VIAJE A CALIFORNIA DEL SUR

ACTUALIDAD

LAS EVALUACIONES QUE SIGUEN

Bien por la reforma educativa que promovió y, autorizado por la Constitución, está poniendo en ejercicio el presidente Peña Nieto, pese a los factores que se le han opuesto en reacción ya esperada (de acuerdo con Newton) pues ven en ella cambios inminentes que se les anunciaron y ya les están resultando adversos.

   Es la evaluación --a la que se quiere emparentar con el coco de los exámenes-- el quid del asunto, sin explicar que evaluar es, rotundamente, señalar el valor de algo, estimar, apreciar, calcular su valor, estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de alguien --según explica el lexicón de la Academia de la Lengua-- para diagnosticar, corregir y mejorar.

   A estas alturas estamos enterados vastamente de los argumentos expresados en ambos sentidos, pero casi a nadie convence la versión simplista que otorga a la reforma el mote de laboral, y a la evaluación el calificativo de punitiva.

   Lo importante es que se está aplicando el proceso evaluador que va mucho más allá de una serie de exámenes y que con propósitos aviesos se ha querido demonizar mediante sofismas que los desinformados ingieren y difunden con facilidad.

   Bien por la evaluación que es parte sustancial de la reforma educativa porque permitirá que sólo accedan, permanezcan y crezcan laboralmente quienes demuestren que poseen aptitud, capacidad y disposición para asumir a plenitud la trascendente función de educar en este país.

   Para asegurar calidad educativa, pues.

   Si pretendemos calidad en nuestro sistema educativo tenemos que aceptar y exigir que accedan a él los mejores; la sociedad mexicana tiene indisputable derecho a ello porque es la parte que paga, y el que paga manda.  

   Mas el asunto debe ir asimismo a todos los ejercitantes de oficios y profesiones, en particular a quienes pagamos sus servicios con nuestros impuestos y aportaciones: abogados, arquitectos, cronistas, ingenieros, médicos,  servidores públicos y todos los demás, pero también a quienes cubrimos honorarios personales, con tarifa fija o arancel a discreción: albañiles, carpinteros, electricistas, mecánicos, meseros, notarios, plomeros, sacerdotes...

   O sea que deberá llegar el momento en que cada uno de ellos, antes de que contratemos sus servicios nos presenten sus respectivos estados actualizados de evaluación realizada por instancia confiable, ya que de otra manera nadie nos garantiza el eficiente desempeño de su trabajo que esperamos y merecemos.


   Como es frecuente que ahora ocurra...

CRÓNICA HUÉSPED

LA CALIFORNIA

Por Miguel del Barco, S. J.

La California tiene de largo, desde el cabo de San Lucas hasta el último terreno al norte, ya reducido [al régimen misional jesuítico], más de trescientas leguas, y como otras ciento de reconocido en parte y descubierto. Su anchura no corresponde a esto, pues siendo en el cabo de San Lucas de diez leguas, prosigue después ya de veinte, ya de treinta, ya de cuarenta leguas de un mar a otro, según ensanchan más o menos las varias vueltas y revueltas de ambas costas. Siendo el país tan dilatado, es preciso que no sea en todas partes uniforme el temperamento de su aire y las calidades de su terreno. Así sucede, pero puede decirse en general que su temple es seco y caliente con exceso, y que la tierra es quebrada, áspera y estéril, cubierta casi toda de tierras pedregales y arenales inútiles, escasa de lluvias y de manantiales, y por eso poco a propósito para ganados y del todo inepta para siembras y árboles frutales, si no hay agua con qué regarlas con frecuencia. Hablando más en particular, por espacio de veinte a treinta leguas, desde la bahía de San Bernabé o San José del Cabo, es menos áspera y estéril la tierra y más frecuentes los manantiales de agua, y más abundantes los pastos que en lo demás. En cuanto al temple, así este terreno desde el cabo de San Lucas hasta mucho más allá del presidio de Loreto, centro de la Conquista, es excesivo, por lo regular, el calor. Bien que éste se templa en invierno y llega a hacer algún frío, y aun a helarse el agua, mas esto sucede muy rara vez en el terreno dicho; pero más al norte es mayor el frío y, antes de los 30 grados, suele nevar por lo menos en la sierra. Lo más cálido de toda la California es la costa del golfo.
   Por cincuenta leguas, desde el cabo de San Lucas hasta el norte (que es la tierra que en la California llaman Sur), es terreno menos áspero. No obstante, fuera de algunas sierras que tiene cerca del golfo, se levanta otra más grande enmedio de la tierra, que corre de sur a norte, comenzando casi desde el mismo cabo de San Lucas, por espacio de treinta leguas o más. En las cercanías de la sierra se hallan aguajes con bastante frecuencia; mas, en retirándose de ella algunas leguas, como en lo restante del sur hacia La Paz todo es tierra bastante llana, pero muy seca. Pasado el sur, se sigue la tierra de los guaycuras que, aunque en la mayor parte menos montuosa, es de lo más estéril de la California toda [...]


   Historia natural y crónica de la Antigua California, edición y estudio preliminar de Miguel León-Portilla, UNAM, 1a. pte. de la introducción. 

ESPACIOS, 5


         La serie Sudcalifornia: nuestra historia, puede verse en 
                                     www.olatv.com.mx

ACTUALIDAD

EL MAGISTERIO DE JUÁREZ

En una carta del general Manuel Márquez de León a su amigo el presidente Benito Juárez, fechada el 6 de septiembre de 1866, le dijo:
                                                                                
   “Creo que a usted está encomendada la sublime misión de encaminarnos por el sendero de la moralidad; por eso mi más constante deseo ha sido, es y será verlo marchar al objeto con paso firme, arrollando todos los obstáculos que se opongan a la felicidad de México, sin que ninguna consideración humana le haga vacilar, que su justicia sea tan recta y sincera como los irrevocables juicios de quien emana.”

   El héroe sudcaliforniano, hombre recio, poco dado al elogio gratuito, y que bien conocía al ilustre zapoteco, enunció en este breve párrafo las tres prendas sobresalientes de don Benito: moralidad, firmeza y justicia, que sus contemporáneos y las generaciones actuales le reconocieron y le apreciamos porque las puso con generosidad al servicio de su patria.

   Es a ese Juárez de carne y espíritu al que recordamos este 18 de julio, en un nuevo aniversario de su muerte, en 1872.

   Es al Juárez polémico y controversial, no al Juárez de bronce, desdibujado por los discursos, a quien hay que ofrecer  homenaje de reconocimiento.

   Y le brindamos testimonio de valoración por lo que tiene de modelo de conducta para nosotros. 

   Por eso rechazamos la idea de que la fecha de su natalicio, y el 18 de julio (de su fallecimiento), sean los únicos días del año en que evoquemos la figura de Juárez, solamente porque las efemérides se hallan inscritas en la lista de conmemoraciones obligatorias.

   Nos oponemos al criterio de que al hablar de Benito Juárez estemos hablando de un cadáver.  Pocas figuras de nuestro pasado son ahora tan vigentes como él, como su magisterio en la elevada cátedra de la conciencia colectiva de este pueblo, como su lección cotidiana de reciedumbre, de ética civil incorruptible, de respeto irrenunciable a la ley, de lealtad a la República, de preservación a la soberanía nacional, de invariable compromiso con los principios, de fe en México por encima de coyunturas  políticas y económicas, de firmeza ante la adversidad, en fin, de todas las virtudes que aprendimos y sabemos aquilatar en el Gran Mexicano.
           
   Juárez es modelo de conducta, ejemplo de actitud decidida frente a las circunstancias, prototipo de cualidades cívicas, denuedo y constancia en la defensa y acrecentamiento de los más elevados valores de la nación, pero que reclama, a la vez, que los mexicanos de hoy y los hijos de los mexicanos de hoy abreven en la rica enseñanza de su vida, en un magisterio permanente que no debe ser embalsamado para su sola exaltación de cuerpo presente en celebraciones del calendario cívico.

   El magisterio de Juárez es infructuoso cuando no asumimos como propio el deber ciudadano de alcanzar esas virtudes; resulta estéril cuando enseñamos a nuestra juventud al Juárez con niveles de grandeza imposible de imitar, de estatura inalcanzable, de vigor sobrenatural.

   Es infecundo cuando, después de las ceremonias conmemorativas, vuelve cada cual a su tarea sin el ánimo de cumplirla mejor.

   El magisterio de Juárez ha de ser, entonces, más que memoria, fortaleza y unidad de los mexicanos, aliento a la honradez y el trabajo de los habitantes de este país, estímulo al empeño individual y colectivo en favor de los pequeños o grandes objetivos del hombre, la familia y la sociedad, empuje para aventajar las dificultades que se oponen al desarrollo con equidad.

   Del magisterio de Juárez nos queda la convocatoria para hallar en el esfuerzo la consecución de lo que queremos, porque las lamentaciones son sólo para quienes pierden lo que no han sabido defender.

   Nos queda también el exhorto de encontrar en nuestra propia fuerza la potencia que requerimos para continuar construyendo esta patria a la altura de nuestros proyectos, con la dimensión de nuestras mayores aspiraciones, con la inspiración del arquetipo de carne y espíritu en que se constituyó desde aquel 21 de marzo de 1806, y para siempre, Benito Juárez, Benemérito de América y Presidente Vitalicio de México.


Imagen: composición con retratos al óleo de M. Márquez de León (Bernardo Arellano, 2014) y Benito Juárez (Tiburcio Sánchez de la Barquera, 1858)

CRÓNICA HUÉSPED

Visita de Reina Isabel II a BCS, perdura en recuerdo de paceños*

Por Romel García Beristain                                                                                
La Paz, Baja California Sur.- Era un día cálido en 1983, con el cielo despejado, propio de los días de febrero, y en la mente de los paceños, entre ellos el fotógrafo Carlos Reyes Hernández, perdura el recuerdo de la visita a este puerto de la reina Isabel II de Inglaterra.
   "Rompió con todos los protocolos", señaló Reyes Hernández, en una charla con los reporteros de Notimex.
   Sentado en su estudio fotográfico en la avenida Jalisco, el fotógrafo de prensa, de 78 años de edad, no batalla para recordar cada detalle de esa visita.
   Ese día, Carlos Reyes recibió la orden-petición del entonces gobernador Alberto Andrés Alvarado Arámburo: alistar su equipo para la vista de la reina de Inglaterra, que arribaría la mañana del 22 de febrero al muelle antiguo, en el malecón de La Paz.
   La monarca desembarcó en el centro de la bahía y fue llevada en una lancha hasta el muellecito, remodelado a propósito de esa visita, para que los lugareños fueran testigos del inusual evento. Una reina, con toda su realeza, pisaba el suelo sudcaliforniano.
   "Bajó acompañada del príncipe Felipe", comentó Carlos, rememorando, con cierta emoción en su voz, el trajinar de la realeza, cómo la reina Isabel II saludaba de mano al mandatario estatal y a cada uno de los que acudieron a darle la bienvenida.
   Reyes Hernández, cámara en mano, registró a través del obturador cada uno de esos detalles. El momento era histórico, había que plasmar los detalles en papel, para que perduraran no sólo en la mente de los paceños, sino en los anales históricos de La Paz.
   Un total de 22 de sus fotografías forman parte del Archivo Histórico de La Paz, que revelan, uno a uno, los momentos que la reina Isabel II convivió con los paceños; "los niños fueron sacados de las escuelas para que testificaran esta visita", evocó.
   Las fotografías de Carlos Reyes detallan esa manifestación desbordada de los paceños, quienes acompañaron hasta la catedral a la soberana, quien, profesando el protestantismo, dejó a un lado el protocolo y llegó hasta el histórico y céntrico edificio.
   Para Carlos Reyes, que en su carrera de fotógrafo y desde que llegó a La Paz en 1970, le ha tocado vivir muchos momentos históricos, ninguno comparado con este de la visita de una reina, cuyo recuerdo perdura en su mente y en sus fotos.
   "Fue un día especial para todos nosotros", dijo con nostalgia, al recordar que los días previos fueron de mucha labor para los paceños. Se trabajó arduamente en la rehabilitación del pequeño muelle y en el histórico quiosco, emblema de La Paz.
   Las calles de la ciudad, ese 22 de febrero lucieron en plenitud: pocas veces se tenía a una soberana pisando el suelo sudcaliforniano, había que darle el mejor recibimiento, que se fuera impactada de esta visita.
   "Esperábamos que esa visita fuera el despegue de Baja California Sur, pero su despegue se demoró un poco más", evocó Reyes Hernández. No obstante, la visita de Isabel II representó un antes y un después de la capital sudcaliforniana.
   "Se han dicho muchas leyendas en torno a su visita, pero la mayoría son eso: leyendas", dijo Carlos.
   Lo que no es una leyenda, refirió el experimentado fotógrafo, es la impresión que se llevó la reina Isabel II cuando fue llevada a Laguna Ojo de Liebre, que ya había sido declarada como zona protegida, y pudo convivir con las ballenas.
   "Un señor de apellido Fisher, le dijo a la reina todo lo referente a la ballena gris, entre otros tema su apareamiento, en el cual es necesaria la presencia de otra ballena para su auxilio. La reina se fue maravillada con lo referente a la ballena", dijo.
   Luego de transcurridos 32 años de la visita de Isabel II, todas las tardes, especialmente los fines de semana, los habitantes de esta ciudad recorren el malecón en caminatas familiares; los que tienen más de 40 años aún recuerdan ese 22 de febrero de 1983.
   A los más jóvenes, cada vez que se detienen en el pequeño muelle o se pasean por el quiosco, se les narra la historia y quienes tienen acceso al archivo histórico conocen las imágenes capturadas por la lente de Carlos Reyes, fotógrafo de prensa.

(Ilustración: foto de Carlos Reyes Hernández.)


* El Sudcaliforniano. Lunes 29 de junio de 2015.

CONOCE A BAJA CALIFORNIA SUR

ACTUALIDAD

CAMPAÑAS DE VACUNACIÓN

El protagonismo de los funcionarios públicos les da para todo: inaugurar obras de cualquier tipo, propias o ajenas, coronar reinas, encabezar cabalgatas y muchas cosas más, incluyendo, claro está, iniciar campañas de vacunación en que se atreven a aplicar el toxoide respectivo a la primera inocente criatura que comedidamente le acercan. 
   Ésta es una costumbre tan antigua en Baja California Sur, que de ella existe noticia desde 1844, año en que el coronel L. Maldonado se hizo cargo temporalmente de la jefatura política y de la comandancia militar. Fue tan breve su administración (entre las de Mariano Garfias y Francisco Palacios Miranda) que apenas la hallamos consignada en los Apuntes históricos de don Manuel Clemente Rojo, y don Pablo L. Martínez la omite en su conocida obra.
   El asunto es que, a principios de ese mismo 1844 se abatió sobre la población de La Paz una epidemia de viruela. El señor Maldonado mandó traer vacuna de Mazatlán y él mismo se puso a aplicarla, junto con el juez de primera instancia don Francisco Lebrija, a los vecinos que acudieron voluntaria y gustosamente para recibirla, con el resultado de que al poco tiempo éstos fueron atacados por la fatal enfermedad, y en vista de que los demás se rehusaron a recibir la inoculación, el gobernante hizo que se los llevaran a la fuerza, y así “los vacunaba y los despachaba para que fueran a morir a los pocos días después de la operación; no hubo uno solo que escapara...”
   Los funcionarios ensartaban en una aguja gruesa un poco de algodón humedecido en el pus, y enseguida, “como quien cose un lienzo, pasaban esta aguja entre cuero y carne del vacunado; cortaban el pabilo dejándole la mecha adentro y, a los pocos días, alma a la eternidad.”
   El gobernador (1858) Ramón Navarro Castro, informante del señor Rojo, añade que “cuando comenzó la operación de la vacuna había en este puerto más de 600 almas, y después no quedaron arriba de 200.”
   Verdadera mortandad en que no estuvo incluido el señor Maldonado, hombre muy irascible, pues falleció al poco tiempo de “un accidente provocado por la misma cólera y cayó al suelo quedando muerto en el acto.”

   De manera que, en virtud de tan fatal experiencia, los servidores públicos harán bien en dejar toda labor relativa a la salud en manos de los directos responsables de atenderla.

CRÓNICA HUÉSPED

MUERTE DEL PADRE SALVATIERRA

Por Francisco Javier Clavijero*
 
“En marzo de este año de 1717 llegó a Loreto el padre Nicolás Tamaral, destinado a la proyectada misión de Cadegomó, o sea de la Purísima Concepción. 
   Llevó al padre Salvatierra una carta del padre provincial en la cual le decía que habiendo llegado a México el nuevo virrey marqués de Valero, encargado de algunas órdenes de la corona relativas a la California, y deseoso de ejecutarlas y de favorecer aquellas misiones, quería su excelencia conferenciar antes largamente con él y pedirle algunos informes, y que por tanto convenía que viniese a México cuanto antes. 
   El padre Salvatierra, a pesar de su vejez y de sus graves enfermedades, salió de Loreto acompañado del hermano Bravo el 31 del mismo mes, dejando al padre [Juan de] Ugarte la superintendencia del presidio y de las misiones. A los nueve días de navegación llegó a Matanchel, y de allí pasó a caballo a Tepic. 
   Esta caminata le agravó de tal modo los dolores de la piedra [cálculos en la vejiga], que no pudiendo continuar el viaje de otra suerte, fue llevado en camilla por algunos indios hasta la ciudad de Guadalajara. Allí, aumentándose sus males, tuvo que tolerar por más de dos meses un acerbo martirio en vez del que siempre había deseado sufrir por la fe de Jesucristo; y conociendo que iba a terminar su vida mortal, encomendó al hermano Bravo los negocios que debían tratarse en México, le dio las instrucciones necesarias y le ordenó que escribiese a los misioneros de la California diciéndoles: que él, ayudado de los párvulos californios que estaban en el cielo, esperaba alcanzar de la clemencia de la santísima Virgen que protegiese poderosamente aquel naciente cristianismo; que pusiesen todas sus esperanzas en Dios, y que no dudaba que se dejarían primero quitar la vida que abandonar aquellos sus hijos en Cristo. Sobre todo, suplicó al hermano y por su medio a todos los de la California que le perdonasen el mal ejemplo y todos los disgustos que les hubiera dado. 
   El hermano lloraba amargamente, así como algunos californios que habían venido en aquel viaje, cuyas extraordinarias demostraciones de dolor eran tales que movían a compasión a los que las veían o las sabían. Luego de que se supo en la ciudad el riesgo en que se hallaba un hombre venerado por todos como  santo, se hicieron en muchas iglesias rogativas públicas por su salud; pero el Señor quería dar por fin a su siervo fiel el descanso de tantos trabajos y el premio de tan relevantes servicios, y así, habiendo recibido los santos sacramentos y preparándose con los más fervorosos actos de todas las virtudes cristianas, exhaló tranquilamente el espíritu el sábado 17 de julio de 1717, a los setenta años de edad. 
   Asistieron a su entierro el presidente y oidores, el clero secular y regular, toda la nobleza y un inmenso concurso de pueblo publicando todos a porfía su santidad. Fue sepultado en la capilla de la Virgen de Loreto que él había edificado en la iglesia de los jesuitas, y sus huesos fueron después colocados en una caja separada, cerca del altar de la Virgen, cuya devoción había promovido en todo el reino, en donde dura hasta hoy su memoria.”

* Historia de la Antigua o Baja California (obra póstuma), México, Imprenta de Juan R. Navarro, editor, 1852, págs. 64-65.

ESPACIOS: 4A PARTE

RESEÑA

POLÍTICA SIN ADJETIVOS

En la contraportada del libro En defensa de la política, del inglés Bernard Crick, puede leerse que “Cuando en 1962 un joven profesor de Ciencias Políticas de la London School of Economics redactó un manifiesto en defensa de su disciplina, poco podía imaginarse que éste, escrito desde el entusiasmo por la política como método en la toma de decisiones, se convertiría en un libro clásico, un manual imprescindible y todavía vigente para todo aquel que se acerque a ella con prevención o desconfianza.”

   En el transcurso de su lectura medio siglo después, fui, como siempre hago, subrayando los conceptos que me resultaron sobresalientes para entender los criterios respecto a lo que el propio maestro llama “la ciencia de las ciencias.” Permítaseme aprovechar este breve espacio para compartir con ustedes esas acotaciones, tomadas página a página y a veces sin enlace, a reserva de que cada quien, en caso de interesarse, pueda adquirirlo y disfrutarlo completo, pues los traductores Mercedes Zorrilla Díez y Miguel Ángel Fernández se esmeraron en verdad de trasladar fielmente a nuestro idioma el texto de Crick, que para esta edición prologó José Woldenberg, por entonces presidente del IFE, organismo que además copatrocinó la publicación en lengua española en 2001.

   De la política dice que es “esencial para la auténtica libertad”, “La política son las acciones públicas de los hombres libres”, La política surge de la aceptación de limitaciones”, “un sistema político es un tipo de gobierno en el que la política logra garantizar una estabilidad y un orden razonables”, “Y es una actividad compleja; no se reduce a la aspiración de un ideal, ya que entonces los ideales de los demás podrían verse amenazados”, “la política depende de un orden establecido”, “el pensamiento ideológico es una negación explícita y directa del pensamiento político.”

   “El arte, por ejemplo, no puede ser politizado y seguir siendo arte”, “Las semejanzas entre los estilos de pensamiento nazi y comunista pueden verse también en su énfasis común en la violencia”, “Y la política es un concepto que se mantiene al margen de la admitida relatividad de las aspiraciones y doctrinas políticas concretas: hasta tal punto es autónoma y creativa”, “el mayor peligro, tanto para el individualismo como para la política, es creer en la existencia de la voluntad general.”

   En alguna parte cita esta afirmación lapidaria de Oliver Cromwell: “Un hombre nunca llega tan lejos como cuando no sabe adónde va.”

   Expresa más adelante que “la identidad de un individuo no depende por entero de la conciencia social”, “El pensamiento político ha de diferenciarse claramente del pensamiento ideológico”, “La política no puede proporcionarnos una ideología; la ideología significa la destrucción de la política”, “la política debe ser defendida “incluso de la democracia”, “la primera función de un gobierno es gobernar, y eso... puede suponer asumir conscientemente el riesgo de la impopularidad”, y transcribe esta rotunda aseveración de McCarthy: “El político que no es capaz de soportar la impopularidad no es digno de ocupar el cargo.” Habría que analizar bien esto en referencia a lo que está ocurriendo en México.

   Crick sostiene también que “Antes de aspirar a la democracia... hay que aspirar a la política”, “Un gobierno fuerte necesita una oposición fuerte para ser libre y eficaz”, “La democracia es un componente de la política”, “El racismo es un mito sobre el cuerpo cuya expresión es seudocientífica”, “El racismo... es la teoría que concede a una nación el derecho de oprimir a otras”, “el nacionalismo no es un prerrequisito para la unidad nacional.”

   Advierte que “Una política de venganza no es política”, “el poder político implica una limitación de poder”, “Los que hablan de los beneficios de la ciencia en realidad suelen referirse a la tecnología, y muchos parecen creer que la administración pública debería llevar una existencia separada de la política porque se trata de una actividad puramente técnica”, “La clase que consigue incrementar la producción gana poder”, “El Estado es el protector de los derechos o el árbitro entre intereses divergentes”, “los seres humanos son criaturas siempre movidas por el descontento además de por la curiosidad”, “escuchan con avidez a cualquier predicador de verdades únicas.”

   Sostiene que “Son  tantos los problemas cuya única solución es política, que es necesario defender al político del orgullo del ingeniero o de la arrogancia del técnico”, “Cualquier principio inamovible es antipolítico”, “Gobernar bien significa gobernar con la mente puesta en los intereses de los gobernados, y el único método seguro de averiguar cuáles son esos intereses es dándoles representación en un cuerpo políticamente soberano”, “Para que un gobierno sea fuerte, la política ha de extenderse hasta involucrar a la misma base de la sociedad”, “Si el gobierno ha de gobernar, no hay excusa para que gobierne mal”, “La revolución es, sin duda, la destrucción de la política, no una forma de política acelerada”, “El doctrinario en el poder..., poco importa lo que escriba o diga en su pretencioso lenguaje, porque lo que interesa ver es qué hace en la práctica”, “la política es un diálogo con la tradición” “lo que mantiene unido un Estado libre no es la voluntad general ni el interés común sino la misma política”, “Los Estados sólo sobreviven mediante la continua adaptación a circunstancias cambiantes”, “el individualismo no es una doctrina política”, “de la simple y magnífica realidad de la identidad individual no se deriva ningún estilo de gobierno concreto”, “La sociedad no es un grupo como los grupos que la integran, y si en ella hay conexión entre las partes, esa conexión es producto de la política”, “nada puede estar completamente al margen de la política”, “La política es una manera de gobernar comunidades plurales sin violencia innecesaria”, “la conciliación es, como mínimo, preferible a la coerción”, “el gobierno pacífico es intrínsecamente mejor que el gobierno violento”, “La política, lejos de ser un mal necesario, es un bien práctico”, “La política es, por así decirlo, una interacción entre la dependencia mutua del conjunto y cierta independencia de las partes”, “La burocracia, como las órdenes religiosas de la cristiandad medieval, puede erigirse en algo más que un intermediario entre los científicos, los gerentes y los trabajadores por una parte, y el poder por otra; puede constituir por sí misma una fuerza conservadora que actúe en nombre de quien sea que esté en el poder en el momento en que empiecen a producirse esos grandes cambios” que se proponen.

   Algo muy importante, ya casi para terminar de transcribir: “No existen garantías en política”, “puesto que la función de la política es la conciliación de intereses divergentes, no sólo debe haber justicia sino que debe ser evidente que la hay”, “las organizaciones que participan en la política recuerden que su voluntad no es la única voluntad”, “Ningún Estado tiene la capacidad para hacer a los hombres felices, aunque todos tienen la capacidad para hacerlos desgraciados.” Atención: “cuando las personas en general apáticas de repente muestran un vivo interés en la política suele ser señal de peligro”, “El político siempre debe pedir tiempo. El hipócrita y el enemigo de las reformas utiliza el tiempo como excusa para el inmovilismo”, “El político no guarda memoria de los insultos y cuando está en el poder no se toma la oposición como asunto personal”, por lo menos, aconseja, “no debe mostrar su orgullo herido. Sin embargo, admite, la tentación es grande”, “Si un político siente orgullo ha de ser, como especificó Aristóteles, de su habilidad para la conciliación.”


   Como siempre digo: al final la política nos salvará.

CRÓNICA

EL SAN MIGUEL

A principios de septiembre de 1961, recién egresados de la Escuela Normal Urbana de La Paz, BCS, y con nuestra plaza de base como profesores de educación primaria en la maleta, un grupo de cuatro compañeros abordamos el pequeño barco San Miguel que, según nos platicaron, era especialmente rápido ya que navegaba impulsado por dos motores pues había sido nave de transportación de tropas, y estaba así garantizado nuestro pronto arribo al puerto de Topolobampo, del estado de Sinaloa al que habíamos sido asignados.

   Y sí: de inmediato advertimos que el barco adquiría una velocidad mayor a la de los otros de cabotaje que mirábamos transitar por la ensenada de La Paz. Sin embargo, al poco tiempo y cuando pasábamos por el canal de San Lorenzo (en el estrecho que forman la isla Espíritu Santo y la playa El Tecolote, en tierra firme), el barco se detuvo. Inquirimos por la causa y alguno de los marineros nos dijo que uno de los motores se había descompuesto; acto seguido el capitán dio la orden de regresar.

   Sin duda la reparación exigía más días de los que podíamos esperar, y se nos informó que al día siguiente haríamos el viaje en el Blanco, otro de los barquichuelos de alguna de las empresas navieras locales. Con mucha mayor lentitud pero llegamos finalmente a nuestro destino, lo que significó nuestra primera ausencia del paraíso.

   Poco más de seis años después nos enteramos de que el San Miguel había naufragado durante un temporal que debió enfrentar de retorno de Topolobampo, después de haber sufrido la avería de uno de sus dos motores, a más de cien kilómetros de la isla de Cerralvo.

   Un relato de los hechos es el de Francisco Amador García-Cólotl, de cuya parte medular, copiamos:*

   “La tarde llegó con nubes y el viento arreció desde las siete. La oscura noche, cual hoyo negro, inundó la mar embravecida antes de las nueve. El San Miguel se aproximaba a la costa de la península. Acompañaban al capitán [Juan García], entre otros, Martín Cadena, amigo y leal compañero y Ángel Petit. La tripulación era conformada por catorce en total. Las olas de la boca del golfo de California crecieron enormemente esa noche y madrugada; entre las olas se formaban surcos de grandes paredes de agua iluminada por rayos y sonidos ensordecedores de los truenos. Los canales que se formaban entre ola y ola hacían mecer al San Miguel, a su tripulación y a su carga, novecientos tambos de gas avión para La Paz, cuando bajaba por las paredes de agua y la proa apuñalaba la furiosa superficie entre vientos que silbaban maldiciones y aullaban por los recovecos del barco. El San Miguel reportó la avería de uno de sus dos motores a la Capitanía de Puerto de La Paz en la madrugada. El capitán pidió a los de capitanía, entre ellos su hermano Francisco García alias el Bronco, que prepararan café por si llegaban al muelle fiscal a la siguiente mañana. Con un solo motor, intentaban llegar al canal que forman la isla Cerralvo y la bahía de La Ventana. De ahí, a la bahía de La Paz y atracar en el muelle fiscal sería un viaje más sencillo. El capitán se reportó nuevamente a capitanía mencionando que las olas subían y bajaban el barco con movimientos violentos y que la fuerza del único motor no hacía mella a la furia del mar embravecido. El último reporte del San Miguel registró su posición a sesenta millas náuticas de la isla Cerralvo; ciento cuatro kilómetros lo separaban de la seguridad de la hermosa bahía y la isla. ¿Qué fue del San Miguel? Nadie lo sabe...”

   Nadie aún lo sabe.


* En http://sudcalifornios.com/item/el-barco/ 

SINFONÍA EN EL MAR DE CORTÉS

ACTUALIDAD

SERVILLETARIO*

Resulta sorprendente la múltiple utilidad que podemos o solemos dar a las cosas. Un libro, por ejemplo, puede ser de más provecho que su sola lectura: es capaz de darnos sombra, golpear con su lomo a algún impertinente, fijar una mesa desequilibrada, cubrirnos la cara cuando queremos pasar desapercibidos, en fin...

   Gabriel García Márquez escribió sus conocidos 12 cuentos peregrinos en sendas servilletas que tenía a mano cuando le llegaba la idea de un texto en cualquier café o casa donde se hallara. Lo dijo en la parte introductoria de la primera edición. 

   Los dueños de restaurantes ya saben que los peores depredadores de servilletas son los niños, los escritores y los dibujantes, aparte de los griposos que muestran su consideración por los demás, usando servilletas a costillas de la empresa.

   Jesús Flores ni siquiera espera a que le llegue la luz del tema para empezar a hacer trazos en la pieza de papel de los comensales a su alcance, en tanto escucha las cosas que se expresan en la reunión. Buena manera de beneficiar el tiempo mientras se expresan cosas inteligentes o se dicen boberías, podemos añadir.

   Pero él mismo cuenta que esta grafomanía le viene desde sus tiempos estudiantiles; eso lo dirá mejor el autor de este Servilletario, que es resultado estético de un impulso vital y tal vez imprescindible, que para el movimiento artístico sudcaliforniano constituye una revelación afortunada.

   Pero eso lo dirán mejor ustedes con cuya generosa presencia inauguran la presente exposición que como cronista de La Paz me ha producido gran gusto promover con la complicidad del licenciado Flores Romero, la Alianza Francesa y este Centro Cultural Roger de Conynck, incluido todo su numeroso staff que integran Rubén Sandoval y Bonifacio Hernández.

   Que ustedes la disfruten.


* En la apertura de la exposición, el 25 de junio de 2015 en la Alianza Francesa de La Paz, BCS.

CRÓNICA HUÉSPED

SILUETAS REGIONALES

Por José Rogelio Olachea Arriola.*

Para nosotros, en particular, recordar sí es vivir. Traemos a colación los recuerdos de una ciudad de los años 1950-51, cuando un grupo de amigos gozábamos de la quietud conventual de la plaza Velasco, en torno al monumento a Juárez, al centro de la pileta. Ocupábamos las bancas de cemento de dos asientos.
   Una tarde de cada día, incluso los sábados y domingos, encaminábamos un perímetro romántico del jardín, atrás del viejo palacio de gobierno, para charlar con las chicas de la secundaria Morelos, e ir enseguida a la nevería de doña Ever de Román (Independencia y B. Domínguez) y bajar al cine Juárez a ver una película de Luis Aguilar, Jorge Negrete y Pedro Infante, con las estrellas María Félix y Dolores del Río, y al salir de la sala todos asistíamos al malecón a ver el crepúsculo...  
   Cuántos establecimientos comerciales recordamos,como la panadería El Paso, de doña Felícitas Sánchez, en la calle Ezquerro; Luciano Geraldo, en la avenida Revolución y Allende.
   La tienda de Rafael de la Peña, en 16 de Septiembre y Revolución, con su típica bomba de gasolina tubular. Allí adquiríamos mercancía y saludábamos a tantos dependientes: el Toño Flores Mendoza, la Chayola Salgado, Rogelio Salgado de la Peña, D. Loretito T., Ramón Pedrín...
   En la Serdán y 16 de Septiembre la tiendita de don Salomón Díaz, en donde daban el pilón clásico; La Voz del Pueblo, de don José Romero, en Degollado y Serdán, en la cuadra del cuartel Pineda, en donde observábamos el cambio de guardia del 5o. Batallón de línea. Nos mandaban a comprar leche fresca en el comercio de don Esteban Talamantes, en Altamirano 101, en donde llegaba el pan caliente de la tahona.
   En aquellos días operaba la línea aérea Aerovías Contreras, con aviones Douglas DC-3, para 24 y 21 pasajeros; su agente era don Guillermo Escudero.
   Allá en avenida Bravo operaba la tienda mixta de don Salomón Castro. No olvidamos La Palma, de don Isidoro Scholnick; La Ciudad de Viena, de don Salomón Tuchmann, en Zaragoza y Artesanos. El Ancla, de J. Rosario Castro; don Francisco Loubet vendía gas L. P., en hotel Palma en Ezquerro.
   Dentro del apacible ambiente, cuando caminábamos por la 16 rumbo a la playa, saludábamos a don Manuel Wong conversando con don Agustín Arriola, ganadero que fuera gobernador civil del Territorio de 1920 a 1924. Tenía sus oficinas por el rumbo, y su casa en avenida Ezquerro.
   También operaba la ruta de Aeronaves, con su agente Emilio Alcedo Arantxasti. Don Miguel L. Cornejo era comerciante en productos del rancho Las Aripas, con oficinas en A. Obregón 73, sur. Don Luis Unzón Cordero tenía la tienda La Triunfeña en B. Domínguez No. 29, mientras don Goyo Chávez M. vendía en Guillermo Prieto y 16 de Septiembre, los mejores licores. Don Antonio Cota Carrillo adquiría pieles de res para una tenería, en Ignacio Ramírez. La Agencia Von Borstel y Castro operaba los buques motores Araguán, Edna Rosa, Arturo y Blanco, en Lerdo y Álvaro Obregón. El hotel Los Arcos se iniciaba con su gerente Sabino Pereda.
   Rafael Leana Rojas operaba el cine California, en Revolución 68, en donde hoy está La Sirena.


* En revista Sudcalifornidad, dirección de Mercedes Acuña Peralta, núm. 11, agosto de 1991, pág. 16.