Corrido del Cabo Fierro

ACTUALIDAD

NÉSTOR, GILBERTO, EL CONGRESO

En aprecio a la obra y la memoria de Néstor Agúndez Martínez fue otorgado por segunda vez el premio que lleva el nombre del ilustre todosanteño, y en esta ocasión lo recibió Gilberto Ibarra Rivera por el cúmulo de aportaciones que ha hecho a la cultura sudcaliforniana.
Ello ocurrió el miércoles 11 de este mayo de 2011 en la sala de sesiones del poder legislativo estatal.
Por la comisión de Asuntos Educativos y de la Juventud del congreso habló quien la preside, la diputada Guadalupe Olay Davis, con un abigarrado discurso que ella debería haber leído previamente ante su autor o alguien que le corrigiera los errores de dicción con que hizo pedazos el texto, de por sí malo.
Es de creerse que cuando estas personas andan en campaña en busca de ocupar un lugar en el espacio burocrático, jamás piensan en que habrán de plantarse ante la tribuna suprema del estado y, obviamente, nunca tampoco se preparan para ello. Por eso quedan como es el caso.
Hace tiempo ya que algunos de los diputados estatales creen que hablar en el congreso y para la asamblea es asunto de rango menor. Están equivocados, desde luego, y de ahí proviene el desenfado con que emiten la ristra de disparates que se tienen que oír en ese recinto, digno del respeto que no le profesan.
Gilberto estuvo bien, desde nuestro punto de vista, formalmente académico como es este empeñoso y productivo investigador, quien sin falsa modestia reconoce su “participación a la deuda que tenemos con nuestra sociedad: la de ofrecerle, con espíritu creativo, el rescate de los valores culturales y contribuir a divulgar los rasgos de nuestra pertenencia e identidad sudcaliforniana...”
Bien por él.
Disentimos de Ibarra respecto a “los que están en espera de ser reconocidos por sus obras”, porque nadie en sus cabales procura satisfacer la vocación de servir a sus conciudadanos en espera de un premio, si lo hace con sincera convicción.
Pero coincidimos con el homenajeado en que la historia y la cultura la hacemos todos, todos los días, en mayor o menor medida, independientemente de héroes, figuras señeras y vidas ejemplares.
También puede resultar injusto que en la misma ceremonia se otorguen segundos lugares por la realización de tareas de beneficio a la cultura, como si en esto pudieran establecerse jerarquías en base a algún paradigma axiológico. Seguramente la maestra Vitalina y Rubén Sandoval merecen amplios reconocimientos, cada uno por su lado, y no medallas de plata; nomás faltó que los colocaran en un podio de ésos de tres niveles.
En fin, cosas que ocurren en eso que llamamos congreso.

HISTORIA

EFEMÉRIDES DE LA SEMANA

MAYO

15 (1914). “Salió el cabo [Leocadio] Fierro para La Ribera [del hoy municipio de Los Cabos], por cierto donde quedó” [en duelo con Hilario Pérez, oficial de las fuerzas de Félix Ortega Aguilar, probable autor del corrido al cual pertenece el fragmento anterior]. Fierro, oficial de la gendarmería, pretendía interceptar un cargamento de armas proveniente de Sonora para los revolucionarios.
15 (1918). El presidente Venustiano Carranza instituyó el día del Maestro, mediante decreto del 30 de octubre del año anterior.
15. Celebra el día de su santo patrono el pueblo de San Isidro, cercano a La Purísima, en el municipio de Comondú.
17 (1922). Murió en La Paz el poeta sudcaliforniano Filemón C. Piñeda. Nació en la capital sudcaliforniana el 22 de noviembre de 1868. Su autodidactismo le permitió adquirir una vasta cultura. Fue contador de las principales casas comerciales de la ciudad, “La Perla de La Paz” y “La Torre Eiffel”. Ocupó el cargo de tesorero (hasta su fallecimiento) del gobierno de Agustín Arriola Martínez. Para Armando Trasviña Taylor, historiador y crítico de la literatura de Baja California Sur desde sus manifestaciones iniciales hasta 1971, Piñeda “es el primero de los grandes poetas de Baja California. Es, además, uno de los más cultivados, pues su obra toda demuestra un dominio cabal de los movimientos literarios contemporáneos, lo que dificulta más su definición como poeta hecho, por una parte, en las calderas del romanticismo y, por otra, con la presencia inmutable de las rigideces del neoclacisimo.”
20 (1925). Tomó posesión del gobierno local el señor Carlos M. Ezquerro, hasta el 1 de julio de 1927. Construyó el malecón y amplió el servicio de energía eléctrica en la capital de la entidad.

LIBRERÍA

Descripción y toponimia indígena de California, 1740, Gobierno del Terr. de BCS (Cuaderno de Divulgación 44), La Paz, 1974.

Es ésta una relación anónima muy detallada que se conserva en el Archivo Franciscano de la Biblioteca Nacional de México.
El Dr. Miguel León-Portilla preparó su publicación y presenta al mismo tiempo la evidencia de que su autor fue probablemente Esteban Rodríguez Lorenzo, capitán del presidio de Loreto, compañero del P. Juan María de Salvatierra e informante del también jesuita Miguel Venegas a través de correspondencia.
El texto, añadido de buen número de notas, comprende la ruta de los misioneros desde el cabo de San Lucas hasta San Ignacio, el establecimiento más norteño de los jesuitas hasta entonces, siguiendo lo que es hoy, con poca desviación, la carretera transpeninsular.
El editor proporciona un glosario de nombres que impusieron a varios parajes los naturales sudcalifornianos, así como las fuentes, a la vez que urge la instalación de letreros que indiquen en cada lugar la toponimia indiana original y algunos datos históricos fundamentales.
A manera de muestra se enlistan enseguida diez denominaciones:

Cabo San Lucas Yenecamú.
La Paz Airapí.
La Purísima Cadegomó.
Loreto Conchó.
Los Dolores Apaté.
San Francisco Javier Viggé-Biaundó.
San Ignacio Cadacaamán.
San José del Cabo Añuití.
San Luis Gonzaga Chiriyaquí.
Santiago Aiñiní.

El folleto consta de 24 páginas.