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RENOVAR LA EDUCACIÓN EN BCS En la educación se halla el origen pero también la solución de todos los males sociales. Por ello es preciso profundizar en la modernización de la actual Ley Estatal de Educación -vigente desde 1994 y obsoleta por tanto-, que nos permita superar los rezagos, las inercias y deficiencias que viene arrastrando el sistema educativo sudcaliforniano desde hace mucho tiempo. Todo ello al margen de las cifras triunfalistas y la manipulación estadística que han querido hacernos creer las autoridades del ramo durante los sexenios recientes. Si queremos avanzar en general, debemos empezar por reconocer la urgencia que tenemos de un replanteamiento de la educación que imparte el Estado en Baja California Sur, con clara visión innovadora, más allá de las acciones inmediatistas, y emprender desde luego su pronta reestructuración, coordinadamente con la instancia federal respectiva y de la mano de los trabajadores de la educación y su organización sindical. Esta reforma a la ley deberá abocarse primordialmente a la actualización de los objetivos, los planes y los programas de estudio en los niveles básico y medio superior, al menos y, desde luego, de las instituciones formadoras de docentes. Requerimos primordialmente definir el tipo de sudcaliforniano que queremos formar y entrar con posibilidades reales de triunfo en las competencias nacional y universal, empezando por reconocer nuestros atrasos en materia tan fundamental e insoslayable. Debemos lograr que el ejecutivo y los diputados locales pongan a la educación en el centro de la agenda política, como recomienda Andrés Oppenheimer, reconociendo, antes de comenzar, que en educación andamos mal, muy mal, con múltiples y enormes insuficiencias. Es evidente y demostrable que así estamos también en el plano nacional, pero eso no debe conformarnos sino hacernos ver la oportunidad que tenemos, como entidad con poca población, para tomar un impulso sin precedente y convertir al nuevo modelo educativo de BCS como ejemplo en el país. “El progreso consiste en renovarse”, sentenció Unamuno, y en la búsqueda de la renovación de la vida estatal tenemos que empezar imprescindiblemente por la revisión y transformación de su sistema educativo, donde se están formando las nuevas generaciones de sudcalifornianos, que es decir los constructores de la nueva Sudcalifornia. Intentemos y esforcémonos por probar que no es tan difícil ser un estado de primer mundo en una república tercermundista. em_coronado@yahoo.com