CANCIÓN DE CUNA PARA UNA NIÑA GUAYCURA


De la suite La Paz, de Jozef Olechowski, estrenada el 21 de octubre de
2014 en la Sala de Conciertos de la Escuela de Música de BCS.

ACTUALIDAD

LA REFORMA QUE VIENE      

En el conjunto de reformas estructurales que el gobierno de Enrique Peña Nieto se comprometió a promover para fincar a partir de ellas el desarrollo presente y por venir de México, deberá estar la reforma a los artículos 115 y demás relativos de la Constitución General de la República, referidos al municipio mexicano.
   Dicho artículo habla, como se sabe, de la composición política de este tercer orden de gobierno, más que gobierno de tercera como ha sido hasta hoy, y no por falta de visión del constituyente de 1917 sino porque ahora son otras las circunstancias del país.
   En sus partes sustanciales, el citado dispositivo estipula que “Los presidentes municipales, regidores y síndicos de los ayuntamientos [...] no podrán ser reelectos para el periodo inmediato.” Independientemente de que algunos mantengamos convicción antireeleccionista, estamos de acuerdo en que este óbice puede ser objeto de revisión y, en su caso, de modificación si se ve que en ello va el bien del país.
   Añade que “Los municipios estarán investidos de personalidad jurídica y manejarán su patrimonio conforme a la ley”, así como que los ayuntamientos “tendrán facultades para aprobar, de acuerdo con las leyes en materia municipal --que deberán expedir las legislaturas de los Estados--, los bandos de policía y gobierno, los reglamentos, circulares y disposiciones administrativas de observancia general dentro de sus respectivas jurisdicciones, que organicen la administración pública municipal, regulen las materias, procedimientos, funciones y servicios públicos de su competencia y aseguren la participación ciudadana y vecinal.”
   La fracción tercera dice que los municipios deberán cubrir los servicios públicos y funciones siguientes: agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales, alumbrado público, limpia, recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos, mercados y centrales de abasto, panteones, rastro, calles, parques y jardines, seguridad pública, policía preventiva municipal y tránsito “y los demás que las legislaturas locales determinen según las condiciones territoriales y socioeconómicas de los municipios, así como su capacidad administrativa y financiera.”
   En este último aspecto se dice también que los municipios “administrarán libremente su hacienda, la cual se formará de los rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así como de las contribuciones y otros ingresos que las legislaturas establezcan a su favor y, en todo caso, percibirán las contribuciones, incluyendo tasas adicionales, que establezcan los estados sobre la propiedad inmobiliaria [...],  las participaciones federales y  los ingresos derivados de la prestación de servicios públicos a su cargo.”
   Y aquí viene otro asunto muy interesante, y es el que se refiere a que “sólo estarán exentos los bienes de dominio público de la Federación, de los Estados o los Municipios [...]”
   El único impuesto que va directamente al municipio es el predial, pero resulta que éste tiene en la actualidad muchas excepciones, como los aeropuertos, las iglesias, las escuelas, la CFE y hasta Telmex (que carece hasta hoy de la obligación de cubrir impuestos por sus casetas y publicidad en la vía pública). Inusual, pero justo, es el hecho de que el municipio de San Luis Potosí haya ganado recientemente una controversia a la empresa telefónica de Slim, la cual llegó a 60 millones de pesos por uso de vía pública; esto crea una jurisprudencia que deberá ser útil en demandas posteriores.  
   Durante el seminario “Encuentro por la Federación y la Unidad Nacional” (mesa 5: ¿Está en crisis el municipio?) que se efectuó el día 2 de este octubre en el Senado de la República, Sergio Arredondo Olvera, quien dirige la Federación Nacional de Municipios de México, afirmó que el modelo municipal en México (centenario en este 2014) está agotado, y por esto tiene que cambiar, argumentó el ponente,
   Subrayó el hecho de que el municipio, primera instancia del contacto ciudadano con su autoridad, así como ésta, son considerados como menores de edad o tácitamente incapaces, y su significación es, en consecuencia, limitada por un paternalismo federal y estatal que funciona más bien como camisa de fuerza, que acota de manera abusiva las potencialidades de la gente que vive y se desenvuelve en su hábitat político fundamental que es el municipio.
   Habló de  una “debilidad hacendaria inaceptable” porque, nótese bien: del fondo general de participaciones (reparto presupuestario nacional), el 80 % se lo queda la federación, el 16 % es para repartir en las 32 entidades federativas, y sólo el 4 % está destinado a la totalidad de los municipios. Los suecos, en cambio (por citar sólo un ejemplo), otorgan el 94 % de sus ingresos fiscales al municipio.
   El escepticismo social por el insuficiente desempeño de la administración municipal en materia económica ha llevado a culpar de ello a los ayuntamientos, siendo que su exiguo beneficio es a causa de un obsoleto funcionamiento del régimen municipal, derivado básicamente de la precaria asignación de recursos a éste.
   Dijo el municipalista en su intervención que “se requiere un federalismo más vigoroso... una revolución urbana..., tenemos que crear un nuevo modelo municipal para nuestro país, con mayor equidad entre esos tres órdenes de gobierno y poniendo a los ciudadanos en el centro...).
   Afirmó que “el municipio debe ser actor clave en el desarrollo de nuestro país” y concederle mayor autonomía, así como equidad fiscal y presupuestaria. Para apuntar una incongruencia en este sentido, recuerda que el impuesto de alcoholes es recaudado íntegramente por la federación, y el trabajo de lidiar con los borrachos debe ser asumido íntegramente por el municipio.
   En el mismo orden de ideas, recuérdese que los impuestos sobre la pesca son federales, y es el ayuntamiento el que tiene la obligación de prestar los servicios públicos a las comunidades que se dedican a esa actividad. Le es exigido el trabajo de rellenar los baches (lo cual está en capacidad de hacer con su personal y equipo), pero carece de una partida presupuestaria para comprar chapopote.
  Cada competencia debe tener sus recursos, sostiene Arredondo Olvera; es lo justo y coherente, pero resulta que en la actualidad se exige al ayuntamiento atender servicios para los que no se le asignan elementos pecuniarios.
   En la reforma municipal que viene, se deberán, pues, hacer modificaciones sustanciales en materias institucional, política y hacendaria, dando voz y voto a las representaciones municipales en las decisiones que atañen al país.
   Del 20 al 22 de noviembre próximo se llevará a cabo en la capital jalisciense la Conferencia Nacional de Municipios donde asistirá el presidente de la República, quien ya ha demostrado su interés en el asunto y en la reforma que seguramente está por llegar, para que el municipio se haga fuerte y haga fuerte a México.
   (Imagen: La Patria, óleo sobre tela de Jorge González Camarena.)


   Se sugiere conocer a este respecto el videograma http://www.youtube.com/watch?v=R_GsVtvmAyw/