LA CALIFORNIA
Por Miguel del Barco, S. J.
La California tiene de largo, desde el cabo de San Lucas
hasta el último terreno al norte, ya reducido [al régimen misional jesuítico],
más de trescientas leguas, y como otras ciento de reconocido en parte y
descubierto. Su anchura no corresponde a esto, pues siendo en el cabo de San
Lucas de diez leguas, prosigue después ya de veinte, ya de treinta, ya de
cuarenta leguas de un mar a otro, según ensanchan más o menos las varias
vueltas y revueltas de ambas costas. Siendo el país tan dilatado, es preciso que
no sea en todas partes uniforme el temperamento de su aire y las calidades de
su terreno. Así sucede, pero puede decirse en general que su temple es seco y
caliente con exceso, y que la tierra es quebrada, áspera y estéril, cubierta
casi toda de tierras pedregales y arenales inútiles, escasa de lluvias y de
manantiales, y por eso poco a propósito para ganados y del todo inepta para
siembras y árboles frutales, si no hay agua con qué regarlas con frecuencia.
Hablando más en particular, por espacio de veinte a treinta leguas, desde la
bahía de San Bernabé o San José del Cabo, es menos áspera y estéril la tierra y
más frecuentes los manantiales de agua, y más abundantes los pastos que en lo
demás. En cuanto al temple, así este terreno desde el cabo de San Lucas hasta
mucho más allá del presidio de Loreto, centro de la Conquista, es excesivo, por
lo regular, el calor. Bien que éste se templa en invierno y llega a hacer algún
frío, y aun a helarse el agua, mas esto sucede muy rara vez en el terreno
dicho; pero más al norte es mayor el frío y, antes de los 30 grados, suele
nevar por lo menos en la sierra. Lo más cálido de toda la California es la
costa del golfo.
Por cincuenta
leguas, desde el cabo de San Lucas hasta el norte (que es la tierra que en la
California llaman Sur), es terreno menos áspero. No obstante, fuera de algunas
sierras que tiene cerca del golfo, se levanta otra más grande enmedio de la
tierra, que corre de sur a norte, comenzando casi desde el mismo cabo de San
Lucas, por espacio de treinta leguas o más. En las cercanías de la sierra se
hallan aguajes con bastante frecuencia; mas, en retirándose de ella algunas
leguas, como en lo restante del sur hacia La Paz todo es tierra bastante llana,
pero muy seca. Pasado el sur, se sigue la tierra de los guaycuras que, aunque
en la mayor parte menos montuosa, es de lo más estéril de la California toda
[...]
Historia natural y crónica de la Antigua
California, edición y estudio preliminar de Miguel León-Portilla, UNAM, 1a.
pte. de la introducción.