ACTUALIDAD


POR SUS FRUTOS...

A la vista del próximo proceso electoral en esta tierra, pueden ser apropiadas guías para orientar los sufragios ciudadanos, sentencias antiquísimas como aquellas que aseguran que “por sus frutos los conoceréis” y “obras son amores y no buenas razones”.
Es decir que, más que entusiasmarnos por sus ofrecimientos para el futuro (que las más de las veces quedan en el arcón de las promesas incumplidas, según dicta la experiencia) será pertinente saber, de modo previo al momento de votar, quiénes fueron y qué hicieron, antes de ser candidatos a ocupar los puestos públicos, los que pretenden dirigir la vida de nuestro estado.
El porvenir es incierto porque se halla apenas esbozado como cúmulo de simples intenciones que se expresan, con más o menos desparpajo, en el fervor de las campañas.
Dicen lo que sabemos de antemano que van a decir, lleno de lugares comunes y fórmulas del discurso político al cual ni siquiera tienen la gracia de añadirle alguna novedad, alguna frase ingeniosa, alguna propuesta valiosa, algo que aporte un mínimo ingrediente a la teoría política y a la historia de las ideologías.
Y también resulta diáfano que el paraíso que ofrecen para Baja California Sur desde el primer día de las próximas administraciones municipales, estatal y congresal, en la mayoría de los casos es sólo espejismo para forzar convenientemente la dirección del voto.
El pasado puede engañarnos en menor medida:
Las biografías, así sean recientes, nos dicen qué hicieron, qué dejaron de hacer, de quiénes se rodearon, cómo condujeron su vida pública y privada, etc., quienes pretenden tener a su cargo el desarrollo regional.
Lo que puede proponerse, por tanto, es que los ciudadanos conozcamos los antecedentes de cada candidato, lo que ha hecho, sin fijarnos tanto en lo que dice que hará, pues lo que ha sido continuará siéndolo aún en su nuevo cargo. Dejemos de hacernos ilusiones: las personas siguen siendo las mismas en el usufructo del poder... Y a veces peores.
Hablamos entonces, de que, al margen de las peroratas preñadas de ardientes ofertas de sacrificios por el bien sudcaliforniano, los sufragantes pensemos en la biografía de cada aspirante como su verdadero, indudable y seguro proyecto de gobierno.
No dejemos, pues, que nos vean la cara de ingenuos; los cándidos debieran ser ellos, los candidatos (del latín candidatus: cándido).
Cada vez que los pretendientes a un puesto público digan lo que van a hacer, pues, tomemos más en cuenta lo que realmente hicieron.
Tenemos la incuestionable opción de elegir a los mejores, con cuidado y responsabilidad porque a todos nos va el presente y el porvenir en ello.
Y recordemos que entre cada político que miente y la sociedad que lo hace suponer que le cree, hay cierta complicidad vergonzante.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

SEPTIEMBRE

26 (1961). Inició labores la escuela secundaria “Constitución”, en la población del mismo nombre, primera institución de ese nivel en el valle de Santo Domingo. Fue su promotor y primer director el maestro Ricardo Fiol Manríquez.

27 (1821). Fecha de consumación de la Independencia Nacional, que es celebrada como fiesta anual en Ciudad Insurgentes.

29. El pueblo de San Miguel de Comondú festeja el día de su santo patrono.

30 (1976). El ciclón “Liza” dejó en La Paz innumerables víctimas y damnificados. A raíz de este suceso fue creada la colonia “8 de Octubre” en la propia capital de BCS.

OCTUBRE

"MES DE LA SUDCALIFORNIDAD"

(Por decreto del congreso estatal, septiembre 2008)

(Primer domingo) El pueblo de El Rosarito, cercano a San José del Cabo, celebra el día de su patrona la virgen del Rosario.

1 (1734). Inició la rebelión pericú, en que murieron los jesuitas Lorenzo Carranco, en Santiago, y Nicolás Tamaral, en Santa Rosa, de la misión de San José del Cabo.
Carranco era natural de Cholula, Puebla, donde nació en 1695. Ingresó al noviciado jesuítico en Tepotzotlán y fue ordenado sacerdote a los 30 años de edad. Se le envió a la misión de Todos Santos y luego a Santiago, en esta Antigua California.
Tamaral era oriundo de Sevilla, España, donde nació el 28 de febrero de 1687. Hizo el noviciado en su patria, y a su término recibió instrucciones de viajar a la Nueva España. Luego de una estadía en Puebla llegó a Loreto en 1717, y fue ministro de las misiones californianas de La Purísima Concepción, Nuestra Señora del Pilar de La Paz y fundador de la de San José del Cabo,

1 (1868). Nació en La Paz Félix Ortega Aguilar, quien sería jefe de la Revolución Constitucionalista en Baja California Sur.

2 (1847). Los patriotas comandados por el teniente Manuel Pineda rechazaron en Mulegé la invasión norteamericana.

2 (1917). Murió en Guadalajara, Jal., el general José Antonio Melitón Albáñez Domínguez, sobresaliente militar revolucionario quien nació el 10 de abril de 1886 en Todos Santos, BCS. Aún adolescente se contrató como minero en Cananea, Son., lo mismo que otros oriundos de BCS como Agustín Olachea Avilés y Juan Domínguez Cota; los tres participaron en la huelga que fue uno de los detonadores del movimiento a que más tarde convocó don Francisco I. Madero en su Plan de San Luis.
El joven Melitón se enlistó en las filas revolucionarias dentro de las fuerzas de Manuel M. Diéguez. Combatió contra la usurpación huertista y tuvo a su cargo la jefatura de un batallón de la División de Occidente con el cual obtuvo triunfos importantes para la causa.
Después de la Convención de Aguascalientes fue jefe de operaciones en Jalisco y Michoacán. Murió 2 de octubre de 1917, cuando dirigía una campaña contra un grupo rebelde.
Cuatro días después, en la sesión de la XXVII legislatura del H. Congreso de la Unión se dio lectura a una comunicación en que se informaba que "Hoy a las 5:30 a.m. falleció el C. general brigadier Melitón Albánez, jefe de operaciones en los estados de Jalisco y Michoacán. El jefe y miembros de su Estado Mayor lo participan a usted con profunda pena por la pérdida del valiente y ameritado jefe. Guadalajara, octubre 2 de 1917. El duelo se recibe en la casa número 657 de la calle de Pedro Moreno, hoy a las 4 p.m. para acompañar el cadáver al Cementerio Municipal."
Sus restos mortales reposan desde entonces en la capital de Jalisco.

LIBRERÍA


La arquitectura misional de Baja California Sur, por Salvador Hinojosa Oliva, Gobierno de Bcs (dirección de Cultura), 1984, México, 142 págs.

En mayo de 1982, durante la realización de la II Semana de Información Histórica de Bcs, y motivados por la conferencia que acerca de los edificios coloniales del estado había ofrecido el arquitecto Salvador Hinojosa Oliva, los participantes en esa jornada determinaron recomendar al gobernador Alberto Alvarado Arámburo la edición de los trabajos preparados por Hinojosa sobre construcciones coloniales sudcalifornianas desde por lo menos un decenio y medio antes.
El acuerdo del ejecutivo favoreció la publicación de la obra y fueron invitados a participar el doctor Miguel León-Portilla como prologuista, el licenciado Raúl Antonio Cota como redactor de estilo y este bloguero como supervisor histórico.
Dos años después tuvimos oportunidad de ver presentada la edición de mil ejemplares, en La Paz, con la asistencia personal del gobernante. Era el número 75 de los títulos que veían la luz por el interés de la administración estatal desde sus inicios en 1981.
León-Portilla dice al respecto que la contribución esencial de este libro “radica en los trabajos que el propio Salvador Hinojosa ha llevado a cabo en el recinto de cada una de las diecisiete edificaciones misionales que aquí estudia.”
Añade que sus aportaciones “incluyen una cuidadosa descripción arquitectónica de las edificaciones o, en algunos casos, de lo que en ellas queda, y asimismo la relación de los levantamientos practicados, acompañados de sus correspondientes planos. El contenido de éstos cubre varias áreas: planos de localización dentro del correspondiente poblado, plantas del conjunto arquitectónico, planos de la fachada principal, de la posterior, longitudinales, de cortes transversales y de distintos detalles de elementos arquitectónicos.”
Y concluye expresando: “Para cuantos nos interesamos en la rica historia y en la realidad contemporánea de Sudcalifornia, esta obra es de muy grande interés.”
Lo sigue siendo, veintiséis años después.

ACTUALIDAD


BIBLIOTECAS SUDCALIFORNIANAS
XXVII ANIVERSARIO



El Programa Nacional de Bibliotecas fue establecido por el presidente Miguel de la Madrid el 2 de agosto de 1983.
Veinte días después viajé a la capital del país y, en mi carácter de director de [servicios a la] Cultura del gobierno de BCS, me hallaba en la entonces dirección de Publicaciones y Bibliotecas de la Sep solicitando la incorporación de mi entidad al programa y, consecuentemente, a la Red Nacional de Bibliotecas Públicas.
Veinte días más tarde, al término de la primera reunión para el Desarrollo Cultural Sudcaliforniano fue inaugurada por el gobernador Alberto Alvarado la Biblioteca Central del Estado, con el nombre del poeta Leopoldo Ramos, en la ciudad de La Paz. (Álvarez Rico entre Jalisco y Colima).
El día preciso de inicio del despegue bibliotecario sudcaliforniano, entonces, fue el 11 de septiembre de 1983.
En el primer semestre de 1985 anunciamos el anticipado cumplimiento, en esta entidad federativa, de uno de los objetivos primordiales del programa, que consistía en establecer un centro bibliotecario en cada cabecera municipal, que a la sazón eran cuatro, aunque para esa fecha ya estaban funcionando seis nuevas bibliotecas.
Una de éstas era la “Maestro Justo Sierra”, reinstalada ya el 1 de abril de 1978 en su actual edificio del “Sobarzo” (Altamirano y Constitución), donde se continúa custodiando el acervo que correspondió a nuestra capital dentro de aquel patriótico empeño de José Vasconcelos, y que en Sudcalifornia no se frustró, evidentemente.
El Sistema Nacional de Bibliotecas tuvo desde entonces el objetivo primordial de que dichos centros de consulta y lectura fuesen, además, lugares de expansión cultural y recreación mediante talleres, cursos, exposiciones y cuanto resultara menester para convertirlas en agentes dinámicos de desarrollo comunitario.
Al inicio del mandato del gobernador Liceaga Ruibal (1987) existían ya 12 instituciones que prestaban servicios bibliotecarios en esta mitad peninsular. Al término de esa administración operaban 22, es decir que el crecimiento sexenal en este campo fue de 83 %.
Hasta 1999 operaban en nuestro estado 39 bibliotecas:
Desde entonces a 2010 hay registro total de 57, o sea que en estos once años han sido creadas 18, aunque en el sitio web de la Red Estatal de Bibliotecas Públicas (http://isc.bcs.gob.mx/bicentenario/inicio/micrositios.php?id=11) aparecen 55: La Paz 17, Los Cabos 9, Comondú 15, Loreto 2 y Mulegé 12.
La celebración de estos 27 años del nuevo impulso sudcaliforniano en favor del establecimiento y operación de bibliotecas públicas, es buena ocasión para reflexionar en la significación que han tenido en la promoción de la cultura de Baja California Sur.


HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDALIFORNIANAS

SEPTIEMBRE

21 (1920). Se hizo cargo de la gubernatura del distrito Sur Agustín Arriola Martínez, como resultado del plebiscito dispuesto por el presidente Adolfo de la Huerta. El proceso electoral culminó con los comicios del 15 de agosto anterior que dieron el triunfo a Arriola quien, de acuerdo con don Pablo L. Martínez, “disfrutaba de grandes simpatías entre todas las clases sociales.” El nuevo gobernante sustituyó en el cargo al general Francisco D. Santiago, quien proveniente de la gubernatura de Nayarit lo había asumido en mayo de ese mismo año.

22 (1806). Nació en San José del Cabo Mauricio Castro Cota, quien tendría desempeño relevante en la resistencia de los sudcalifornianos contra la intervención norteamericana en 1846-1848. Murió en 1879.

LIBRERÍA


Guía de manuscritos concernientes a Baja California en las colecciones de la Biblioteca Bancroft, por Rose Marie Beebe y Robert M. Senkewicz, University of California, San Diego, 2002, Berkeley, 615 págs.

Si bien el historiador Arthur Walbridge North llamó “Madre de California” a la península bajacaliforniana en 1910, ésta ha recibido poca atención por parte de los investigadores norteamericanos, al grado de que los estudios sobre las misiones y los asentamientos civiles de Alta California parten de 1769, año de la llegada de los franciscanos a esa California continental provenientes del sur peninsular. Igualmente han sufrido desatención los estudios sobre las relaciones que se produjeron desde entonces entre ambas.
Ciertamente la historia de las Californias no empieza en 1769 en San Diego sino en 1533 con el arribo de Fortún Jiménez y sus amotinados a lo que hoy es La Paz.
Si bien se conservan grandes cantidades de documentos sobre el asunto californiano en archivos como el General de Indias, en Sevilla; el General de la Nación, en México; y el Histórico “Pablo L. Martínez”, de La Paz, así como en varios sitios menores, la Biblioteca Bancroft de la Universidad de California en Berkeley se distingue por la cantidad e importancia de su acervo en esta materia.
Los autores de la obra que hoy se reseña, catedráticos de Español e Historia, respectivamente, en la Universidad de Santa Clara, California, han empleado muchos empeños y tiempo a la catalogación cronológica de la documentación que se halla en dicho repositorio, que arrojó alrededor de 5,000 fichas, y que es mayormente asequible mediante los índices que conducen directamente a la información buscada.
La primera es de 1609 (copias de cédulas reales) y la última de 1987 (Mujeres de California en el campo de la botánica).
Finalmente puede decirse que instrumentos como éste constituyen valiosos y casi imprescindibles recursos para la investigación, pues la facilitan, estimulan y dinamizan.

ACTUALIDAD



LIBERTAD CANCELADA

El Senado de la República devolvió a sus bodegas el libro Baja California Sur: Historia de las instituciones jurídicas, del catedrático de la UABCS Joaquín Manuel Beltrán Quibrera, a raíz de que la única senadora por Baja California Sur se enteró de algunas partes que le disgustaron de la obra, cuyo autor, según ella, tenía una misión diferente a la de “exponer un ensayo político con sus particulares valoraciones sobre el desempeño de uno de los poderes, mucho menos utilizar calificativos ofensivos hacia sus titulares o ex-titulares.”
Indigna saber que un órgano de gobierno tan elevado como la cámara de Senadores se solidarice con el atrabiliario empeño de silenciar la palabra de un académico universitario en beneficio de un gobierno que en una democracia puede ser objeto de críticas y señalamientos que le ayudarían, en proporción a su receptividad y madurez, a enderezar rumbos y corregir desviaciones.
Nuestra apreciación es que la legisladora que promovió la mencionada coartación a una de nuestras más caras libertades, está estableciendo un negativo antecedente que pone en entredicho a la más alta tribuna del país donde el senador Belisario Domínguez alzó la voz para manifestar su condena al usurpador Victoriano Huerta, cuando éste asumió la presidencia del país luego de hacer asesinar a los señores Madero y Pino Suárez.
Dicha decisión contradice al magisterio senatorial, niega los principios del partido actual de la señora Cota, viola la libertad de expresión, atropella una aportación intelectual, ofende a nuestra institución universitaria, y falta al respeto a la inteligencia de los mexicanos, primordialmente la de los sudcalifornianos, negándoles acceso a un punto de vista que merece ser conocido, se esté o no de acuerdo con él.
Es de exigirse entonces que el libro arbitrariamente censurado se ponga en manos del público en general, que en un país de libertades como el nuestro tiene todo el derecho de leer y analizar, sobre todo ahora que el volumen fue prohibido en la más abominable acción inquisitorial.
Se trata de un hecho incuestionablemente penoso en el año de nuestros centenarios, que corre el riesgo de sentar precedente de legalidad, independientemente de que la reedición “corregida” del volumen, en su caso, será nuevamente con cargo al presupuesto en el que contribuimos todos.
Se ignora hasta este momento si el maestro aceptará o rechazará efectuar a su escrito las “adecuaciones” acordes a la afiliación política de la dama, pero el daño ya está hecho, sin duda, aunado a la consecuente circunstancia, no menos lamentable, de que se dejó a Baja California Sur sin volumen propio en el programa editorial del Senado en el bicentenario.
Como están las cosas, no vemos lejano el día en que las fuerzas oscurantistas hagan una pira en la explanada de palacio de gobierno con los libros políticamente inconvenientes al régimen, mientras se escucha el grito conocido, espantoso y temible de “¡muera la inteligencia!”

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

SEPTIEMBRE

12 (1860). Fue capturado y ejecutado en Nicaragua el filibustero William Walker, quien con un grupo de seguidores pretendió fundar la república de Sonora y Baja California, de la que se autoproclamó presidente en 1853; fue expulsado de la península y más tarde invadió Nicaragua e intentaba hacer lo mismo en Honduras cuando terminó ajusticiado. Nació el 8 de mayo de 1824 en Nashville, Tennessee (EUA).

14 (1719). El jesuita Juan de Ugarte botó en Mulegé la balandra “Triunfo de la Cruz”, primer barco construido íntegramente en las Californias.

17 (1958). Murió en la ciudad de México el poeta Leopoldo Ramos Cota, quien nació en El Triunfo (BCS) el 8 de junio de 1896, aunque vivió en Sonora a partir de los 7 años de edad. Desde muy joven ejerció el periodismo y fue telegrafista de las fuerzas de Francisco Villa, junto con Renato Leduc. Su técnica tiene como base la musicalidad del verso (con acentuación y medida personales); la rima es infrecuente en su poesía. Su primer libro es Urbe, campiña y mar (1932), donde acusa la influencia que tuvieron en su obra Ramón López Velarde y Salvador Díaz Mirón, en particular por el acento de provincia y uso de los adjetivos. Otras obras suyas son Presencias (1937), Bauprés (1942), Un hombre en la calle, Sobretarde y un soneto a la luna (1947), así como El mantel divino (1950). Durante muchos años hasta su muerte trabajó en Excélsior y Últimas Noticias; en su columna “Plegadera” estimulaba a los escritores jóvenes. Su obra fue exaltada, entre otros, por Alfonso Reyes y Alfonso Méndez Plancarte.

LIBRERÍA


Urbe, campiña y mar, por Leopoldo Ramos Cota, 1932.

El primer libro de poemas es la mejor obra del poeta triunfeño, “cuyos versos recorren las bellezas del mar Bermejo y el hechizo de los valles sonorenses... Expone con fervor el peligro inminente de que Baja California caiga en las redes del colonialismo norteamericano”, dice Armando Trasviña Taylor en su libro La literatura en Baja California Sur.
De la vasta producción de Ramos seleccionamos esta “Aria de los caminos viejos”:

El alba se diseña
con gesto de plegaria bajo un tápalo,
y una dulce honradez de enhorabuena
saluda en las veredas a mi paso...

No vuelvo a ti, mi amada, por el viejo
camino; está borrado por la espera.
Mis prisas inventaron el sendero;
pero ha soplado el viento
hasta cubrir con polvo de la sierra
la imagen desasida de mis huellas...

Saben, también, vengarse los caminos:
si no se les remira como a una mujer,
se desdibujan en olvido...

Como amigos que agitan
sobre sus nobles frentes una toca,
los árboles reciben
de mi volver la contenida angustia,
con su breve vorágine en la copa...

Y al hundir mi ansiedad entre los claros
de tu huerta vestida de memorias,
¡Qué deseo tan vivo en la conciencia
de tomar mi azaroso desengaño
como se toma a un padre, de la mano,
y desandar con él toda la senda...

ACTUALIDAD


A PROPÓSITO...

A propósito de que muchos hablan del florentino Nicolás Maquiavelo (Niccolò di Bernardo dei Machiavelli, 1469-1527) y pocos han leído su obra, especialmente la más conocida titulada El Príncipe, donde expone su filosofía política, se transcriben a continuación algunos fragmentos del pensamiento de este autor, al que todos, particulamente los que aspiran a ser considerados verdaderamente “políticos”, debieran leer para aprender de él y dejar de satanizarlo sin entenderlo.
Porque hay personajes en el ámbito del quehacer público sudcaliforniano que se dejan llamar “políticos” sin serlo en realidad, pues carecen de sustentos teóricos e ideológicos que resultan imprescindibles para el ejercicio de las tareas al servicio de los demás. Vaya, se dan casos en que ni siquiera están enterados del contenido de los documentos fundamentales de la institución política de la que provienen y merced a la cual están en tal posición. Son, en todo caso, buscachambas que piensan en la función gubernamental como medio para meter las manos en los presupuestos, y no como forma de hacer el bien a la sociedad que los coloca en los puestos públicos. De ahí que hoy se les vea en un partido y mañana en otro, siempre en búsqueda de oportunidades de colocación en un sitio desde el cual medrar, sin ofrecer nada a cambio, ni capacidad, ni eficiencia, ni honradez, ni un pasado del cual sentirse orgullosos.
Pero volvamos al maestro italiano del deber-ser político y su libro:
“El [gobernante] debe hacerse temer de modo que, si no se granjea el amor, evite el odio, pues no es imposible ser a la vez temido y no odiado; y para ello bastará que se abstenga de apoderarse de los bienes... de sus ciudadanos y súbditos; pero, sobre todo, abstenerse de los bienes ajenos, porque los hombres olvidan antes la muerte del padre que la pérdida del patrimonio. Luego, nunca faltan excusas para despojar a los demás de sus bienes, y el que empieza a vivir de la rapiña siempre encuentra pretextos para apoderarse de lo ajeno...
“Trate el [gobernante] de huir de las cosas que lo hagan odioso y despreciable, y una vez logrado habrá cumplido con su deber... Hace odioso, sobre todo..., el ser expoliador y el apoderarse de los bienes... de los súbditos, de todo lo cual convendrá abstenerse. Porque la mayoría de los hombres, mientras no se ven privados de sus bienes y de su honor, viven contentos.
“El [gobernante] también se mostrará amante de la virtud y honrará a los que se distingan en las artes. Asimismo dará seguridades a los ciudadanos para que puedan dedicarse tranquilamente a sus profesiones, al comercio, a la agricultura y a cualquiera otra actividad; y que unos no se abstengan de embellecer sus posesiones por temor a que se las quiten, y otros de abrir una tienda por miedo a los impuestos.
“No es punto carente de importancia la elección de los [colaboradores], que será buena o mala según la cordura del [gobernante]. La primera opinión que se tiene del juicio de un [gobernante] se funda en los hombres que lo rodean: si son capaces y fieles, podrá reputárselo por sabio, pues supo hallarlos capaces y mantenerlos fieles; pero cuando no lo son, no podrá considerarse prudente a un [gobernante] que el primer error que comete lo comete en esta elección.
“Pues hay tres clases de cerebros: el primero discierne por sí; el segundo entiende de lo que los otros disciernen; y el tercero no discierne ni entiende de lo que los otros disciernen. El primero es excelente, el segundo bueno y el tercero inútil.
“Para conocer a un [colaborador] hay un modo que no falla nunca. Cuando se ve que un [colaborador] piensa más en él que en uno, y que en todo no busca sino su provecho, estamos en presencia de un [colaborador] que nunca será bueno y en quien el [gobernante] nunca podrá confiar...”
(En el original se lee “príncipe” donde escribimos entre corchetes “gobernante”, y dice “ministro” donde anotamos “colaborador”.)
Estamos en buen tiempo, el de inminentes cambios en las estructuras del poder estatal, de que los alucinados por éste dejen de tener puesta su atención en las ahora vacías y endeudadas arcas del erario, y vuelvan sus ojos misericordiosos a las lecturas de quienes, como Maquiavelo, Max Weber, Azorín, Jesús Reyes Heroles, los recién desaparecidos Monsiváis y Dehesa, Daniel Cosío Villegas y hasta el mismo Baltazar Dromundo, tienen bastante que ofrecerles en materia de sustento a sus obsesiones.
Tampoco les vendría mal leer la Constitución del Estado.

em_coronado@yahoo.com/

HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

SEPTIEMBRE

8. Fiesta tradicional de la ciudad de Loreto, cuando se recuerda la inauguración de su templo misional, en 1704.

9 (1997). Murió en La Paz (BCS) el teniente coronel César Atilio Abente Benítez, figura sobresaliente en la historia de las comunicaciones aéreas de esta parte de México, donde radicó y a la cual sirvió denodadamente desde su juventud. Nació el 8 de abril de 1910 en Asunción, capital de Paraguay.
En el Colegio Nacional de la capital de su país cursó los estudios básicos y superiores, y enseguida se incorporó como cadete al ejército paraguayo.
Más tarde surgió el conflicto entre Paraguay y Bolivia por la región conocida como El Chaco, que dio nombre a la posterior guerra entre ambos países (1932-1935). Abente conoció por esa época al piloto mexicano Pablo L. Sidar, quien lo invitó a estudiar aviación en México; aceptó la oportunidad así como una beca que le fue concedida por el presidente Plutarco Elías Calles.
Se graduó en la Escuela Militar de Aviación a los 24 años de edad, ya con el apodo afectuoso de el “Che”, e inmediatamente fue requerido para regresar a servir a su patria; luego de un breve curso en aviones de combate entró a la lucha, en la cual obtuvo las medallas “Cruz de Defensor de la Patria” y “Cruz del Chaco”, máximas preseas de reconocimiento del gobierno paraguayo.
Volvió a México donde solicitó y logró la nacionalidad de este país, pero en tanto se resolvía su petición estuvo en Nicaragua como instructor de vuelos y piloto particular del presidente Anastasio Somoza, a resultas de lo cual recibió el grado de capitán piloto aviador.
Ya con la nacionalidad mexicana, el Che ingresó a la Fuerza Aérea del país, que entró a la II Guerra Mundial en 1942. Fue asignado al escuadrón 201 que tenía la misión de patrullar las costas del golfo de México para proporcionar protección a la navegación marítima.
Lo cambiaron al territorio de Quintana Roo, y en enero de 1945 al escuadrón 203 que tenía su base en la capital de Baja California Sur, donde asumió el cargo de segundo comandante. La Paz contaba apenas con una pista de tierra muy corta, suficiente para los aviones del escuadrón pero no para aeronaves más grandes, así que el Che gestionó el apoyo del gobernador Francisco J. Múgica y pudo ampliar la pista, lo que permitió el aterrizaje del DC-3 para propiciar un decisivo desarrollo regional.
Desde el mismo 1945 fue ascendido a comandante de su escuadrón.
La damita paceña Gloria Arámburo Barrera fue su esposa el 18 de marzo de 1947, de cuya unión nació Marco Antonio (Qepd), y de éste sus nietos Chiara, Bárbara y Norvell.
Por esas mismas fechas se le comisionó a Sonora al mando de una escuadrilla para colaborar en la campaña contra la siembra ilegal de enervantes. Al año siguiente regresó con un avión y luego adquirió otro más en los que comenzó a dar instrucción de vuelo; ésta constituyó la primera escuela de aeronáutica de Baja California Sur donde obtuvieron sus alas buena cantidad de pilotos.
En 1948 le fue confiada también la comandancia del aeropuerto civil de La Paz, ubicado en los terrenos donde están actualmente el palacio de gobierno y el fraccionamiento Perla. Igual confianza mereció para ser comandante del aeropuerto internacional que fue inaugurado en 1953.
Durante la primera etapa de construcción de la carretera transpeninsular (alrededor de 1950), el Che fue piloto de la Tycsa (Talleres y Construcciones, S.A.) y abrió las pistas del kilómetro 28, de Santa Rita y la colonia María Auxiliadora. En esta última, algún tiempo más tarde, hallaron la muerte el piloto Fernando Abente Perrín, hijo del primer matrimonio del Che, y sus pasajeros. El segundo de sus descendientes fue Norvell Abente Martin.
Por esos años cultivó amistad con el periodista Fernando Jordán Juárez, a quien transportó por gran parte de este Otro México y dio generoso hospedaje en su hogar, donde el escritor perdió la vida por decisión personal.
De 1972 (año anterior a su retiro de la Fuerza Aérea Mexicana como teniente coronel) hasta 1977, le fue otorgada la comandancia del aeropuerto internacional de Loreto, donde participó con igual entusiasmo en las obras de ampliación y fundó la primera escuela de vuelo de esa ciudad.
Se jubiló siendo decano de la Asociación de la Escuela Militar de Aviación, A.C., portando las medallas de su país nativo, las mexicanas de Perseverancia y al Mérito Militar, el Collar del Cuerpo de Defensores de la República y la de pertenencia a la Legión de Honor de la secretaría de la Defensa Nacional.
Pero ante todo dejó al marcharse para siempre el 9 de septiembre de 1997 en La Paz, Baja California Sur, un cimentado prestigio de rectitud, servicio y lealtad a sus patrias.
(Información basada en la biografía que con motivo de su fallecimiento elaboró el capitán piloto aviador Enrique Guerrero Osuna, presidente de la Asociación Estatal de la Escuela Militar de Aviación, A. C.)

10 (1879). Nació en La Paz Nicolás T. Antuna, quien sería revolucionario sudcaliforniano. Murió el 13 de agosto de 1913 en El Copalar (hoy ejido Santa Cruz), municipio de Los Cabos.

LIBRERÍA


History of the Pacific States of North America, por Hubert Howe Bancroft, vol. X: North Mexican States (1531-1800), A. L. Bancroft & Company, Publishers, 1883, 751 págs.

Contiene 27 capítulos que son, en su orden: Cortés en las costas del mar del Sur (1521-1530), Nuño de Guzmán en Sinaloa (1530-1531), Cortés, Guzmán y Cabeza de Vaca (1532-1536), Niza, Ulloa, Coronado y Alarcón (1537-1542), Anales de Nueva Vizcaya (1554-1600), Viajes al noroeste (1540-1600), Exploraciones martítimas (1601-1636), Exploraciones al golfo de California (1636-1769).
Anales de Sinaloa y Sonora (1600-1650), Anales de Sonora y Sinaloa (1650-1700), Ocupación jesuítica de Baja California (1697-1700), Anales de Nueva Vizcaya (1600-1640), Historia de Nueva Vizcaya (1641-1700), Nuevo México, Coahuila y Texas (1600-1700), Anales de Baja California (1701-1717), Anales jesuíticos de Baja California (1717-1750), Baja California: jesuitas y franciscanos (1650-1769).
Sonora y Sinaloa (1701-1730), Anales de Sonora y Sinaloa (1731-1751), Los últimos jesuitas en Sonora (1752-1767), Nueva Vizcaya o Durango y Chihuahua (1701-1767), Texas, Sinaloa y Nuevo México (1701-1800), Nueva Vizcaya, Provincias Internas e Intendencia de Durango (1768-1800), Sonora y Sinaloa (1768-1800), Franciscanos y dominicos en la península [de B. C.] (1769-1774), Anales de Baja California (1775-1800) y Ocupación de Alta California (1769-1800).
Todo lo cual constituye, según puede verse, un extenso estudio sobre la historia de las entidades norteñas de México desde las primeras expediciones cortesianas hasta los finales de la decimoctava centuria en que los franciscanos ocuparon la California continental.
Por si fuera poco, la obra se adiciona de un nutrido índice onomástico y buena cantidad de mapas, todo lo cual aporta valiosos materiales a los interesados en estos temas a partir de los estudios del señor Bancroft (1832 - 1918), historiador, hispanista y bibliógrafo estadounidense.