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CARRERA NORMALISTA, AHORA DE 5 AÑOS

Sorpresa en el medio educativo sudcaliforniano es la de que, de acuerdo al nuevo modelo, la carrera de profesor de Educación Primaria será de cinco años a partir del próximo ciclo lectivo.
Una primera revisión del mapa curricular permite advertir que los nuevos procesos de formación de los docentes pretenden primordialmente dotar al educando de un eficiente conocimiento matemático, del idioma inglés y la informática.
Resultaría abrumador mencionar a cada una de las otras asignaturas que se hallan en el nuevo esquema de estudios, que son varias e importantes, desde luego, y sólo apuntamos aquellas que descuellan, como las citadas.
Parece ser que el desempeño de nuestros alumnos en los concursos internacionales (PISA y otros) han obligado a las autoridades del ramo a tratar de mejorar las competencias académicas de niños y jóvenes, aunque eso más bien debería ser resultado del diseño de estrategias para la incorporación de todo el sistema educativo nacional al desarrollo primermundista.
Al respecto, en su libro ¡Basta de historias!, Andrés Oppenheimer expresa: “Tal como me lo señaló la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, la receta para que los jóvenes sobresalgan en los exámenes internacionales de matemáticas, ciencias e idioma, es tener buenos maestros.”
Parece que Lujambio leyó el libro y la cosa va por ahí...
Así, el nuevo proyecto de educación normal para mentores de primaria tiene siete materias (como todos los semestres) en veinte horas a la semana, o sea tres horas y algunos minutos diariamente en promedio; será interesante saber qué se tiene destinado para pupilos y profesores durante el resto de cada jornada, que habitualmente ha sido de seis horas.
El segundo semestre, 23 horas; el tercero, 25; el cuarto, quinto y sexto, 27; el séptimo y octavo, 22.
El último año estará destinado a la práctica profesional mediante 12 horas a la semana, y el seminario de titulación, de 4 horas.
Habrá que esperar a saber cómo quedarán a su vez los planes de estudio de preescolar, primaria y secundaria (que conforman la educación media básica) para ver si se da a todo ello una conexión congruente, pues se trata de reformar todos los niveles con criterio de complementariedad orgánica entre sí.
El último párrafo de esta nota es para preguntarnos (en uso pleno del derecho que tenemos a hacerlo) qué opinan sobre esto los funcionarios del sistema educativo estatal, qué sugerencia o contribución pueden aportar al respecto, qué estudios o investigaciones se proponen efectuar para que este movimiento de reforma pueda tener alguna significación para Baja California Sur. Quedamos pendientes de ello.