congresales, como las de gestoría y procuración del bienestar de sus electores. Lateralmente tienen que proveer de dádivas, durante los días de sesión, a una vasta clientela que los asalta al llegar al teatro de sus actividades. 

   Lo grave realmente es que una porción no profesional (independientemente de la alineación, coordinación o subordinación política a que corresponda cada uno), con visión necesariamente limitada de la historia, las leyes, la cultura, la ética y todo lo demás de este país y del estado, propone, dictamina, debate y decide en los componentes esenciales de la estructura comunitaria, lo que repercute finalmente en la existencia de todos nosotros.

   Cabría preguntarse quién tiene responsabilidad en estos resultados, si los partidos, sus conciudadanos, los propios individuos que quizá con la mejor intención, pero sin la certeza de un ejercicio conveniente al interés colectivo, se dejan candidatear y eventualmente obtienen el triunfo electoral, sin mayores merecimientos que una popularidad más derivada de la simpatía personal que de la previa convicción de un conveniente cometido.

   Pudiera alegarse en favor de tal indigencia de preparación (imprescindible para una modesta, no digamos brillante o medianamente sobresaliente actuación legislativa),  la significación que tuvo el pueblo llano (la plebe, pues) en los primeros tiempos de la Revolución Francesa, pero tiene que admitirse que los nuestros son un tiempo y un espacio diferentes: Baja California Sur, donde se han acrecentado las oportunidades de estudio  -no gracias al gobierno sino al propio impulso social (aunque los informes oficiales se atribuyan esos logros)-,  continúa en busca de su desarrollo ahora con el lastre de gente en los poderes estatales incapaz de entender su momento histórico, en una etapa que requiere gran visión y consecuente desempeño.

   Y lo caro que nos salen...

   Cabe preguntarse si, luego de tantas luchas, denuedos y sacrificios de personas verdaderamente valiosas, durante siglos, el pueblo sudcaliforniano merece tener frutos tan magros en su presente.


   Y sería más lamentable aún que permitiéramos la continuidad y la consolidación de esos errores en detrimento del futuro deseable para nuestra entidad.

CRÓNICA

SOBRE EL DÍA DE MUERTOS EN BCS

La celebración en México del día del recuerdo y las honras a los muertos mereció ser considerada en 2003 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO.

   En esa fecha de este 2015, el corresponsal del periódico Excélsior, de la capital mexicana, Paúl J. Ulloa, publicó una nota fechada en La Paz, donde afirma que “el aislamiento que por décadas [sic] se vivió en Baja California Sur influyó para que la ciudadanía [concepto que excluye a los menores de edad] adquiera costumbres y tradiciones estadunidenses [sic]. Sin embargo, la [in] migración que ha ocurrido en los últimos [sic] años (cerca de 25 mil jornaleros agrícolas al año) ha detonado [estallado, reventado, tronado] que regresen [¿?] algunas costumbres y tradiciones mexicanas.”

   Sigue: “Este Día de Muertos o [sic] Halloween, los sudcalifornianos lo festejan de dos maneras. Las familias tradicionales de esta capital aún celebran el Día de Muertos disfrazando a sus hijos para que vayan a las tiendas departamentales del centro de esta ciudad o a las casas de sus colonias para pedir dulces. En estas familias no se aprecia el tradicional altar de muertos para honrar a sus ancestros. Sin embargo [¿?], la mayoría de los migrantes que vienen a Baja California Sur son originarios de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Chiapas y el Distrito Federal.”

   Y en su propia despistadez involucra al director del Instituto Sudcaliforniano de Cultura, quien supuestamente “reconoció que gracias a la gente del interior del país se han recuperado, de alguna manera, las tradiciones mexicanas.”

   Y finaliza hablando de lo que su sabiduría le dicta sobre lo que en este sentido ocurre en Tijuana, pero ése es otro asunto.

   Habría que aclarar a ese reportero que el aislamiento de BCS es de siglos, más que de “décadas”, pero en modo alguno “influyó para que su población adquiriera costumbres y tradiciones estadounidenses.” También se debe advertirle que la inmigración es la que básicamente dio lugar a la formación social de los sudcalifornianos durante milenios, desde la entrada de los grupos asiáticos que entraron a nuestro continente por el estrecho de Behring, algunos de los cuales se colaron a esta península.

   La integración peninsular aborigen con las etnias europeas se fraguó en el crisol de una nacionalidad incuestionable: pero aquí, precisamente por la lejanía del continente mexicano, se asumieron ritos y un imaginario propios que nada tienen que ver con altares de muertos, que por la presencia local de compatriotas indígenas han ido estableciéndose desde las instituciones en lugares públicos determinados (escuelas, plazas, centros de promoción cultural, etc.), pero la costumbre regional de arraigo popular es la visita in situ al sepulcro (o urna desde que recientemente se inició la práctica de la incineración) de sus ancestros en el propio panteón o templo donde se hallan, y ahí –luego de la limpieza y los retoque necesarios- se colocan memorias, flores y oraciones. 

   Así que la bella metáfora de la ofrenda doméstica, y el ajeno cuanto pavoroso jálogüin, se han mantenido en una tangible marginalidad de los usos, costumbres y tradiciones de Baja California Sur.

   Finalmente hay que decir que el funcionario a que alude el texto, de ningún modo pudo haber aseverado que las tradiciones mexicanas (o sean los susodichos altares) “se han recuperado”, porque resulta fuera de toda lógica que se pueda recuperar algo que jamás se ha perdido.


   Pero, bueno, ya estamos casi acostumbrados a que vengan individuos como el escribidor en cuestión, a reinventarnos y decir al resto del mundo lo que buenamente creen que somos.

Costa Azul, de L. Peláez y M. Sández. Tenor, José Luis Ordóñez; barítono, Carlos Sánchez

EFEMÉRIDES DE LA SEMANA EN BCS



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ACTUALIDAD

ANIVERSARIO DE LA MISIÓN DE LA PAZ

El 4 de noviembre de 1720 quedó fundada la misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz Airapí, por los jesuitas Juan de Ugarte y Jaime Bravo, a los que se agregó un mes más tarde el sacerdote zacatecano Clemente Guillén, quien con un pequeño grupo viajó por tierra desde Loreto.

   A este acontecimiento se hallan relacionados por lo menos tres hechos también significativos para nuestra historia regional: el de que la embarcación que llamaron el Triunfo de la Cruz, en que los dos primeros hicieron la travesía desde la capital loretana, fue la primera construida enteramente en lo que hasta entonces era conocido como las Californias (desde el cabo de San Lucas hasta San Francisco, al norte continental), en la sierra de la misión de Guadalupe Guasinapí, con maderas de güéribo (Populus brandegeei), mediante mano de obra indígena y bajo la dirección del mismo padre Ugarte.

   El establecimiento paceño, noveno en la lista de fundaciones jesuíticas, había sido financiado por don José de la Puente y Peña, marqués de Villapuente, y se extendió luego a las visitas de San Blas, Ángel de la Guarda y San Hilario. Sirvieron como ministros en ella el mismo sacerdote Bravo (de origen español), William Gordon (escocés) y Sigismundo Taraval (italiano), hasta que debió ser abandonada debido a la hostilidad indígena que tuvo su momento más dramático en la rebelión de 1734-1736 que se inició en el sur peninsular y se extendió hasta los confines norteños.

   Un segundo hecho notable es el de que, como parte de su penosa caminata desde Loreto a La Paz, Guillén comentó en su diario haber tocado, entre otros muchos, un lugar denominado San Andrés Tiguana (al que había dado nombre él mismo en una marcha previa hacia la bahía magdalena), que algunos sostenemos como origen auténtico del nombre de la ciudad de Tijuana, lo que descarta supuestas oriundeces como la del rancho de la tía Juana y otras, que son producto más de la confusión y la especulación que de la certeza documental.


   Una tercera derivación notable de la fundación a que ahora nos referimos, es la circunstancia de que, a partir del desarrollo minero de la región de San Antonio (al sur de La Paz) por Manuel de Osio, cerca del poblado de Las Casitas tuvieron lugar los trabajos en la mina a la cual fue dado el título de “El Triunfo”, y que con el tiempo recibió la población que hoy conocemos con ese nombre, en evocación a la pequeña balandra de Ugarte que condujo a la creación misional de la actual capital de Baja California Sur.

CRÓNICA HUÉSPED

FUNDACIÓN DE LA MISIÓN DE LA PAZ

Por Miguel Venegas, S. J.

   “El mismo año de 1720 fue señalado con la fundación de dos nuevas misiones, una al sur y otra al norte de Loreto, con que se ensanchó notablemente la Cristiandad y aseguró la conquista. La primera y más peligrosa fue la deseada en la de la bahía de La Paz, a ochenta leguas de Loreto, entre los guaycuros [...] El nombre de guaycuros se les dio porque en las expediciones pasadas, unos soldados oyeron gritar muchas veces a los indios, al saltar a tierra: Guaxoro, guaxoro, que en lengua del país significa amigo. Desde entonces los dieron en llamar guaxoros y después guaycuros, y así se entienden más comúnmente.

   Desde la entrada del almirante Atondo, cuarenta años antes, estaban estos indios recelosos de los españoles, como dijimos, y en continua guerrilla con los buzos que iban a sus costas. Había de ordinario recíprocos daños, prisiones y muertes, y era de temer que tal vez los guaycuros fomentasen alzamientos y rebeliones aun en las naciones ya cristianas [...]

  Era forzoso hacer a un mismo tiempo dos entradas, una por mar y otra por tierra. La de tierra para abrir camino y comunicaciones desde Loreto para las ordinarias provisiones y amistar las naciones de la medianía; y la de mar para que pudiese ir cómodamente toda la gente, vituallas y prevenciones que para una empresa tan arriesgada era menester. La entrada por tierra se encomendó al padre Clemente Guillén, desde su misión de San Juan Bautista Ligüí. De la de mar se encargó el padre Juan de Ugarte, que quiso estrenar su balandra califórnica El Triunfo de la Cruz, con este viaje tan correspondiente a su nombre, y de tan feliz agüero.

   Embarcóse, pues, en ella el padre Jaime Bravo, que estaba ansiosísimo de dar principio a su misión y tareas el día de Todos Santos, primero de noviembre de dicho año 1720, y llegando felizmente a La Paz saltó en tierra la gente con buen orden, como en tierra enemiga. Mas presto se vio que no había tanto que recelar, como se pensaba, porque aunque algunos guaycuros de lejos se pusieron sobre las armas, luego que vieron a los padres que con sólo un indio intérprete se adelantaron hacia ellos, se sentaron en señal de sosiego.

   Hiciéronles los padres muchas caricias, diéronles cuchillos, belduques, navajas y otros utensilios y dijes que estiman mucho y recibieron bien. Y por medio del indio les dijeron que venían a ser sus amigos y a hacer también sus paces con los isleños de San Joseph, de Espíritu Santo y otros cercanos, antiguos enemigos y destruidores de los guaycuros. Mostraron mucho contento y alegría, pero en los primeros días no quisieron acercarse a los soldados. Finalmente vinieron poco a poco muchos, aun de rancherías lejanas, traídos principalmente de aquellos tres prisioneros que dejó el padre Salvatierra, los cuales los habían ya informado largamente de su buen acogimiento en Loreto, y que los padres no eran como los buzos, ni hacían mal sino bien a todos.

   Con esto y mucho más con la gracia singular del padre Ugarte para hacerse respetar y amar de los bárbaros, se levantaron chozas de enramada y casas pajizas para toda la gente: se limpió el sitio para la iglesia y pueblo, se sacaron de la balandra las provisiones y animales, y se empezó a poner en orden, con gran gusto de los guaycuros, la nueva mision.”

Tomado de Noticia de la California, Editorial Layac, Madrid, 1943, tomo II, págs. 205, 207.