HISTORIA




SALVATIERRA: DOS ANIVERSARIOS

Este julio conmemoramos el aniversario 292 del fallecimiento del padre Juan María de Salvatierra, misionero de nuestra California.
Coincidentemente, en el propio mes celebramos 119 años de existencia del hospital “Juan Ma. de Salvatierra”, institución que es parte inseparable de la historia de Sudcalifornia.


EL MISIONERO
Juan de Salvatierra y Visconti nació el 15 de noviembre de 1648 en Milán, Italia. De 19 años de edad fue admitido en la Compañía de Jesús; ahí se agregó el nombre de María, en honor a la figura religiosa de su predilección. Tenía 27 años cuando recibió asignación a Nueva España.
Luego de una brillante carrera en su corporación fue entusiasmado, de visita en Sonora, por el también jesuita Eusebio Francisco Kino para evangelizar esta California.
El 25 de octubre de 1697 fundó el primer asentamiento misional permanente en lo que hoy es la ciudad de Loreto. A partir de entonces, el ilustre civilizador inició la esforzada creación de buena cantidad de puntos de evangelización, hasta su muerte en Guadalajara, de camino a la ciudad de México, el 18 de julio de 1717.


EL HOSPITAL
Hacia el año de fundación de su hospital (1890), La Paz tenía alrededor de cinco mil habitantes. Era jefe político del distrito Sur de Baja California el general Bonifacio Topete, de quien dice don Pablo L. Martínez: “...se distinguió como un gobernador serio y progresista, construyó algunos edificios públicos como un hospital y algunas escuelas.”
A este respecto expresa J. R. Southworth:
“El hospital Salvatierra, fundado por el señor Gral. B. Topete durante su gobierno, es un vasto y cómodo edificio construido con las condiciones adecuadas a su objeto. Costó más de $ 20,000. y en la actualidad (1899), que depende del ayuntamiento, gasta éste para sostenerlo cuatro a quinientos pesos mensuales. Tiene siempre un número regular de asilados, y presta, como es de suponerse, grandes beneficios a la clase desvalida.”
Como queremos que los siga prestando, desde luego, leal a su nombre, comprometido con su tradición y fiel a su pueblo.