SUITE LA PAZ

(Empieza a los 20:35 minutos) De Jozef Olechowski (piano). Violín: Kazimierz Olechowski. Estreno en la Sala de Conciertos de la Escuela de Música de BCS, en La Paz: Amanecer, Raquel, Navegando, Encuentro con las ballenas (canto-romanza y danza-fantasía), La siesta, Atardecer, Canción de cuna para una niña guaycura y Nuestra canción por La Paz. Producción: Olatv.mx/

ACTUALIDAD

ANIVERSARIO DE LA MISIÓN DE LA PAZ

El 4 de noviembre de 1720 quedó fundada la misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz “Airapí”, por los jesuitas Juan de Ugarte y Jaime Bravo, a los que se agregó un mes más tarde el padre zacatecano Clemente Guillén, quien con un pequeño grupo viajó por tierra desde Loreto.
   A este acontecimiento se hallan relacionados por lo menos tres hechos también significativos para nuestra historia regional: el de que la embarcación que llamaron el Triunfo de la Cruz, en que los dos primeros hicieron la travesía desde la capital loretana, fue la primera construida enteramente en lo que hasta entonces era conocido como las Californias (desde el cabo de San Lucas hasta San Francisco, al norte continental), en la sierra de la misión de Guadalupe Guasinapí, con maderas de güéribo (Populus brandegeei), mediante mano de obra indígena y bajo la dirección del mismo padre Ugarte.
   El establecimiento paceño, noveno en la lista de fundaciones jesuíticas, había sido financiado por don José de la Puente y Peña, marqués de Villapuente, y se extendió luego a las visitas de San Blas, Ángel de la Guarda y San Hilario. Sirvieron como ministros en ella el mismo sacerdote Bravo (de origen español), William Gordon (escocés) y Sigismundo Taraval (italiano), hasta que debió ser abandonada debido a la hostilidad indígena que tuvo su momento más dramático en la rebelión de 1734-1736 que se inició en el sur peninsular y se extendió hasta los confines norteños.
   Una segunda derivación notable de la fundación a que ahora nos referimos, es la circunstancia de que, a partir del desarrollo minero de la región de San Antonio (al sur de La Paz) por Manuel de Osio, cerca del poblado de Las Casitas tuvieron lugar los trabajos en la mina a la cual fue dado el título de “El Triunfo”, y que con el tiempo recibió la población que hoy conocemos con ese nombre, en evocación a la pequeña balandra de Ugarte que condujo a la creación misional de la actual capital de Baja California Sur.
   Un tercer hecho sobresaliente es el de que, como parte de su penosa caminata desde Loreto a La Paz, Guillén comentó en su diario haber tocado, entre otros muchos, un lugar denominado San Andrés Tiguana (al que había dado nombre él mismo en una marcha previa hacia la bahía magdalena), que algunos sostenemos como origen auténtico del nombre de la ciudad de Tijuana, lo que descarta supuestas oriundeces como la del rancho de la tía Juana y otras producto más de la confusión y la especulación que de la certeza documental.  A ello podremos referirnos más detalladamente en ocasión posterior.

CRÓNICA HUÉSPED


 DESCUBRIMIENTO POR TIERRA DEL PUERTO DE LA PAZ
(Selección)

Por Clemente Guillén, S. J.

Lunes 11 de noviembre del año 1720. Salimos de San Juan Malibat y se llegó hasta Catechiguajá por mal camino; tiene éste dos muy malas cuestas y un malo y pedregoso paso por orillas de la mar. Se anduvo felizmente porque la mayor parte de la carga se condujo en una canoa.
   Día 12. Llegamos a Pucá; había como 5 leguas, casi todo de camino pesado por cuestas y playas pedregosas. En esta ranchería acaba la lengua de Malibat, ramo de la laymona.
   Día 13. Esperamos a que se amansase el mar, por pasar la mayor parte de la  carga en la canoa hasta Apaté; mas habiendo amanecido el día 14 enfurecido aún el mar, y sin muestras de abonanzar presto, dejando el grande alivio de la canoa se determinó transportar por tierra en las mulas toda la carga.
   Día 14. Hicimos el camino a Santa Daría Acuré por cuestas y por lomas; se andarían 7 leguas. Aquí comienza el territorio de los guaycuros, o nación cure.
   Día 15. Entramos en San Carlos Aripaqui, habiendo caminado como 5 leguas. Se subieron las dos cuestas de Acuré y Aripaqui con grandes desavíos de las cargas, de las cuales muchas rodaron varias veces, con grave riesgo de matarse las mulas; otras se descomponían de modo que nos retardaron el camino, y así se trabajó mucho en salir de estas cuestas. En una loma cercana a Aripaquí halló el señor cabo Ignacio de Rojas una veta de metal de fuego que, según él mismo y otros que lo entienden, dicen tener buena ley de plata. Fuimos bien recibidos de la gente de Aripaqui. Se trabajó bien en abrir pozo o bateque para las bestias. Esta tarde se exploraron 2 leguas adelante.
   Día 16. Pasamos a San Gregorio Atembavichi; se andarían como 3 leguas de buen camino; en él hallamos un estero rodeado de tequesquite, cosa que consoló mucho a nuestra gente por lo muy necesario del género para la fábrica de jabón [...]
   Día 17. Llegamos a Santa Izabel Cuhue; se harían 7 leguas de camino, su primera parte por playas pedregosas, las otras dos por arroyos y lomas muy bhien empastadas. Al llegar a Cuhue hay tres malos pasos. Hoy se exploraron como 2 leguas hasta San Feliz Acui, ojo de agua pequeño.
  
[...]
   
   Día 6 [de diciembre]. [...] Cuando divisamos la balandra en el puerto y las barrancas en tierra, fue grande nuestro gozo porque todos, españoles e indios amigos se hallaban muy quebrantados del gran trabajo de esta expedición [...] En esta nueva misión del Pilar de La Paz fuimos todos los caminantes recibidos y regalados de los padres [Ugarte y Bravo] con caritativa amplitud.

   [...]