LORETO: PUEBLO MÁGICO (adrian77190)


2012: XL aniversario de la reinstauración del municipio en BCS, 
          y año del tránsito de Venus por el disco solar.

ACTUALIDAD


DOS PÉRDIDAS

La semana anterior nos dejó más pobres: el martes 5 murió Ray Bradbury, el maestro inigualable de la ciencia-ficción, y el jueves 7 falleció Arturo azuela, mexicano extraordinario.
   De Bradbury (Illinois, 1920) dice Jorge Luis Borges en el prólogo de la publicación que hizo Editorial Hermes en 1984 de las Crónicas marcianas, que el tema “es la conquista y colonización del planeta […] Los marcianos, que al principio del libro son espantosos, merecen su piedad cuando la aniquilación los alcanza. Vencen los hombres y el autor no se alegra de su victoria. Anuncia con tristeza y con desengaño la futura expansión del linaje humano sobre al planeta rojo.”
   El segundo impactante encuentro de mi emoción con el escritor norteamericano fue, antes que el libro, la película Fahrenheit 451 (temperatura a la que arden los libros) donde se plantea la paradójica circunstancia, en un futuro próximo, de que los bomberos ya no se dedican a apagar incendios (puesto que ya han dejado de producirse en toda la ciudad) sino a destruir con fuego los libros y las bibliotecas, con el argumento de que la lectura provoca dudas, angustias, cuestionamientos, problemas y preocupaciones, que naturalmente derivan en infelicidad individual y social, lo cual funciona en contraposición a los objetivos de la política de inalterable serenidad personal y colectiva que promueve el gobierno. Sin embargo, Ray nos ofrece un final feliz: todo es cuestión de volver a empezar…
   Azuela (DF, 1938) tuvo una intensa actividad de muy variada índole en el campo de las humanidades: historiador, matemático, académico, funcionario universitario, periodista. En 1974 se editó su novela “El tamaño del infierno”, la primera de varias que edificaron su prestigio literario. Su obra narrativa ha sido reeditada en diversos países e idiomas, y le mereció reconocimientos en la propia patria y algunas otras como España y Venezuela.
   Tuvimos el agrado de que don Arturo fuera huésped sudcaliforniano el jueves 6 y viernes 7 de abril de 1995 en La Paz, cuando ofreció en la galería Olachea dos conferencias: “40 años de Pedro Páramo” y “El arte de narrar”, como aportación del Seminario de Cultura Mexicana (SCM), del que el escritor fue miembro de número y luego presidente.
   Lo entrevistaron reporteros de los canales 8 y 10 de televisión local, y Radio Cultural Sudcaliforniana XEBCS grabó íntegramente sus exposiciones; ello cumplió el propósito de multiplicar los beneficios de la presencia del prestigioso académico en Baja California Sur, y confiamos en que esos materiales se conserven adecuadamente en las oficinas de este medio oficial de difusión.

LIBRERÍA


Luz de tierra incógnita en la América septentrional y diario de las exploraciones en Sonora, por Juan Mateo Mange, Talleres Gráficos de la Nación, México, 1926.

El capitán Juan Mateo Mange acompañó al jesuita Eusebio Francisco Kino en sus entradas a Tucson, Caborca y el río Colorado, en el periodo1699-1702.
   Asistió, pues, a la reconfirmación de la peninsularidad de California, efectuada por el religioso en 1700.
   La primera parte del libro trata de las exploraciones realizadas en el noroeste de Nueva España por Cortés, Ulloa, Alarcón, Vizcaíno, Ortega, Porter y Casanate, Kino-Atondo y Salvatierra, en lo que corresponde a California.
   También habla de Vázquez de Coronado, Espejo y Oñate en la exploración de Nuevo México, y de Martínez en la de Sonora.
   La segunda parte comprende los diarios de las expediciones que con Kino efectuó el autor, a quien con razón se considera uno de los fundadores de Arizona.

PERSONAJES


FRANCISCO J MÚGICA

Francisco José Múgica Velázquez nació en Michoacán el año 1884. Tras terminar sus estudios preparatorios comenzó a ejercer el periodismo como colaborador de periódicos liberales, entre ellos Regeneración, de los hermanos Flores Magón. En Zamora, Michoacán, lugar donde había concluido sus estudios de seminario y había establecido su residencia, publicó pequeños periódicos opositores a Porfirio Díaz.
   Años después pasó a vivir en la ciudad de México, donde contactaría a diversas figuras de las conspiraciones para la Revolución Mexicana. En 1910 viajó a San Antonio, Texas, EUA, donde comenzó la organización de juntas revolucionarias. Se enroló en las fuerzas de Pascual Orozco, que tomaron en 1911 lo que sería Ciudad Juárez. En 1913 llevó a cabo con Lucio Blanco el primer reparto agrario en Michoacán.
   Posteriormente fue encargado de diversas actividades militares como general y lugarteniente de Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, entre otros.   Encabezó las fuerzas revolucionarias en Michoacán, donde conoció a Lázaro     Cárdenas, de quien sería maestro ideológico.
   Diputado al Congreso Constituyente de 1917, fue uno de los mejores legisladores y pensadores de la Revolución mexicana. Esencialmente se enfocó a los artículos referentes a temas de religión, política, economía y educación. Su pensamiento avanzado se expresó principalmente en los Artículos 3o, 27 y 123 de la nueva Constitución mexicana.
   Gobernador de Tabasco y de Michoacán en los interinatos de Lázaro Cárdenas cuando éste fue designado presidente del Partido Nacional Revolucionario o secretario de Estado, Múgica se encargó de instrumentar en ambas entidades una política de tendencia radical, entre ellas la represión religiosa y el impulso que su amigo y colaborador había dado al ejido.
   Al tomar posesión de la presidencia de la República el 1 de diciembre de 1934, Lázaro Cárdenas designó a Múgica como secretario de la Economía Nacional y luego de Comunicaciones y Obras Públicas. Sucesor natural de Cárdenas en la presidencia, sus opositores lo veían como un riesgo por sus ideas avanzadas.
   Al llegar 1939, la popularidad de Cárdenas había caído seriamente, y Múgica no tuvo otra opción que retirar su precandidatura y sumarse a la de Manuel Ávila Camacho, quien ocupó la presidencia de 1940 a 1946.
   Pasadas las elecciones, Múgica fue designado gobernador del Territorio de Baja California Sur, una de las zonas más alejadas, subdesarrolladas y menos pobladas del país.
   Ello significó una fortuna para los sudcalifornianos, que de inmediato fueron beneficiarios del talento revolucionario, político, financiero y administrativo del ilustre Constituyente: llevó a cabo un gobierno de particular aliento al desarrollo agropecuario, la educación y la cultura; en este último campo estableció instituciones que aún perduran como el teatro “Manuel Márquez de León” de Todos Santos, la Escuela Normal Urbana y la Escuela de Música de La Paz.
   En 1945, un grupo representativo de la sociedad sudcaliforniana llamado Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS) le pidió apoyo para lograr que la autoridad presidencial permitiera que el pueblo de Baja California Sur fuese gobernado por un nativo de la entidad; el general Múgica, además de acceder a la petición, presentó su renuncia al mandatario nacional a fin de dejarlo en libertad de satisfacer la demanda de los calisureños. Ávila nombró en su lugar al general Agustín Olachea Avilés.
   Más tarde, Múgica se encargó de actividades privadas y de la organización de diversos penales, entre ellos el de las Islas Marías. Murió en la ciudad de México el 12 de abril de 1954.