ACTUALIDAD



LOS MÉRITOS

Existe confusión general en cuanto a los méritos.
Hay la tendencia a magnificar la obra de la gente en el poder gubernamental o académico, aunque en realidad está hecha siempre con recursos ajenos.
Se cree erróneamente que todo fruto personal tiene mérito, a pesar de que sea producto de un empleo remunerado.
Tal vez por meritorio deba entenderse más bien aquello, de valor para los demás, que resulta de un esfuerzo personal adicional, por el que no se recibe estipendio.
Tiene mérito, creemos, lo que resulta de una acción generosa, desprendida, sin más objetivos que la satisfacción individual y el bien de los otros, sin que medie el lucro o la búsqueda de ganancia.
El trabajo puede tener valor, pero no propiamente mérito si por hacerlo hay de por medio utilidad económica.
El mérito tiene que ver, quizá, con el esfuerzo que alguien hace fuera de sus horas normales de trabajo (del cual vive), lo que conlleva un determinado grado de dificultad.
Mérito posee, sin duda, el libro que el servidor público escribe en horario inhábil, las tareas que realiza el académico en fines de semana y periodos vacacionales, por las cuales no le pagan; el artista que enriquece al mundo con su talento, sin cuestionarse por la retribución; el ciudadano que desarrolla labores socialmente útiles en periodos que otros dedican al reposo.
Todo eso es lo que tiene real mérito, y no el simple desempeño, bueno o malo, de una responsabilidad.
Especialmente lo tiene una labor que se realiza por convicción o vocación a pesar de los que le oponen argumentos u ofrecen obstáculos para efectuarla.
Mérito es, seguramente, virtud que obtiene mayor significación en lugares donde las aportaciones magnánimas son incomprendidas, por lo regular, inapreciadas, y en ocasiones hasta objetos de burla; en sociedades donde abunda la mediocridad, el ansia por lo material, la patanería, el gusto estético deformado por la ignorancia, la simpleza, la chabacanería, la vulgaridad y la ordinariez, alentados por los administradores de su vida pública.
Que no nos salgan, entonces, con que cualquiera tiene mérito.
Hay que fijar muy bien los términos.


em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES

ABRIL

26 (1920). Nació en la ciudad de México Fernando Jordán Juárez, quien sería periodista, escritor y poeta autor de reveladores escritos sobre la península de Baja California. Murió el 14 de mayo de 1956.

28 (1855). Por decreto del presidente Antonio López de Santana quedaron exentos de pago de aranceles las exportaciones de metales que no fueron beneficiados en la península de Baja California, lo cual resultó de grande utilidad a la minería pues fueron vendidos varios cargamentos a Francia.

30 (1772). El virrey Antonio María de Bucareli expidió un decreto que legalizó el convenio de dominicos y franciscanos, mediante el cual aquéllos se hacían cargo de las misiones californianas peninsulares, y los segundos quedaban definitivamente en la Alta o Nueva California.

MAYO

1 (1699) Salió de Loreto el jesuita Francisco María Píccolo al sitio denominado Viggé por los nativos, donde halló, según anotó despues el padre Juan María de Salvatierra, “una cañada espaciosa, tan amena, tan llena de arboledas, que todos se llenaron de alegría”, y ahí fue establecida la cabecera de la misión de San Francisco Javier.

LIBRERÍA


Los últimos californios, por Harry S. Crosby, Gobierno de BCS, 1992, La Paz, 162 págs.

Cuando esta obra fue publicada originalmente en inglés (The last of the Californios) por Copley Books de La Jolla, [Alta] California, en 1981, fue consecuente advertir que debía ser conocida por los hispanohablantes, de modo particular por los pobladores de esta California mexicana.
Mediante una sencilla gestión obtuvimos pronto la autorización de los editores y, por su conducto, del autor, para llevar a cabo la edición en nuestro idioma.
Luego se pudo conseguir la entusiasta y generosa disposición de Enrique Hambleton para efectuar la traducción y, al final, la presentación. Se contó también con la aportación del ayuntamiento de La Paz y el apoyo de la comisión estatal conmemorativa del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos.
En ella se ofrece la visión –objetiva pero no exenta de buena dosis de admiración y sincera simpatía- de un estadounidense sobre la vida de los sudcalifornianos de la sierra, donde aún sobreviven la sangre, los usos, costumbres, modos y formas de producción de los primeros habitantes europeos de esta tierra.
Se halla dividida en siete capítulos: Un día en un rancho de la sierra; La gente de razón; La disputa por la tierra; Retrato de los californios; La sierra de Guadalupe; Lámparas nuevas a cambio de viejas; y Un hombre de las montañas.
Ahí se entretejen historia, crónica y existencia cotidiana en lenguaje llano y directo, al grano, como les gusta hablar a sus personajes, la gente montañesa, “de buen corazón en el mejor y más amplio sentido de la palabra, no sólo por naturaleza sino como rasgo cultivado que una generación alienta en la siguiente.”
Crosby, explorador, fotógrafo, investigador y redactor de algunos libros con temas peninsulares, hizo con este volumen una invaluable contribución al conocimiento, la difusión y la toma de conciencia de “lo californio”, de la Sudcalifornidad que en nuestras montañas mantendrá vigencia y se proseguirá preservando por mucho tiempo más.

ACTUALIDAD



CIVISMO Y ECONOMÍAS

En una breve nota de seis párrafos quedó flagrantemente exhibida la escasa escolaridad, la incompetencia intelectual y la poca sensibilidad política, por decir lo mínimo, en las declaraciones recientes de quien, por la magia de la irresponsabilidad y el desparpajo “parlamentario” en el congreso sudcaliforniano, encabeza a la mayoría de los diputados del partido hasta ahora en el poder.
Este señor se ha permitido la insolencia de expresar que “la intención de anular el traslado de los poderes a otras localidades [fuera de la capital del estado, se entiende], busca que esta inversión se destine a mejores beneficios de la ciudadanía y deje de ser un mero acto cívico.”
Imperdonable insolencia es insinuar públicamente que los sudcalifornianos constituimos una población de retrasados mentales, tan ignaros y escasos de entendimiento como para pensar -como el diputado pretende que pensemos- que la cancelación de los cambios transitorios de sede de los poderes estatales pudiere significar un ahorro notable en las finanzas públicas, y derivarlo en “mejores beneficios” sociales, que la evocación de hechos notables de nuestra historia.
Tal vez el diputado lo ignore, pero cómputos conservadores calculan en treinta millones de pesos el costo del penúltimo informe del ejecutivo estatal; ese gasto pudo y debió haberse aplicado en “mejores beneficios” sociales.
Atrevimiento inexcusable es decir que esas mismas radicaciones temporales en fechas de ocurrencia anual son “meros” actos cívicos, lo cual significa lo mismo que “simples” actos cívicos o “solamente” actos cívicos, como si las conmemoraciones del calendario fuesen prescindibles, como si no constituyeran componentes de nuestra identidad nacional y regional, de nuestro sentido de pertenencia e ingredientes sustanciales de la dignidad del pasado común.
Partiendo de esa proposición, estaríamos en condiciones de renunciar, por ejemplo, a las celebraciones del bicentenario independentista y los cien años del inicio revolucionario; en fin, de toda reminiscencia histórica. Y de aquí en adelante, sólo cumplir las funciones biológicas de “creced y multiplicaos”, con sus intermedios de comed y... todo lo demás.
Tal sistema de creencias y actitud de este señor que está ahí (y donde es probable que se conserve por lo que resta del sexenio) para elaborar las normas que rigen la convivencia comunitaria -no para negarlas sin basamento válido-, nos coloca en grave riesgo a todos los habitantes de Baja California Sur. En peligro de que, con la misma facilidad e igual ausencia de convicción social y de civismo, trate todos los asuntos que atañen a los procesos legislativos de la entidad.
Quizá muchas de las conductas antisociales que ensombrecen la vida pública nacional, y en particular la de Baja California Sur, tengan relación con actitudes como la de este delegado distrital, quien seguramente no desconoce que el partido al que pertenece, en su declaración de principios, y luego de hacer recuento del bisecular proceso histórico mexicano, afirma que esos “episodios de la vida de nuestro pueblo... integran, asimismo, un horizonte y un marco orientador para encauzar los problemas y los desafíos que en cada etapa a cada generación corresponde enfrentar y resolver.”
Enseguida, el mismo documento sostiene que dicho instituto “finca en esos valores y en esa tradición los principios que le dan vida como organización política y sus compromisos contraídos ante la nación.”
De igual manera se halla en obligación de saber que en el espíritu de las conmemoraciones cívicas se halla el requerimiento de traer a la memoria de la comunidad los principios y valores que la erigieron y consolidaron. Lejos de ser sólo recordaciones o “fiestecitas”, los actos cívicos conllevan el objetivo de afirmar esos elementos axiológicos esenciales y, por tanto, imprescindibles de la colectividad social.
Intuimos que lo llevó a esta frívola determinación la resistencia a enfrentar la evidente inconformidad, la irritación y el rechazo de las poblaciones de esta media península a sus autoridades, percibibles ya en todas partes y a todas horas. A estas alturas se comprende que rehuyan dar la cara a los ciudadanos que tienen tantos cuestionamientos qué hacer a este régimen.
Por el contrario, un gobierno que dice estar “cerca de la gente” debiera multiplicar el traslado de los poderes (de la gente) a más poblaciones del estado, no nada más a la dinámica aunque injustamente abatida Ciudad Constitución el 5 de Febrero, a la esforzada Ciudad Insurgentes el 27 de Septiembre, a la Heroica Mulegé el 2 de Octubre, al Histórico Loreto el 11 de Octubre, y al mágico Todos Santos al día siguiente, sino a otras varias poblaciones que esperan a sus gobernantes para decirles lo que piensan...
Sin duda este señor debe una disculpa a los sudcalifornianos, sobre todo a los de su jurisdicción electoral, y, en el mejor de los casos, una retractación de sus declaraciones e intenciones anticívicas.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA

EFEMÉRIDES

ABRIL

19 (1876). Murió en La Paz el coronel Máximo Velasco, jefe político de Baja California Sur desde un año antes en sustitución del general Bibiano Dávalos. Su breve administración enfrentó serios desencuentros con el vicario apostólico Ramón Moreno y Castañeda, principalmente por el desacato de éste a las Leyes de Reforma.
Comenta don Adrián Valadés, contemporáneo de estos acontecimientos, que “Velasco era un joven apreciabilísimo por sus cualidades personales..., un liberal sincero y progresista, justo, de una honradez acrisolada, ilustrado y de un criterio lleno de sensatez. El nuevo jefe político safisfizo las aspiraciones de la sociedad de La Paz.”
La contienda entre las autoridades política y religiosa dividió los ánimos de los paceños a pesar del espíritu conciliador que interpuso Velasco, al decir de don Adrián. Todo ello devino conflicto desde el púlpito y la prensa, habiéndose creado por las partes sendos periódicos; el del bando laico se denominó El Pueblo.
El obispo, que continuó su campaña en el gobierno del coronel Francisco Miranda y Castro, hubo de salir de la entidad el 1 de noviembre del mismo 1876.
La plaza principal de la capital sudcaliforniana lleva el nombre del ilustre gobernante.

LIBRERÍA


Historia del Estado de Baja California Sur, por Leonardo Reyes Silva, La Paz, 1975.

Esta obra fue realizada por la vía del autofinanciamiento de autor, quien cinco años antes había editado también su Geografía del Territorio de Baja California, de 44 páginas, igualmente para aprendizaje de los alumnos de tercer grado de educación primaria.
La que ahora nos ocupa consta de 116 páginas en las que están incluidos veintitrés lecciones y un cuaderno de trabajo. En la presentación, el maestro dice que “Conocer la historia del Estado de Baja California Sur es un deber de todos los habitantes de esta hermosa región de México. Con más razón, los niños que asisten a las escuelas de enseñanza primaria deben empezar a comprender los acontecimientos históricos más importantes para que, posteriormente, tengan una visión elemental de los hechos ocurridos a través de los años en Sudcalifornia.”
Explica enseguida que “corresponderá a los maestros la tarea de dosificar los conocimientos y utilizar los auxiliares didácticos a fin de que los alumnos puedan apreciar, con el máximo de objetividad, la historia de nuestra patria chica.”
Se trata del fruto de la acuciosa investigación de un profesor que lo fue del nivel escolar al cual ofreció su contribución; un historiador-abeja, que “busca ser hombre de ciencia a la hora de establecer los hechos, y se convierte en artista en el momento de transmitirlos”, como lo clasifica don Luis González y González.
Es un significado estudio de microhistoria, historia matria, historia arqueológica (Nietzsche), regional, local, comarcana, estatal o como se adapte mejor al gusto, que todos deberían conocer, pues a pesar de su elementalidad va destinada también a un lectorio diverso, por su manifiesta intención didáctica.
Ediciones posteriores fueron llevadas a cabo en 1977 y 1989, esta última patrocinada por el gobierno de Baja California Sur mediante su dirección de Cultura, de 132 páginas, que abarca hasta la administración de Víctor Manuel Liceaga.

ACTUALIDAD


ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ZAPATA

Este sábado 10 de abril se cumplieron 91 años de la fecha aciaga en que las balas de la traición segaron la vida de Emiliano Zapata, en el mismo estado de Morelos donde nació hacía 40 años, y donde conoció los abusos del caciquismo y los latifundistas.
Por eso durante mucho tiempo dedicó sus energías y talento a organizar reuniones entre sus coterráneos y enseñarlos a defender sus derechos. Los campesinos le dieron a conocer documentos que demostraban que ellos eran los verdaderos dueños de las tierras, y al confirmar su veracidad encabezó el derribamiento de cercas puestas por los terratenientes, invadió los campos y restituyó sus propiedades a la mayor parte de sus compañeros de lucha.
En cuanto se enteró de que el pueblo mexicano, convocado por don Francisco I. Madero se había levantado en armas contra el gobierno de Porfirio Díaz, movilizó a más de mil campesinos morelenses armados que iniciaron la revolución en el sur del país. Es indudable que las acciones militares que el caudillo dirigió influyeron decisivamente en la caída de la dictadura.
Al ascender el señor madero a la presidencia de la República, Zapata se sintió defraudado al comprobar que, en el nuevo gobierno, la mayoría de los porfiristas obtenían los puestos más importantes, con lo cual se dejaba a un lado la solución de los graves problemas del campesinado.
El jefe revolucionario del sur reaccionó desconociendo al régimen de Madero y enarboló la bandera del agrarismo con el plan de Ayala. Su ejército se fue haciendo cada vez mayor, compuesto por hombres y mujeres de los estados de Morelos, Guerrero, Puebla y Oaxaca, quienes al grito de Tierra y Libertad se convirtieron en insobornables defensores del pensamiento agrarista de la Revolución.
Cuando en febrero de 1913 fueron asesinados el señor Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez por instrucciones del general Victoriano Huerta, quien actuaba con el apoyo y la asesoría del embajador norteamericano para tomar el poder, Zapata se levantó nuevamente en armas contra el usurpador y contribuyó así al triunfo de la Revolución Constitucionalista que abanderaba don Venustiano Carranza.
Durante la convención revolucionaria de 1914 -en la que participó nuestro Félix Ortega Aguilar-, los delegados zapatistas lograron que todas las fuerzas del movimiento triunfante adoptaran como propio el plan de Ayala. Pero en aquel congreso se recrudecieron las diferencias políticas, que desembocaron en la insurrección de Francisco Villa contra el presidente Carranza. Emiliano se colocó al lado de los villistas y ambos fueron combatidos por el gobierno que, incapaz de acabar con la rebelión sureña, urdió la traición.
Zapata fue invitado a parlamentar con el jefe carrancista Jesús María Guajardo en la hacienda de Chinameca; al llegar a la cita, sin darle tiempo a defenderse fue acribillado a balazos junto con los pocos hombres que lo acompañaban. Era el mediodía del 10 de abril de 1919.
La recordación de su muerte en esta columna tiene el propósito de traer a la memoria la vigencia de la lucha histórica de Emiliano Zapata Salazar y su Ejército Libertador del Sur por la justicia para los campesinos de México.
Ocasión adecuada también para impugnar las invasiones que el clientelismo político ha ensombrecido aún más el escenario actual de corrupción en Baja California Sur; para reivindicar el derecho de los verdaderos dueños de la tierra.
Para tener presente que, por todo ello, los problemas, las esperanzas y los empeños del auténtico zapatismo tendrán que ser elementos constitutivos en la formación de las nuevas camadas de sudcalifornianos una vez que retomemos la marcha largamente interrumpida del verdadero desarrollo de esta tierra.
Para no olvidar, en fin, que aún debemos reconocimiento, gratitud y mejorestar a la gente que en las tareas cotidianas del campo proveen nuestra mesa y la posibilidad real de un futuro superior para todos.

em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

ABRIL

12 (2009). Murió el doctor Francisco Cardoza Carballo, profesor, médico y político de méritos sobresalientes en la historia de Baja California Sur por sus aportaciones al desarrollo de instituciones al servicio del pueblo sudcaliforniano.
Su existencia al servicio de Baja California Sur, en cuya capital nació el 4 de mayo de 1913 -vástago de dos familias de hondo arraigo sudcaliforniano- y donde cursó los estudios básicos, se inició al término de la carrera de docente de educación primaria en la escuela Normal de Profesores, después convertida en escuela Normal Regional.
En la escuela Nacional de Maestros de la ciudad de México terminó la especialidad de maestro de enseñanza superior el año 1933, y en la misma capital de la República cursó el bachillerato y la carrera de Medicina, que culminó en 1940.
En esa época, la morbilidad y mortalidad a causa de la tuberculosis era un grave problema de salud en nuestro país; ello lo llevó a insistir ante el gobierno territorial, una vez integrado al solar nativo (de cuya Sociedad Médica fue fundador), para la edificación y operación de la unidad antituberculosa, así como del preventorio para hijos de las personas con ese padecimiento.
Posteriormente fue fundador y director de los servicios médicos del Imss y del Issste.
Algunos años antes había contraído matrimonio con la señorita María Asunción Macías Pérez, en cuya unión procrearon cuatro hijos, médicos dos de ellos.
El doctor Cardoza fue miembro protagónico del Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS) que entrevistó al jefe político de la entidad, general Francisco J. Múgica, para plantearle el requerimiento de que Baja California Sur fuese gobernada por un sudcaliforniano. Como consecuencia de ello, el revolucionario envió su renuncia al presidente Manuel Ávila Camacho, quien recibió a los representantes sociales y determinó designar como su delegado en el gobierno sudpeninsular al general Agustín Olachea Avilés, en 1946, quien dirigió una positiva administración.
Participó activamente también en una segunda y tercera etapas del FUS (1958 y 1964-1965) que enfrentó abusos del poder local, exigió el nombramiento de gobernantes civiles para Baja California Sur y otros avances de beneficio colectivo. Todas estas demandas obtuvieron respuestas idóneas del ejecutivo federal.
Puso luego su experiencia e interés por el desarrollo regional en el movimiento “Loreto 70”, que propició el nombramiento de un gobernador nativo y civil, el Ing. Félix Agramont Cota, a quien correspondió emprender la reinstauración del municipio libre (1971-1972) y la conversión del territorio de Baja California Sur en estado (1974-1975).
Fundó la clínica Nuestra Señora de La Paz, donde ejerció privadamente su profesión aún después de su haberse jubilado, y en la cual varias generaciones de médicos han tenido oportunidad de ofrecer atención a la salud.
A su muerte dejó tras de sí la lección de entrega generosa a los afanes por la autonomía y el mejoramiento de su tierra en todos los órdenes.

13 (1973). Murió en La Paz el general Agustín Olachea Avilés. Por sus elevados servicios al país, y en particular a Baja California Sur, sus restos mortales fueron reinhumados en la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres. Nació el 3 de septiembre de 1880 en San Venancio, delegación de Todos Santos (BCS). Participó en la huelga de Cananea (Son.) y luego en el movimiento maderista de 1910; posteriormente fue gobernador de ambas entidades de la península de Baja California; en el sur llevó a cabo una significativa labor de promoción agrícola.
Fue presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional y secretario de la Defensa Nacional.

LIBRERÍA


El grupo pericú de Baja California, por Fermín Reygadas Dahl y Guillermo Velázquez Ramírez, 1983, Fonapas-Ayto. Los Cabos, BCS, 119 págs.

El trabajo se divide en tres partes, la primera de las cuales proporciona una visión general sobre arqueología y etnografía de la Baja California: el poblamiento peninsular, rutas de inmigración, evidencias óseas y características físicas de los primeros pobladores, testimonios arqueológicos de la presencia de seres humanos en esta región, las tradiciones culturales Comondú y Las Palmas, así como los grupos históricos: cochimíes, guaycuras y pericúes.
La segunda parte comprende aspectos geográficos de la región que poblaron los pericúes: localización geográfica, estructura geológica, fisiografía, climatología, hidrología, corrientes marinas, flora y fauna.
La parte final se refiere al patrón de asentamiento y los modos de subsistencia del grupo pericú: distribución y características de los sitios arqueológicos y material de superficie asociado a éstos, modelo de subsistencia y conclusiones.
Obra importante es ésta de la prehistoria californiana que lamentablemente sólo se puede conocer en alguna de las bibliotecas públicas y el archivo histórico del estado, ya que la edición fue de 500 ejemplares y hace tiempo que está agotada.

ACTUALIDAD


CRÓNICA DEL FORO JUVENIL

El foro “Visión de futuro” se efectuó en La Paz el sábado 20 de este marzo (2010), organizado por el Partido Revolucionario Institucional con el propósito de escuchar todo aquello que los jóvenes sudcalifornianos quisieran decir y que generalmente se inhiben de expresar por falta de espacios idóneos.
Asistieron de todos los municipios de Baja California Sur, para integrar un entusiasta cónclave de alrededor de ciento sesenta personas.
Ello se inscribió en las conmemoraciones del natalicio de don Benito Juárez y la muerte de Luis Donaldo Colosio, y en tan amable asamblea de espíritus comprometidos con sus ideales y preocupados por las circunstancias que enfrentan, este cronista tuvo el grato encargo de fungir como relator. De todo cuanto ahí ocurrió quedan, además, grabaciones audiovisuales que darán testimonio a la posteridad de las inquietudes juveniles de los sudcalifornianos en este momento de su historia.
Fueron cuatro horas de ponencias, demandas y comentarios claros, inteligentes y sustanciales, que a los adultos nos dejaron lecciones del valor civil, las lúcidas inquietudes y la mesurada impaciencia de las nuevas generaciones de esta tierra, a cuyo desarrollo pretenden contribuir pero que inexplicablemente les niega oportunidades de participar.
Fueron escuchadas ahí todas las voces que quisieron dejarse oír, incluso de un par de dirigentes juveniles de otra corriente política, que en sus breves exposiciones celebraron la realización de dicho parlamento, emitieron su inconformidad por el incremento al iva aprobado por los diputados priistas en la cámara federal e hicieron saber, a grandes rasgos, la posición de su partido en relación a algunos aspectos de la vida nacional y estatal.
Pero -valga aclararlo- nada dijeron de lo que se leyó en la nota que el reportero de la fuente Miguel Rubio (con la buena fe periodística que todos le reconocemos) publicó al siguiente día en El Sudcaliforniano, sin duda en base al boletín respectivo, en la cual habrían hecho recuento del apoyo que las recientes administraciones gubernamentales han dado a los jóvenes desde 1999. Tampoco hablaron del requerimiento de “un proyecto joven en BCS que beneficie no a un grupo o cúpula de hijos de políticos sino a la juventud sudcaliforniana en general.” Creemos, sin embargo, que hubiera sido conveniente que lo hubiesen dicho.
Las últimas intervenciones, para cerrar la reunión, fueron del presidente estatal de la institución organizadora, quien ofreció que las proposiciones se integrarán a las nuevas acciones de su partido y constituirán la plataforma de sus candidatos; y de la diputada federal por nuestra entidad, quien afirmó que “éste fue un ejercicio de autoestima”, y opinó que los asuntos de la juventud merecen ya ser atendidos en una secretaría del gobierno estatal; en alusión a las condiciones actuales de inseguridad en que vive la sociedad regional, convocó a “impedir que los malos gobiernos secuestren nuestra libertad.”
Ambos explicaron algunas dudas planteadas en el transcurso de los trabajos relativas a sus correspondientes competencias, y finalmente se llevó a cabo el sorteo de dos becas, con los nombres respectivos de Juárez y Colosio, que ganaron sendas estudiantes de educación superior de Baja California Sur.
De ahí salimos todos con nuevas razones para revitalizar el optimismo, y con la certeza de que, en manos de esta juventud, los cambios necesarios para un mejor futuro sudcaliforniano están garantizados y cercanos.

em_coronado@yahoo.com


HISTORIA


EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

ABRIL

6 (1962). Murió en la ciudad de México Raúl Antonio Carrillo Salgado, médico y maestro sudcaliforniano, impulsor de la salud pública en su entidad natal. Nació en La Paz (BCS) el 13 de junio de 1909.

8 (1730). Fue fundada la misión de San José del Cabo por el sacerdote jesuita Nicolás Tamaral y el padre visitador José de Echeverría, con el patrocinio económico del marqués de Villapuente. Quedó ahí como ministro el P. Tamaral, quien estableció visitas en La Soledad y Santa Rosa, y fue muerto en este último lugar en los inicios de la insurrección pericú de 1734-1736.

8 (1748). Murió en Loreto el jesuita Clemente Guillén, al cabo de 34 años como misionero en California. Nació en la capital de Zacatecas en 1677. Ingresó al noviciado en la Compañía de Jesús a los 19 años de edad y fue ordenado sacerdote diez años más tarde en Oaxaca. Zarpó rumbo a California en 1713 y en el viaje sobrevivió a un naufragio. Se le envió de ministro a la misión de San Juan Bautista Ligüí o Malibat y luego fundó la misión de Los Dolores. Fue extraordinario caminante y explorador, cronista de sus descubrimientos, cofundador de la misión de Nuestra Señora del Pilar de La Paz en 1720 junto con los padres Jaime Bravo y Juan de Ugarte. Lo designaron enseguida visitador de las misiones californianas, en cuyo carácter enfrentó la insurrección pericú de 1734-1736. En la propia California fue superior y de nuevo visitador de las misiones. Volvió a Los Dolores y posteriormente se retiró por enfermedad a Loreto, donde falleció.

LIBRERÍA


Los misioneros muertos en el norte de Nueva España, por Atanasio G. Saravia, 2ª. edición, Ediciones Botas, México, 253 págs.

Se aclara que la primera edición fue hecha en Durango en 1920, por lo que fue realizada esta segunda, sin fecha.
Consta de 13 capítulos, en cuya introducción se habla del destacado papel que desempeñaron en la conquista y colonización de la América española los religiosos de diversas órdenes, y el hecho de que, en tanto la predicación se llevaba a cabo con relativa facilidad en el sur y en el centro novohispanos, en el norte la empresa estaba llena de grandes riesgos en virtud de estar poblado de grupos indígenas con una proclividad mayúscula hacia la sublevación.
Cita el autor la circunstancia de que que los misioneros, conocedores de la comodidad del mundo europeo de la época y la tranquilidad de sus propios conventos, se adentran en geografías ásperas y muchas veces hostiles para llevar su verdad, encontrando sólo a la postre la satisfacción del deber realizado o la muerte violenta.
Principa el estudio con la referencia a fray Bernardo Cossin, franciscano de origen francés de quien se tiene el informe de que fue el primer evangelizador muerto a manos de los indios, en este caso de la sierra de Durango, el año 1564.
El capítulo octavo habla de los sucesos relativos a Baja California:
“La catequización de la California baja también hizo víctimas entre los misioneros que en aquella península habitaron, y los primeros de quienes tengo noticia que perecieron allá por la violencia fueron los padres jesuitas Nicolás Tamaral y Lorenzo Carranco.”
Ello ocurrió en 1734, a raíz de la insurgencia pericú en Santiago y San José del Cabo, respectivamente, que paulatinamente se extendió a buena parte de los demás territorios misionales, hasta que fue definitivamente sofocada dos años más tarde.
En total se da aquí la relación de 60 sacrificios efectuados en el norte mexicano, desde el fraile Cossin hasta el P. Felipe Guillén, valenciano, sacrificado en Sonora en 1778.