ACTUALIDAD


RECONOCIMIENTO FEDERAL A LA JURISDICCIÓN ESTATAL SOBRE UNA DE LAS ISLAS DE BAJA CALIFORNIA SUR, HACE 12 AÑOS

En oficio del 30 de diciembre de 1997, la secretaría de Gobernación de México, por conducto de su director general de Gobierno, dijo al representante del Desarrollo Turístico Isla de San José, S. A. de C. V., lo que sigue:
“En respuesta a su escrito de fecha 13 de noviembre de 1997, en el cual solicita que esta secretaría les confirme y reconozca que la isla San José, ubicada en el golfo de California frente a las costas del municipio de La Paz, del estado de Baja California Sur, es de jurisdicción del municipio de La Paz y del estado de Baja California Sur, y tomando en cuenta el artículo 48 de la Constitución General de la República donde señala que la autoridad competente respecto a las islas es el gobierno federal, con excepción de aquellas sobre las que hasta 1917 hayan ejercido jurisdicción los estados de la federación, y de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 3° del decreto expedido el 5 de junio de 1891, el cual señala que las islas del golfo de California quedarán bajo la jurisdicción del distrito Sur, y posteriormente que por decreto del 20 de enero de 1929 esta disposición pasó a ser el texto del artículo 112 de la Ley Orgánica del Distrito y Territorios Federales, ratificándose en el decreto del 4 de febrero de 1971 y, por último, considerando que la precitada ínsula de San José salió del dominio de la nación desde 1887, y que los terrenos que la integran pasaron a formar parte de la extensión territorial, estableciéndose su jurisdicción en el distrito Sur de la Baja California, tal como lo ratifica el reconocimiento de propiedad núm. 545 del Acuerdo Presidencial publicado el 31 de agosto de 1928, esta secretaría de Gobernación confirma que la mencionada isla de San José, localizada entre los paralelos 24° 52´ y 25° 06´15´´ y los meridianos de 110° 44´ y 110° 32´, corresponde a la jurisdicción del estado de Baja California Sur de conformidad con el artículo 34 fracción II de la Constitución Política de esa entidad federativa.”
En el siguiente y último párrafo del escrito, se lee:
“Con respecto a la opinión que solicita a esta dirección general, relacionada con los alcances que el decreto del ejecutivo federal, publicado el 2 de agosto de 1978, dirigido a la protección del medio ambiente, pudiera tener sobre la isla San José, le informamos que, de acuerdo a lo establecido en los artículo 27 fracción XV de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, y 14 fracción XV del reglamento interior de esta secretaría, no es competencia de esta dirección general de Gobierno emitir opinión al respecto, toda vez que la mencionada isla no es de jurisdicción federal.”
Todo lo cual viene a ser otro antecedente digno de tomarse en consideración para argumentar en contra de la negativa de la actual administración federal a reconocer la jurisdicción [autoridad, competencia, potestad] del estado de Baja California Sur sobre sus islas, entre las cuales se halla la denominada Cerralvo, y a la cual se pretende sustituir el nombre (que le fue impuesto desde 1632) mediante el acuerdo de la dirección general de Geografía y Medio Ambiente del Inegi, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 17 de noviembre de 2009.

HISTORIA


EFEMÉRIDES


ENERO

1 (1720). Fue fundada la misión de la Purísima Concepción de Cadegomó por el jesuita Nicolás Tamaral.

1 (1942). Salieron de La Paz los primeros sinarquistas, encabezados por su jefe Salvador Abascal, hacia el poblado de Santo Domingo, en el valle desértico del mismo nombre, cerca del cual fundarían más tarde la colonia María Auxiliadora.

1 (1972). Fueron instalados los ayuntamientos en los municipios de La Paz, Comondú y Mulegé, después de la reinstauración de éstos al ser publicada, en el Diario Oficial de la Federación, la última Ley Orgánica del Territorio de Baja California Sur el 20 de febrero del año anterior.

1 (1981). Tomó posesión el I ayuntamiento del municipio de Los Cabos.

LIBRERÍA


Las misiones de Baja California, 1683-1849. Una reseña histórico-fotográfica, por W. Michael Mathes, Gobierno de BCS-Ayto. de La Paz, 1977, La Paz (BCS), 209 págs.

El autor brinda en esta edición bilingüe español-inglés, información de todas las misiones –y algunas de sus “visitas” más importantes- de la península californiana, 33 en total, veinte de las cuales fueron fundadas por los jesuitas de 1683 a 1767, dos por los franciscanos en 1769, y las restantes doce por los dominicos de 1774 a 1849.
Se publica asimismo el conjunto de fotografías en color tomadas por el propio doctor Mathes durante veinte años de recorrido por la península, desde 1948, así como un mapa de ubicación de los templos estudiados.
La introducción expone de manera concisa los antecedentes inmediatos del establecimiento misionero en las Californias, a lo que sigue una visión global de la tarea civilizadora bajo las tres corporaciones religiosas, que plantea la interrelación de sus centros evangelizadores con un concepto integrador.
Más adelante el tratamiento es específico para cada uno como unidad independiente, no porque así se les considere sino porque de ese modo se les puede describir y conocer mejor.
Todo lo anterior se complementa con una bibliografía actualizada de alrededor de 500 títulos, de libros y artículos que en diversos idiomas y países se refieren al tema, más una estimable lista de sitios en que se hallan documentos de la misma índole.
Sin duda, dicho libro constituye un elemento significativo en la bibliografía histórica de esta California mexicana.

ACTUALIDAD




JORNADA DE DIGNIDAD

Adultos, jóvenes y niños de todas las zonas de La Paz (y algunos de otras comunidades del estado que se encuentran en nuestra capital) acudieron este domingo 20 de diciembre (2009) a firmar para solidarizarse con la permanencia de su nombre a la isla Cerralvo, que tiene ya más de tres siglos y medio de haberle sido adjudicado (1632) por el navegante español Francisco de Ortega en el primero de sus viajes a esta parte de la Nueva España, con el apoyo del virrey Rodrigo Pacheco y Osorio, marqués de Cerralvo.
Durante una jornada de cinco horas (10-15) llegaron hasta la mesa de firmas situada a la sombra del emblemático kiosko del malecón, alrededor de quinientas personas de todas las edades para manifestar su indignación, registrada en una carta al presidente del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), por la arbitraria decisión de reemplazar la denominación tradicional de la ínsula, a aparecida en el Diario Oficial de la Federación el 17 de noviembre anterior.
Los coordinadores de esta gestión de rechazo al impertinente acuerdo que pretende imponer a la isla Cerralvo el nombre de Jacques Cousteau, han expresado su respeto a la memoria del gran benefactor francés del golfo de California con sus estudios, difusión y afán conservacionista. La lucha, agregan, es contra la flagrante falta de respeto de las autoridades federales hacia un estado soberano de la Unión.
Añadieron que es notable la indolencia del gobierno de la entidad en este asunto, el cual se limitó a enviar una carta “de extrañamiento” a la presidencia de la República. Tal ausencia de respaldo a la inconformidad colectiva no desalienta, sin embargo, a la sociedad sudcaliforniana, que se siente atropellada en sus derechos y los defenderá aunque no cuente con la solidaridad decidida de sus autoridades.
Se continuará el empeño hasta ver revocado el aberrante acuerdo que intenta eliminar un elemento histórico de la nomenclatura geográfica de Baja California Sur.
Por la vía de Internet se ha captado además una extraordinaria cantidad de adhesiones; una vez hecha la relación completa se hará llegar con la carta respectiva al presidente del Inegi, el Dr. Eduardo Sojo, en espera de que se revoque dicho acuerdo.

HISTORIA



EFEMÉRIDES

DICIEMBRE

22 (1709). Fue asaltado en las inmediaciones de cabo San Lucas el galeón de Manila (o nao de China) Nuestra Señora de la Encarnación por el pirata inglés Woodes Rogers (1679-1732). El galeón había zarpado de Cavite (Filipinas) el 12 de julio de 1709 al mando de M. Juan Presbert junto al galeón Nuestra Señora de Begoña, que debió separarse de aquél a primeros de diciembre. El 4 de enero las dos fragatas de Rogers, Duke y Duches, atacaron al galeón Begoña, que poseía sólo 24 cañones. En un primer intento fueron rechazados. Al día siguiente volvieron a acosarlo durante toda la mañana, pero la defensa española obligó al inglés a desistir. Finalmente el Begoña entró en Acapulco con ocho muertos y un número similar de heridos. (Resumen e ilustración tomados de www.todoababor.es)

26 (1975). Fue publicado el decreto estatal que creó a la Universidad Autónoma de Baja California Sur, cuya vida académica se inició dos y medio meses más tarde en el edificio de la escuela primaria “18 de Marzo” (16 de Septiembre y Ezquerro, de La Paz), con 220 alumnos y cuatro maestros. Su crecimiento físico propio comenzó con la donación de 96 hectáreas que le hizo el gobierno de la entidad, y la colocación de la primera piedra de su primer edificio por el presidente de la República.

LIBRERÍA



Historia de la Baja California, 1850-1880, por Adrián Valdés, UNAM, 1974.

En 244 páginas fue editada esta obra, a instancias y con prólogo de Miguel León-Portilla.
Consta de 23 capítulos que comprenden desde “La situación después de la invasión norteamericana, 1850-1853”, hasta “La insurrección de Márquez de León contra el gobierno de Díaz, 1879-1880”, todo lo cual constituye un documento de verdadero interés para el estudioso de nuestra California.
En la contraportada del libro se lee: “La presente... es aportación que hasta ahora había permanecido inédita, con datos de primera mano, tanto de los archivos locales como obtenidos directamente de quienes participaron en los acontecimientos que se relatan.
“Su autor, don Adrián Valadés (1842-1918), establecido en ciudad de La Paz desde 1861, en su calidad de periodista, de funcionario público y de hombre de apreciable cultura, dedicó no poco tiempo a investigar, por todas las formas a su alcance, acerca del pasado bajacaliforniano.”
Y al final se concluye: “Como es obvio, el propósito de esta edición es contribuir a ahondar un poco más en el rico legado histórico de la California Mexicana.”
Trabajo importante por todos conceptos, no sólo ofrece amenidad de lectura e información necesaria, sino múltiple cantidad de elementos que aporta para comprender, mediante la crónica de un periodo de treinta años, muchas de las circunstancias que presenta actualmente la realidad sudcaliforniana en su variedad de órdenes.

ACTUALIDAD


QUITAR MÁS QUE EL NOMBRE

De pronto, con un golpe artero e inesperado, el poder ejecutivo federal nos hizo saber la nula significación que para él tiene la soberanía de uno de los estados que integran a la federación mexicana.
Tal vez supuso que el único efecto de tal aberración sería la modificación señalada por el acuerdo publicado el pasado 17 de noviembre; pero no: el atropello infligido a los sudcalifornianos con el cambio de nombre de una de sus islas, resulta más que eso...
Porque junto al riesgo de perder un elemento imprescindible de la nomenclatura regional, estamos perdiendo también respetabilidad a la figura presidencial, a la del secretario de Gobernación y a un organismo como el Inegi, que quizá piensen que la cantidad de habitantes de Baja California Sur debe estar en razón directamente proporcional al respeto que merecen sus valores y dignidad.
Si bien la secretaría de Gobernación es la “dependencia encargada de administrar las islas de jurisdicción federal”, y suponiendo, sin conceder, que la de Cerralvo se halla entre ellas, habría que establecer con claridad si “administrar” (del latín ad-ministrare: servir), aparte de dirigir y regir incluye la facultad de modificar, en este caso el nombre de un bien bajo su administración.
Con esa acción insólita, sin nosotros deberla ni temerla, el régimen nacional no sólo se inmiscuyó en la soberanía estatal, sino en las múltiples significaciones de nuestra historia, en nuestros mitos, creencias, fortalezas e identidad.
De un plumazo agredió, hasta ahora impunemente, la autoestima de una sociedad que se siente aún más desamparada cuando ve que su gobernante demora una semana en reaccionar públicamente a la felonía, mediante un boletín de prensa donde anuncia que enviará un extrañamiento al presidente y demás involucrados en ella, no por el hecho mismo de pretender la modificación toponímica, sino por no haber efectuado una consulta previa a su gobierno y a la población afectada.
Tenemos la certeza de que ello, más que un extrañamiento, merece el inicio de una acción de inconstitucionalidad. Pero sabemos que ello no ocurrirá mientras la cautela política prime sobre el decoro colectivo.
El congreso local y el ayuntamiento de La Paz se hallan aún lejos de exigir la revocación del nefasto acuerdo, a pesar de que la isla Cerralvo y su nombre pertenecen al territorio cuya integridad tienen el compromiso de salvaguardar.
Y, hasta este momento, las voces de nuestras dos legisladoras y ambos senadores son las únicas que se han hecho oír en las cámaras del Congreso de la Unión.
Con quitar el nombre de nuestra isla, los sudcalifornianos estamos perdiendo asimismo la certidumbre de la autonomía que se requiere para vivir en libertad, en paz y democracia.
Intentan así cancelar igualmente la confianza de esta comunidad en su propia valía; la inhabilitan y cancelan el derecho elemental de poseer, amar y cuidar sus propias designaciones: ya ha ocurrido con las de California (“baja”, “baja sur”), Loreto (“loreto bay”), Ensenada de Muertos (“bahía de los sueños”) y El Mogote (“paraíso del mar”), por citar algunos pocos ejemplos de la serie de agresiones que nuestra entidad está recibiendo desde hace tiempo, en la procuración infame de eliminar lo suyo para imponerle lo ajeno.
Tal vez estemos aún a tiempo de contenerla con la defensa insobornable y el fortalecimiento de los valores que han constituido a esta parte de México, que desde siempre ha decidido serlo pese a muestras de incomprensión como la que ahora nos ocupa, y, mediante el vigor de la historia común, impedir más embates y fisuras al espíritu sudcaliforniano.
¿No basta ya?
¡Sí, basta ya!
Por lo pronto, el presidente de la República, el secretario de Gobernación, el presidente del Inegi y el director de Geografía y Medio Ambiente de este instituto deben una disculpa y la debida retractación del acuerdo al pueblo de Baja California Sur.
Las esperamos.

Correo e: em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES

DICIEMBRE

17 (1736). Las fuerzas coloniales sofocaron en definitiva la rebelión de los pericúes, que se había iniciado el 1 de octubre de 1734.

”El domingo 16 [de 1736] empezaron a venir los de Todos Santos, a quienes dije de boca lo que ya les había enviado a decir. Todos se mostraron obedientes, prontos y contentos en todo lo que se les decía. Mas cuando podía esto causar alguna alegría, la apagaba totalmente la falta de víveres, el no tener qué dar, y el ver, así a los indios auxiliares como a los que iban viniendo, todos hambrientos, pues aunque éstos, mientras están en los montes no les falta, en viniendo a la misión nada tienen si el padre no se lo suministra. Fuera de esta congoja se atravesaban, o iba el demonio atravesando otras no pequeñas y no de menor monta que paso en silencio por justas causas, puede sí suceder que se atraviesen de suerte las circunstancias en que pueda apuntarlas. El común enemigo [Satanás] se veía ya casi del todo vencido y echaba por todas partes el resto por no perder tanta presa que ya juzgaba y contaba por suya, tenía ya abiertas brechas por todos lados y ponía en todos montes de dificultades fantásticas con qué atajar al que no las conociese, y por otra parte no dejaba piedra por mover para que se tuviesen por verdaderas. Siempre había yo juzgado que el plantar la cruz era empresa que costaba congojas y muchas, pero jamás pensé que tantas, tan grandes y tan continuas.

El día 17 por la tarde volvió el teniente con las escuadras que habían salido en solicitud de los apóstatas de la misión de San Joseph. Habíanse recogido muchos a la sierra pero no les valió el asilo, porque habiendo enviado el teniente espías, descubrieron las lumbradas y luego el teniente con todos dirigió para ellos el rumbo. Antes de llegar mandó que todos quitasen a los caballos sus sillas para que no hiciesen ruido en lo espeso del bosque; así anduvieron en pelo más de una legua y por camino tal que después de vuelta no pudieron andar. Acercados ya ellos mandó que todos desmontaran, dejaran los caballos y fuesen a pie rodeando a los apóstatas. Dispúsose todo y al romper el nombre dieron en ellos; aunque dispararon los contrarios algunas flechas no pudieron lograr el que no se cerrasen todos los nuestros; consiguieron con todo el huir algunos, y los otros quedaron en el campo. Fue la facción en sábado y día de la octava de la Concepción Purísima y a vista de la misión de San Joseph en donde habían cometido tantos insultos y sacrilegios.

Este lance, en que consistió no sólo el logro y la victoria, mas también la restauración, fue por todos lados maravilloso. Lo primero por encontrar con el mayor número. Lo segundo, por conseguirse en la sierra. Lo tercero, porque habiéndose antes malogrado otro, no fueron avisados -como suelen-, y más estando tan cerca. Lo cuarto, porque se hizo lumbre en donde podían descubrir a los nuestros. Lo quinto, el no dispararse ya estando cerca una escopeta, encendiéndose casualmente el cebo, que con el disparo todos se hubieran huido, perdido la victoria, el trabajo y se hubiera detenido y hecho más difícil la restauración.

Quedaron de los nuestros heridos cuatro indios auxiliares, aunque ninguno de muerte, ni aun de riesgo, si no es uno que luego lo sacó la señora [virgen María] de él -a quien devotamente invocó-, quedando por manos de otros el agresor en el tiro. La herida fue en la parte peligrosa, pues fue en el lado del corazón, y la flecha tanto prodigio fue el que no llegara al corazón como el que de la herida que hizo quedara sin riesgo. Con esta facción fue más confirmado en lo que había prometido el capitán de Anicá, y los otros temiendo más se mostraron y vieron cada día más humildes y obedientes...”

Tomado de La rebelión de los californios, 1734-1736, por Sigismundo Taraval, edición de Emc, Editorial Doce Calles, Aranjuez (Madrid), 1996.

LIBRERÍA


La rebelión de los californios, 1734-1736, por Sigismundo Taraval, edición de Eligio Moisés Coronado, Editorial Doce Calles, Aranjuez (Madrid), 1996.

Documento debido al misionero jesuita que atestiguó la insurrección de los pericúes durante el periodo que indica el título.
La obra consta de 196 páginas y contiene además un erudito ensayo, a modo de presentación, del doctor Salvador Bernabéu Albert, quien opina que:
“En vísperas del tercer centeneario de la fundación de Loreto (1697), la aparición de esta obra inédita... no sólo vendrá a llenar un vacío en las bibliotecas californianas, sino que enriquecerá el estudio del pasado con una de las miradas más desconocidas y desconcertantes del periodo colonial.”
El documento original se encuentra en la biblioteca Newberry, de Chicago, a donde fue a parar después de bastante tiempo de pasar por varias manos. Es informe rico en muchos sentidos, no sólo por lo que atañe a la descripción detallada de los sucesos relativos a la sublevación indígena... Ahí se proporcionan también importantes noticias etnográficas, demográficas, geográficas, económicas y de interés en otros muy diversos órdenes.
A Baja California Sur llegó sólo una corta cantidad de ejemplares que fueron colocados en las bibliotecas públicas del estado, pero puede adquirirse todavía en la dirección: http://www.docecalles.com/b2c/index.php?page=pp_producto.php&md=0&codp=1084.

ACTUALIDAD


CARRETERA TRANSPENINSULAR: 36 AÑOS

Este 1 de diciembre de 2009 cumplió treinta y seis años de haber sido inaugurada la carretera transpeninsular bajacaliforniana “Benito Juárez”.
Gente de ambas entidades, el territorio y el estado de Baja California, confluyeron en aquella fecha alrededor del monumento a esa vía, que es un águila estilizada cuyas alas simbolizan a las dos Californias mexicanas.
En respuesta a la convocatoria lanzada por la secretaría de Obras Públicas del gobierno federal, se recibieron 56 proyectos aspirantes a obtener el primer lugar y el derecho de construcción de la primera etapa del monumento, una plaza ceremonial y un albergue-parador. El premio principal de cien mil pesos y el contrato para la realización de los trabajos fueron asignados a los arquitectos Edmundo Rodríguez Saldívar y Ángel Negrete González, a la cabeza de otros varios profesionales quienes participaron en el certamen con el seudónimo de “Atalaya”.
Auténtica atalaya de 36 metros de altura que puede ser vista desde cinco kilómetros a la redonda, la enorme ave de acero y concreto y los edificios anexos tuvieron un costo global de casi 31 millones y medio de pesos.
Aquel día decembrino (sábado), precisamente al pie de ese monumento ubicado a la altura del paralelo 28 grados de latitud norte (línea imaginaria que desde 1891 divide a ambas Californias peninsulares), hizo uso de la palabra el presidente Luis Echeverría, quien cumplía así, exactamente a la mitad de su sexenio, un compromiso de campaña. También hablaron los gobernadores Félix Agramont y Milton Castellanos, así como el secretario del ramo Luis Enrique Bracamontes y un representante del congreso de la entidad norteña, el sudcaliforniano Jesús López Gastélum, todos para ponderar anticipadamente las bondades de la obra.
Días antes había sido acondicionado ahí, a toda prisa, un museo al que fueron llevados diversos bienes del patrimonio arqueológico, histórico y paleontológico sudcaliforniano, que al poco tiempo desaparecieron; del Archivo Histórico no permitimos que extrajeran cosa alguna, pese a las amenazas.
Luego fue establecida en esas instalaciones la escuela Normal del Desierto, que por varias razones derivadas de la falta de planeación con que fue creada, hubo de reubicarse poco después en Loreto como Centro Regional de Educación Normal (CREN) que aún conserva.
Como de dicho conjunto sólo funcionó el albergue-parador, que se concesionó primero a Nacional Hotelera (como hotel Presidente) y en los últimos años a la cadena de hoteles La Pinta, de los dos lados fueron hechas propuestas de utilización del resto del área, sin logro tangible; como ninguno de los proyectos tuvo claridad de objetivos, sustento técnico y voluntad política suficientes para ser factible y rentable, la secretaría de la Defensa Nacional terminó por ocuparla.

Pese a su utilidad para la región meridional, es razonable que a los bajacalifornianos poco atractiva resulte la operación de una carretera que es ruta de salida de turistas locales y norteamericanos hacia el sur. Por eso, para que sea cabalmente cumplido el propósito sudcaliforniano de que se construya la carretera de cuatro carriles, debe haber un esfuerzo previo y decisivo de ambas partes, aunado a la federación.

Correo-e: em_coronado@yahoo.com

HISTORIA


EFEMÉRIDES


DICIEMBRE


8. Celebración tradicional del pueblo de La Purísima Concepción de Cadegomó, municipio de Comondú. El sitio fue explorado primeramente durante la expedición del almirante Isidro de Atondo y Antillón, en enero de 1685, y visitado de nuevo en 1712 por el jesuita Francisco María Píccolo. La misión quedó fundada el 1 de enero de 1720 por el padre Nicolás Tamaral, quien introdujo los cultivos de trigo, maíz, frijol, garbanzo, granadas, higos, uvas y algodón mediante canales de riego. Su población indígena fue calculada en dos mil personas en 1730. Debido a la emigración, las epidemias e inundaciones del arroyo, la misión fue abandonada en 1822.

10 (1929). Murió Félix Ortega Aguilar en Las Playitas, municipio de La Paz.


12. Día de la virgen de Guadalupe, patrona de Miraflores, cabecera delegacional en el municipio de Los Cabos, que celebra su fiesta anual.

LIBRERÍA


Carretera transpeninsular de la Baja California, por Ulises Irigoyen, Editorial América, México, 1943, XXI+489 págs.

Durante su gobierno en el Territorio Sur de Baja California, el general Francisco J. Múgica gestionó ante la secretaría de Hacienda el nombramiento de una comisión “que recorriera la península y, a través de la observación directa de sus condiciones actuales y psobilidades de desarrollo, diera cuenta de los aspectos más importantes que presentan los problemas inherentes a la vida de los territorios, así como de sus necesidades, a fin de derivar conclusiones útiles que pudieran normar la actitud futura del gobierno federal, en íntima coordinación con los gobiernos locales, respecto al discernimiento de las medidas indispensables para el fomento definitivo del desarrollo de esas lejanas regiones.” Aludía, desde luego, a los dos territorios de Baja California.
La procuración dio resultado favorable y se designó con este fin al ingeniero Irigoyen, a quien le fueron señalados dos objetivos de investigación: utilidad de la zona libre y justificación de los planes para la construcción de la carretera que uniera a las dos Californias mexicanas.
De aquellos trabajos nació este volumen, pletórico de informes de gran valía, al cual el autor dividió a su vez en dos libros: El primero hace el relato de su recorrido peninsular a través de quince capítulos en los que describe cada uno de los lugares que va tocando, con el señalamiento de sus aspectos físico, social, cultural, económico, recursos y potencial de desarrollo. El libro segundo habla del pasado a partir de la época de las exploraciones y primeros intentos de colonización permanente en la península, hasta los años en que fue realizado el estudio.
En la primera de las diez conclusiones a que llega el investigador se dice textualmente que “debe construirse inmediatamente la carretera transpeninsular porque la justifican plenamente las conveniencias económicas, sociales y militares del país.”
Buen número de fotografías y un índice onomástico ilustran y hacen mayormente manejable esta importante aportación al conocimiento de nuestra California y lo mexicaliforniano.