MUTATIS
MUTANDIS
Dejemos a las autoridades judiciales haciendo su trabajo
y dediquemos la atención a los asuntos que en materia educativa tienen mayor
significación como el de que fue publicado el martes 26 de febrero anterior el decreto por
el cual quedaron reformados los artículos 3o. y 73 de la Constitución General
de la República.
La
anunciada y ya inaplazable reforma a la
educación nacional, pues.
Docentes, servidores
públicos, directivos y personal de apoyo de ese ramo, padres y tutores,
estudiantes, todos tenemos el deber de conocer dicho texto que regirá en
adelante la vida educativa del país, hasta que las nuevas condiciones
sociopolíticas y económicas de éste propicien otras modificaciones, pues el
sistema y los modelos educativos tienen que adecuarse, actualizándose, para ser
mejores instrumentos de desarrollo.
Y también
estamos obligados a conocerla para impedir que nos sorprendan e intenten
engañarnos quienes por ignorancia, mala fe o fines inconfesados intentan
desvirtuar el sentido de las transformaciones que se pretende llevar a cabo,
mediante el cambio educativo, para el México del siglo XXI.
Sólo una
sociedad verdaderamente informada podrá contener con argumentos válidos las
embestidas de quienes quieren que todo permanezca igual, en el estatus muelle
de su pereza mental y mediocre comodidad, donde usufructúan privilegios y prima
la vacación permanente.
Quienes hemos
leído y analizado el documento reformador sabemos que tiene objetivos nobles y
claros: que el estado mexicano garantice la calidad en la educación obligatoria
“de manera que los materiales y métodos educativos, la organización escolar, la
infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos
garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos.”
Nadie en sus
cabales puede oponerse a ello, especialmente cuando se sabe que en la búsqueda
de la creciente competencia magisterial se hallan implícitos el intransgredible
respeto a los derechos de los trabajadores de la educación, y la disposición de
los medios para su crecimiento laboral y profesional.
Serán los que
lleguen a incorporarse al gremio quienes deberán demostrar que poseen los
conocimientos, conceptos y destrezas que aseguren su desempeño óptimo en la
delicada tarea de educar a los niños y jóvenes mexicanos; imposible e
irracional esperar menos de ellos.
Los planes y
programas de la enseñanza básica (preescolar, primaria y secundaria) y normal
serán renovados una vez que sea escuchadas y atendidas las recomendaciones de
todos los factores que concurren en área tan cardinal de la vida de la
República.
Todos los
valores que desde sus orígenes ha promovido el artículo 3o. constitucional
quedan intocados en la reforma, y se añaden otros que reflejan lealmente lo que
somos y lo que se está luchando por que sea el renovado perfil de la nación.
El decreto
comenzó a tener efectos al día siguiente de ser publicado en el Diario Oficial de la Federación*, o sea
desde el pasado miércoles 27 de este febrero de noticias importantes para que en
México, como reza el latinajo del título, “cambie lo que deba ser cambiado”.
* http://www.dof.gob.mx/index.php?year=2013&month=02&day=26/