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LOS PUNTOS DE LOS VIAJEROS OFICIALES

Esto lo dije en la revista Compás, edición de abril de 2000, pero quedó sin respuesta (tal como lo preveía, he de confesarlo); recordé esa nota cuando leí en El Sudcaliforniano del domingo 18 de octubre anterior, que el IFAI (Instituto Federal de Acceso a la Información) pidió recientemente a la secretaría de Relaciones Exteriores dar a conocer la relación de vuelos de sus funcionarios, detallada por nombre, fecha, destino, costo, monto de millas, kilómetros, puntos o recompensas que hayan sido otorgados por aerolíneas, así como el uso que se les ha dado.  
   Hace doce años, mi artículo decía que “Desde que la administración pública de Baja California Sur se quedó sin el avión del ejecutivo -un eficiente Cessna Citation 500-, en una demagógica medida que satisfizo a muchos despistados pero que no vino a solucionar nada, sólo a hacer más lentos los movimientos del mandatario hacia el exterior con el consecuente perjuicio en la prontitud de atención a algunos asuntos públicos prioritarios, el gobernador y sus colaboradores, al igual que sus empleados y otros beneficiarios de boletos de transporte aéreo, han tenido que volar en líneas comerciales.
   Hasta aquí todo muy bien. O casi todo.
   Lo que se olvida es que, invariablemente, los boletos de la aviación comercial tienen recompensa en puntos que son acreditados a favor del cliente mediante una tarjeta de plástico que otorgan sin costo las propias empresas aéreas, y que, al llegar a determinada cantidad, se canjean por viajes gratuitos, ascensos en categoría de viaje y otras varias prestaciones de interés y estímulo para el usuario de la línea.
   Aero México es el principal organismo de esta índole que da servicio entre La Paz y el resto del país y del mundo; no me referiré a los que utilizan otros aeropuertos sudcalifornianos porque es de la capital de la entidad de donde salen, por lo general, quienes se transportan con cargo al presupuesto estatal.
   Su tarjeta se llama Club Premier.
   Usted... -dice el folleto explicativo- podrá acumular kilómetros por sus viajes realizados con Aero México o con las aerolíneas afiliadas y obtener boletos de avión sin costo de tarifa o ascensos de clase a cualquiera de los destinos de Aero México y las aerolíneas participantes...
   Entre sus afiliados tiene hoteles, líneas aéreas y arrendadoras de automóviles.
   El puntaje, así, se incrementa considerablemente al utilizar esos servicios adicionales.
   Ahora, como resulta que los boletos que expide el gobierno son pagados con fondos del erario,  los puntos respectivos pertenecen justamente a éste y deberían, por tanto, ser bonificados a una cuenta global del mismo gobierno, que podría hacer uso de ellos para posteriores expediciones de boletos sin costo.
   Práctica similar habría de hacerse en todos los otros casos en que los boletos de traslado aéreo son cubiertos con recursos públicos: los ayuntamientos, la API y la UABCS, digamos, que verían de tal modo incrementadas sus disponibilidades en la partida presupuestaria de pasajes.
   Hay tanto dinero de por medio en este asunto  -desde que fueron creados los programas de viajero frecuente hasta la actualidad-,  que quizá pudiera merecer la atención de la contraloría o el congreso del estado.”
   Hasta aquí la nota docenaria, traída a colación por el exhorto del IFAI a la cancillería mexicana, y para ver si de alguna manera –ahora sí-- llama el interés de las instancias encargadas de procurar la transparencia de la administración pública estatal.