LIBRERÍA

El golfo de California, por Manuel Soberanes Muñoz, México, 1969.

En 187 páginas nos ofrece esta obra el coronel queretano, en cuyo propósito-introducción apunta: “Mi labor y esfuerzos no llevan pretensiones doctorales, sino están animados del deseo de difundir entre los sudbajacalifornianos las mejores raigambres de nuestra historia y la fe en que, un presente de trabajo y esfuerzo llevarán a las nuevas generaciones a una vida más completa en lo espiritual y en lo material...”
Digno de ser leído es este estudio de veintiún capítulos que van desde los “Orígenes históricos de la palabra California” hasta “Las bahías histróricas”, tocando con cierto detenimiento asuntos tan importantes de nuestro pasado como el descubrimiento español de la península, los reconocimientos y desembarques en ella, las expediciones de Rodríguez Cabrillo, Vizcaíno, Kino y Atondo, la fundación de la misión de Loreto, la obra y posterior expulsión de los jesuitas, la integración etnográfica de Baja California, las tareas franciscanas, el Fondo Piadoso de las Californias, etc.
Luego dedica dieciocho páginas a hablar de “El golfo de California: bahía histórica”, seguramente la parte fundamental del libro, donde el autor examina con objetiva formalidad pero en el trasfondo con justificado apasionamiento, “la realidad fáctica y el derecho de que el golfo de California sea declarado ‘bahía histórica’ y se manifieste por México ante las demás naciones un hecho incontrovertible y secularmente indisputado: de que dicho mar desde siempre ha sido un mar interior, un ‘Mare Nostrum’.
Para ello presenta argumentos tan significativos como el de que el golfo fue aprovechado desde tiempos remotos por los aborígenes de sus litorales, de que su descubrimiento por la parte europea, y su incorporación al resto del mundo los realizaron súbditos españoles avecindados en la Nueva España, y cita alguna documentación relativa de Cortés, Bernal Díaz, Clavijero y Venegas, así como decretos y tratados. Todo con el objetivo básico de lograr el reconocimiento inobjetable de la potestad de nuestro país sobre el mar de Cortés.
Sin embargo, dicho volumen no logró evitar algunas fallas, particularmente de forma, que acusan descuido en las necesarias revisiones y correcciones, si las hubo, o deseo ferviente de ver publicada cuanto antes la obra. De cualquier manera son deficiencias menores que no desvirtúan el empeño, sobre todo editorial, pues hay que tomar en cuenta la circunstancia de que el tiraje de 500 ejemplares fue posible merced a la vía del autofinanciamiento.
Está complementado por una extensa bibliografía de interés para los californiófilos, y un índice de nombres muy útil.