ACTUALIDAD


IMPROCEDENTES OBRA Y NOMBRE DEL PABELLÓN

Continuaremos insistiendo en la improcedencia de asignar al llamado pabellón cultural de Cabo San Lucas un nombre completamente ajeno a la historia, la idiosincracia y la cultura sudcalifornianas.

Desde la aparición del artículo relativo publicado en este mismo blog, se han recibido varios mensajes de adhesión a la idea de oponerse a que un proyecto de esa índole sea nombrado en homenaje posmórtem a un amigo y exfuncionario del actual gobernador.

El más extenso es del doctor Rubén Sandoval, prestigioso promotor de tareas académicas y artísticas en nuestra entidad, quien en carta abierta al sector cultural de Baja California Sur se pregunta cuáles fueron las bases para otorgar dicha denominación. “Los nombres impuestos a edificios públicos de servicio ciudadano deben tener -sostiene en una parte del documento- una significación que se fundamente en la razón colectiva...”

El titular del poder ejecutivo estatal, quien en compañía de un representante del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ya dio inicio a los trabajos constructivos del proyecto, hizo sentir su incomodidad por las voces que se han manifestado inconformes en este sentido, cuando dijo que “Negarle a Cabo San Lucas y a Baja California Sur una obra como el pabellón cultural representaría una injusticia y un agravio [sic] a una sociedad con una riqueza histórica única y que ha dado su mejor esfuerzo para el desarrollo de la entidad y del país.”

Aseveró enseguida que “sólo aquellos que no coinciden en que Los Cabos y Baja California Sur se merecen una obra de esta magnitud, pueden descalificar el esfuerzo conjunto emprendido...”, etc. (El Sudcaliforniano, 21 de agosto de 2009).

Como puede verse, en su empeño por justificar esta caprichosa idea, inajustable a las circunstancias dinerarias actuales del estado y el país, el gobernador argumenta injusticias y agravios que nada tienen qué ver con el asunto. Nadie en su sano juicio negaría la significación de la historia y la contribución de la colectividad cabeña al desarrollo sudcaliforniano.

De tal manera que lo expuesto por el señor Agúndez hasta puede leerse como pretensión de chantaje político.

Lo que de verdad “se” merecen Los Cabos y Baja California Sur son acciones acordes con el presente, sin meter en más graves conflictos los endebles alcances presupuestarios del estado.

En la misma ocasión informó que el conjunto (de intención más bien recaudatoria, que incluye dos cines y área comercial) se eregirá “en el corazón del desarrollo turístico de Cabo San Lucas, en un predio del gobierno estatal cuyo valor comercial supera los diez millones de dólares, que bien pudo haberse vendido para obtener recursos frescos y hacer frente a la contingencia financiera que enfrenta la administración estatal.”

Bueno, pues esto último es precisamente lo que creemos muchos que debiera haberse hecho, o debe hacerse, actuando con responsabilidad. Esos alrededor de ciento treinta millones de pesos le hubieran venido muy bien a la urgente descarga de compromisos derivados de la deuda “histórica” (de hace diez años), así como a insoslayables requerimientos sociales que ya empiezan a tomar niveles de crisis; por ende, el régimen está mayormente obligado a aplicar los recursos con racionalidad.

Por su parte, el señor Celestino Atienzo Beltrán, presidente de la Unión de Transportadores Turísticos Terrestres de Los Cabos, en rueda de prensa expresó (diario El Peninsular, 26 de agosto de 2009) que los proyectos urgentes están en las colonias populares, en el zoológico [de Santiago] y en el estero San José y no en el pabellón, que [además] por ubicarse en un sitio inadecuado estará subutilizado. Agregó que habrá una inversión exagerada en esta obra, incongruente con la situación económica actual.

En su blog, el propio dirigente (http://celestinoatienzo.blogspot.com) señala que a él le “está pareciendo un verdadero RELUMBRÓN esa idea de construir el Pabellón, especialmente en la coyuntura tan dramática que estamos atravesando en Los Cabos...”

Porque “Obras de RELUMBRÓN es lo que menos necesitamos en estos momentos, requerimos de programas de apoyo, de empleos emergentes, no de ELEFANTES BLANCOS, que de nada servirán, fuera de generar un mayor caos vial al que de por sí ya estamos viviendo y un hundimiento en los terrenos que fueron un día estero. ¡A los héroes nacionales les debemos veneración auténtica, no RELUMBRONES!”

Con todo lo cual coincidimos, desde luego.

Algunos pensamos que la nueva Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión deberá revisar la decisión de invertir 330 millones de pesos en una idea cuestionable y cuestionada, tanto por la aplicación monetaria que conllevaría como por su denominación.

Ambas por completo desfasadas del interés y realidad sociales.

El nombre adecuado y el bonito diseño del arquitecto Juan Pablo Serrano pueden esperar.


Correo e.: em_coronado@yahoo.com/

HISTORIA




EFEMÉRIDES SUDCALIFORNIANAS

SEPTIEMBRE

8. Fiesta tradicional de la ciudad de Loreto, cuando se recuerda la inauguración de su templo misional, en 1704.

10 (1879). Nació en La Paz Nicolás T. Antuna, quien habría de ser un esforzado revolucionario sudcaliforniano.

13 (1722). El jesuita Nicolás Tamaral fundó la misión de la Purísima Concepción de Cadegomó (“Arroyo de carrizales”).

14 (1719). El jesuita Juan de Ugarte botó en Mulegé la balandra “Triunfo de la Cruz”, primer barco construido íntegramente en las Californias.

21 (1920). Se hizo cargo de la gubernatura del distrito Sur Agustín Arriola Martínez, como resultado del plebiscito dispuesto por el presidente Adolfo de la Huerta.

27 (1821). Consumación de la Independencia Nacional, que es celebrada como fiesta anual en Ciudad Insurgentes.

27. Día del Electricista Jubilado.

29. El pueblo de San Miguel de Comondú festeja el día de su santo patrono.

30 (1976). El ciclón “Liza” dejó en La Paz innumerables víctimas y damnificados. A raíz de este suceso fue creada la colonia “8 de Octubre” en La Paz.