ACTUALIDAD


LA HORA DE LOS JÓVENES

Para Baja California Sur, ésta es época de reconstrucción, de rediseño de sus proyectos, sueños y esperanzas.
Los sudcalifornianos estamos muy lastimados después de un excesivo periodo de atropellos, injusticias y vejaciones, de ver deplorablemente diferido un porvenir que creíamos cercano.
Años en que hemos debido sufrir la frustración de ver aplazado cada vez el cumplimiento de las ancestrales ilusiones de convertir a esta heredad en tierra de desarrollo, bienestar y realización cabal de cada uno de sus habitantes.
Reinado de ignorancia, vulgaridad y patanería, este ciclo de regresión, desengaño y lamentable mediocridad será en la historia regional, sin duda, nuestra edad media.
Y en este proceso se vislumbra la etapa de volver a confiar, pero ahora en valores consistentes más allá del discurso demagógico, de la convocatoria al odio y la ambición patológica de poder. Ya está aquí el momento de depositar las aspiraciones colectivas en manos de los jóvenes: las mujeres y los hombres jóvenes, los del impulso espléndido, del empeño creativo y el afán innovador .
La credibilidad de los sudcalifornianos se desgastó inútilmente en demasiados años de espera inútil, de endebles perspectivas y expectativas falsas, en tanto se enseñoreaban la rapiña, la irresponsabilidad, la codicia desmedida, el nepotismo, el cinismo y la desvergüenza.
La pesadilla terminará cuando volvamos a creer en la nueva generación de sudcalifornianos conscientes de la necesidad del cambio y del regreso a los antiguos valores que alguna vez prevalecieron en esta tierra, dignificándola, fortaleciéndola, enriqueciéndola.
Sudcalifornia debe volver a ser de los sudcalifornianos, los que aquí llegaron y los que aquí nacieron.
Aunque la tarea será larga y laboriosa, es ya imprescindible reemprenderla, y la sangre joven de nuestro estado es la llamada a asumirla. Se ha perdido un tiempo precioso y resulta inaplazable recuperarlo. Los jóvenes lo poseen en abundancia, y tenemos la certeza de que aceptan invertirlo en rescatar a Sudcalifornia con los invaluables ingredientes de su inteligencia, empeño y generosidad. Con el espíritu, la mente y el corazón.
Hagamos profesión de fe en la inaplazable reoxigenación vital para el presente y el futuro de Baja California Sur.
Confiemos en los jóvenes y preparémonos a apoyarlos en el duro quehacer que les espera.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES

NOVIEMBRE

8 (1972). Murió en La Paz el abogado Manuel Torre Iglesias, polígrafo, poeta y maestro de varias generaciones de sudcalifornianos; de origen español (1896), autor de Geografía del Territorio de Baja California, entre otras varias obras de muy diverso género.

9 (1964). El presidente Adolfo López Mateos inauguró los servicios del primer transbordador que habría de comunicar a BCS con el continente mexicano, al cual fue impuesto el nombre de “La Paz”, especialmente construido en Japón para ese propósito. En 1970 entró en operación el “Gustavo Díaz Ordaz”; en 1972 el “Benito Juárez”; en 1973 el “Guaycura”, el “Coromuel” y el “Mazatlán”; en 1974 el “Puerto Vallarta” y posteriormente el “Azteca” y el “Loreto”.

10 (1539). En la Relación de Francisco Preciado se menciona por primera vez el nombre de “California” aplicado a la península de Baja California. En 1587 es publicado el mapa donde la península aparece con el nombre de California, y el extremo sur (cabo San Lucas) como cabo California.

11 (1736). Murió el sacerdote jesuita Julián de Mayorga, misionero de la antigua California durante 28 años. Natural de Toledo, España. A los trece años de edad ingreso al noviciado jesuítico en Madrid. En 1706 llegó de Europa a la Nueva España, y dos años después fue destinado a las misiones californianas. Con los también jesuitas Juan María de Salvatierra y Juan de Ugarte visitó la zona donde fue establecida la misión de San José de Comondú, patrocinada por el marqués de Villapuente. Ahí permaneció el sacerdote español desde el verano de 1708 hasta su muerte.

12 (1865). El coronel Clodomiro Cota tomó La Paz luego de la adhesión manifiesta a la intervención francesa por el gobernador Félix Gibert.

13 (1855). Se presentaron en la bahía de La Paz tres barcos comandados por Jean Napoleón Zerman, supuestamente nombrado por el gobierno de México con diversas facultades. A su arribo para parlamentar, el gobernador José María Blancarte lo tomó preso, así como a su tripulación, les confiscó todo y los envió a Guadalajara bajo el cargo de filibusteros.

LIBRERÍA


Delle Navigationi et viaggi [De las navegaciones y viajes], por Giambattista Ramusio, 3 vols., Venecia, 1565.

Francisco Preciado acompañó como piloto a Francisco de Ulloa en su navegación a California en 1539 por encargo de Hernán Cortés, y de ese viaje produjo para la historia lo que se conoce como su “relación”, especie de recuento a la par que testimonio de acontecimientos dignos de recordación.
Entre otros asuntos igualmente relevantes de esa crónica sobresale el hecho de que en ella aparece en tres ocasiones la denominación de “California”, lo que parece ser la más antigua designación en referencia a la península.
Nadie ha visto el documento original, pero se conserva merced a que fue transcrito en italiano por Ramusio. En 1660 lo dio a conocer en su idioma el inglés Richard Hakluyt, en 1994 lo editó Luis Navarro García en España, y al año siguiente lo publicó en México Julio César Montané Martí, con traducción de Ramón Miranda Camou.
La edición más reciente fue debida al mismo Montané Martí junto con Carlos Lazcano Sahagún en la colección Navegantes de la California, número 3, Ensenada, B. C., 2008.
La siguiente es la cita textual de las menciones aludidas:
“Continuábamos nuestro recorrido hasta los diez del dicho mes de noviembre [1539]... y cuanto más avanzábamos siempre encontrábamos tierras más deleitables y hermosas tanto por lo verdeante como por mostrar algunas llanuras y valles de ríos [arroyos] que descendían hacia abajo hacia tierra adentro, desde ciertas montañas y colinas de grandes selvas, pero no muy altas que se veían al interior de la tierra.”
“Aquí nos encontramos a 54 leguas de distancia de la California...”, es decir de cabo San Lucas, ya que se encontraban en la bahía de La Paz.”
Esta referencia es quizá la aplicación más remota del topónimo California para nuestra península. La segunda: “De este modo se fue junto con los otros al lugar del agua donde así poco a poco se reunieron más de cien de ellos, todos en orden y con algunos bastones con las cuerdas para lanzar y con sus arcos y sus flechas y todos pintados. En tanto vino el intérprete chichimeca de la isla California...”
La tercera: “El capitán [Ulloa] ordenó que nuestro indio chichimeca les hablase, pero nunca se entendieron de modo que sostenemos firmemente que no entendiese el lenguaje de la isla California...”
California es, entonces, nombre mítico, mágico y literario que tenemos el agrado y deber de preservar como parte del patrimonio histórico de esta parte de México y sus habitantes.